Martín Tetaz: “El veto total del Presidente a la ley de jubilaciones es jugar con fuego”
El economista y legislador del radicalismo cree que Milei podría quedar debilitado si el Congreso logra insistir con el aumento de los haberes jubilatorios; cuestiona el manejo de la política cambiaria y advierte sobre la falta de dólares
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Al diputado nacional Martín Tetaz (UCR) le gusta polemizar. Suele utilizar sus redes sociales para confrontar con el gobierno libertario y señalar las “contradicciones” del relato del oficialismo. La semana que pasó fue blanco de un ataque del presidente Javier Milei, quien compartió un mensaje de un usuario anónimo en el que se banalizaba el delito de pedofilia para burlarse de él. La actitud de Milei fue repudiada por casi todo el arco político. Sin embargo, Tetaz prefiere correr el foco de ese terreno y concentrarse en sus diferencias con el proyecto político y el modelo económico del Presidente.
Si bien elogia el éxito del plan fiscal, Tetaz está preocupado porque, a su juicio, el Gobierno demora la salida del cepo cambiario y enfrenta serios problemas para acumular divisas. Además, cree que la decisión de Milei de firmar un veto total de la ley de jubilaciones podría debilitarlo: “Es jugar con fuego”, remarca en una entrevista con LA NACION.
–El Presidente redobló la apuesta y vetó la ley de jubilaciones de manera total. ¿Por qué lo considera un error?
–Es un enorme error. Primero, es inconsistente con lo que sus propios senadores habían firmado en el dictamen. Vetar una ley que tiene dos tercios muy holgados en el Senado y en la Cámara de Diputados es jugar con fuego. Si el Congreso insiste con la ley, el Presidente pierde su principal arma, que es la del veto, y queda muy debilitado por no haber podido vetar. Entonces, lo más razonable hubiera sido un veto inteligente.
–La ley incrementaría el gasto público en 0,44% del PBI en 2024. ¿El impacto fiscal puede desestabilizar el plan de Milei?
–Permanentemente, el Gobierno toma medidas que son fiscalmente dispendiosas, pero lo hace porque son correctas. El ejemplo de esta semana es el anuncio de la baja del impuesto PAIS. Esa reducción es casi la misma plata que el aumento de los jubilados. La Oficina de Presupuesto del Congreso le puso el mismo número: es casi medio punto del PBI. Está bien que eliminen el impuesto PAIS, porque agranda el cepo y genera un montón de problemas. ¿Eso tendrá costo fiscal? Sí, pero es lo correcto. Lo mismo ocurre con el levantamiento del cepo.
–¿Comprende las razones de Milei y Luis Caputo para demorar la eliminación del cepo o están atrapados?
–El Gobierno cometió un error y tuvo mala suerte. Se juntaron las dos cosas. El plan del Presidente era resolver la crisis con los importadores y las reservas que heredó. Milei heredó un corralito. Nadie dijo esa palabra porque era como plantear “el rey va desnudo”, pero no estaba la plata de los ahorristas en el banco; se la habían gastado en la campaña. El Presidente asumió en esa situación y su plan fue acumular reservas hasta que empezaran a entrar los dólares de la cosecha. Tendríamos que haber salido del cepo en mayo o junio.
–¿Cuál fue el “error” del Gobierno?
–Hubo una secuencia de bajas apresuradas de la tasa de interés que el mercado nunca entendió. Después vino el pase de papeles del Banco Central al Tesoro, que tampoco nadie entendió. Eso obviamente generó mucho ruido e hizo que el riesgo país se disparara. El error del Gobierno –el desbarajuste en la tasa de interés– y la complicación externa –el precio de la soja se cayó a pedazos, la crisis en Japón generó que buena cantidad de capitales se fueran a EE.UU. y Europa– hizo que Milei tuviera que entrar en un plan B. Ahora nadie entiende cuál es ese plan B.
–¿Por qué hay desconfianza en los mercados? ¿Influye la demora en sacar el cepo o las fallas del dispositivo político de Milei?
–Ya sabemos que no es lo fiscal. El Gobierno cierra los primeros siete meses del año con superávit fiscal y eso debería haber pulverizado el riesgo país. Si el riesgo país pegó la vuelta, a pesar de que los resultados fiscales son consistentes y buenos, es evidente que el mercado está mirando otra cosa. Y creo que está viendo el déficit externo y que no tenemos dólares. Entonces, hasta que el Gobierno no acumule reservas y no veas que baja la brecha cambiaria, el riesgo país va a seguir siendo alto.
–Ricardo Arriazu, uno de los economistas más elogiados por Milei, dijo: “si devaluamos, explotamos”. ¿Coincide con esa visión?
–No la comparto. Segundo, la devaluación no es una elección. La política economía es una heladería que tiene dos gustos: menta granizada y anís. En la economía siempre hay que elegir opciones complejas. Tendrías que devaluar porque atrasaste el tipo de cambio con inflación –tu regla es que devalúas 2% y todos los meses hay el doble de inflación– y, al mismo tiempo, te devalúa Brasil. Cada vez que se generó una brecha cambiaria con Brasil, eso terminó mal. Claro que devaluar va a tener una consecuencia. El problema es si hay dólares para aguantar. Y hoy la Argentina no los tiene a este precio.
"Si Milei no logra salir del cepo, mucho menos podría dolarizar"
–¿Cómo hará Milei para aumentar el ingreso de divisas?
–Esta semana se habló de que el Presidente podría tener una misión en Medio Oriente y que algunos países podrían aportar un financiamiento. Ojalá eso sea cierto. El cepo no se va a levantar a $960. Y eso lo sabe el Gobierno. Una cosa es tener un precio razonable del dólar, asimilable por la gente, y otra es tener una corrida y que el dólar se te vaya una semana a dos mil o tres mil pesos. Eso te genera una espiral inflacionaria e incertidumbre política. Supongo que eso es lo que teme Arriazu. Pero no creo que tema que el dólar encuentre un equilibrio.
–¿Lo “peor ya pasó” en términos económicos y a partir de ahora habrá un repunte de la actividad, como dice el Gobierno?
–En términos de actividad, sí. En términos financieros, no. El Gobierno despejó la primera bomba –la del “corralito”–, pero tiene una bomba de vencimiento con el sector privado de 12 mil millones de dólares en 2025. Y no tiene esos dólares. Con 1500 puntos de riesgo país, no te rollea nadie. Entonces, si el Gobierno no baja muy fuerte el riesgo país de acá a fin de año, va a tener un problema para reestructurar la deuda.
–¿Le preocupa ese escenario?
–Va a tener que adelantar una reestructuración privada y después prender una vela para que gane [Donald] Trump, a ver si consigue la asistencia. Cuando la política económica se hace a golpe de suerte, estás jugando muy al fleje. La política económica siempre debe tener un margen por si las cosas no te salen bien. Por ahí, no gana Trump y el FMI no te adelanta una línea de asistencia financiera. Eso me preocupa mucho, como la demora en la salida del cepo y el problema de acumulación de divisas. No sea cosa de que, por demorar la eliminación del cepo, el Gobierno tenga que devaluar, pero tampoco pueda salir del cepo. Eso es lo que le pasó en diciembre.
–Por lo que describe, Milei está atrapado en el “plan B”.
–Se complicó solo con el manejo displicente de la política monetaria y el contexto internacional no lo ayudó. Está en una trampa.
"Me preocupa mucho la demora en la salida del cepo y el problema de acumulación de divisas"
–¿El RIGI y el blanqueo pueden ayudar a la reactivación y la generación de divisas?
–El RIGI sí, pero demora. El aporte de divisas no va a estar en los próximos cuatro meses, donde va a tener problemas. Y me resulta difícil pensar en un blanqueo sin salir el cepo.
–¿Le inquieta el impacto del profundo ajuste y la recesión en el nivel de pobreza o el empleo?
–La recesión que hay y la caída del empleo, que es brutal, no tiene mucho que ver con el programa del Gobierno, sino con que, esencialmente, la economía se quedó sin dólares. Ya en el mes de diciembre, cuando Milei no tenía nada que ver con esto, se pagaron solamente 13% de las importaciones. No había dólares. Cuando no hay dólares en la economía, baja el nivel de producción. Mi crítica al Gobierno pasa por la administración de la política monetaria. Si se hubiera hecho dándole más independencia al Banco Central, con previsibilidad para la gente y evitando el mamarracho de abril-mayo, ese plan de estabilización hubiera permitido una caída amortiguada. No sabemos cuánto va a caer la economía este año, pero será más del 5%.
–Describe las dificultades cambiarias y monetarias que enfrenta el Gobierno. ¿Cree que Milei podría insistir con la dolarización?
–No, la dolarización fue una estrategia o artificio de campaña de Milei. No es una buena idea. Sería una locura atarse al tipo de cambio de un país que tiene una productividad que crece mucho más rápido que la tuya y que enfrenta otro tipo de shocks externos. El plan de dolarización no tiene ni pies ni cabeza. Pero, además, si Milei no puede salir del cepo, mucho menos podría dolarizar. Esa fue también una ironía. Resulta que el presidente que llegó diciendo que tenía fondos comunes de inversión dispuestos a ponerle 15.000, 10.000 millones de dólares para poder dolarizar, ahora no tiene 3000 millones para salir del cepo.
"Devaluar va a tener una consecuencia, pero el problema es si hay dólares para aguantar y Milei no los tiene"
–¿Están cerca de conseguir dictamen para avanzar con la reforma laboral en Diputados? Le hablo de la cuota solidaria, la limitación de mandatos y la ficha limpia.
–Sí, porque hay 28 proyectos de los distintos espacios políticos no kirchneristas. Y todos están convencidos de que hay que avanzar en algunas cosas. Por ejemplo, más democracia sindical, en términos de limitaciones de las reelecciones de los sindicalistas. Luego, la limitación de que tu recibo de sueldo sea una canasta donde todo el mundo agarra sin preguntar. Eso la sociedad no lo tolera más. Pronto habrá un dictamen mayoritario.
–¿Y cree que esta vez el Gobierno tiene la decisión política de avanzar con esas modificaciones en la legislación? En el tratamiento de la Ley Bases, Milei negoció con la CGT y retiró esos artículos.
–Absolutamente. El Gobierno tiene su negociación con los gremios. La presión sindical va a estar. Pero yo creo que todavía hay una traba grande que es el Senado. Ya pasó con la ley Mucci en su momento. Si [la reforma] pasa el Senado, ahí los sindicalistas buscarán la negociación con el Presidente para algún tipo de veto parcial.
–¿Percibe que Milei se encierra en lugar de ampliarse y sumar socios para asegurar la gobernabilidad?
–A mí me parece que el Gobierno se abrió mucho desde que empezó. El Gabinete del Presidente tiene más peronistas que el de Alberto Fernández.
–Dice que Milei privilegia la alianza con el PJ.
–Sí, va a buscar un peronismo no kirchnerista y con poder territorial, como lo hizo en Tucumán o Catamarca. Las segundas líneas son todas peronistas. ¿Está lleno de libertarios el gobierno popular? No. Está lleno de peronistas el gobierno liberal [risas].
–¿Qué otras contradicciones nota en el relato oficial?
–Desde el punto de vista discursivo, hay una contradicción flagrante. Esto de ‘todos los que no están conmigo son kirchneristas’, no es el planteo anti-casta. Si vos me decís “casta” a mí y lo incorporaste a [Daniel] Scioli es como asegurar que vas a defender las cuestiones de género y lo sumás a [Ricardo] Barreda al Gabinete.
–¿A qué asocia el amplio apoyo que mantiene Milei, según las encuestas? Aplicó un ajuste profundo, pero la sociedad preserva la esperanza.
–Primero está la cuestión cultural. Es un populista exitoso en su populismo. En segundo lugar, puso la vara muy baja. De arranque, pintó un escenario bastante negro. Le generó la expectativa a la gente de que esto iba a ser un año muy duro. Y tres, no hay una alternativa. Él discursivamente entendió muy bien lo que le pasaba a la sociedad.
"El Gabinete de Milei tiene más peronistas que el de Alberto Fernández"
–¿Algún representante del Gobierno le pidió disculpas después de la polémica por el tuit que banalizaba la pedofilia y que fue compartido por el Presidente?
–No la seguí esa, porque Twitter es una cancha de fútbol. Y, a veces, en la cancha de fútbol está la barra brava. Uno pregunta: ¿el Presidente puede seguir yendo a la cancha y putear en el para avalancha? Se supone que no.
–¿Cuál debe ser el rol la UCR en este contexto? ¿Oposición o oficialismo crítico?
–Lo mejor que nos puede pasar es que a Milei le vaya bien, rápido. ¿Por qué? Si se estira la esperanza de que él puede bajar la inflación y todos los meses baja 0,1%, así nos va a tener cuatro años. Y la sociedad va a seguir apostando a Milei. Nosotros necesitamos que tenga éxito rápido. Si la inflación se desplomara ahora, quedaría al desnudo que su propuesta es vacía. ¿Cuál es la propuesta de Milei en educación, en salud o para reconstruir la infraestructura? Ninguna. Entonces, ahí nos vamos a hacer fuertes.
–Hay radicales que critican la conducción de Lousteau. ¿Se siente representado por el jefe de la UCR, quien apuesta a confrontar con Milei?
–En algunos momentos el radicalismo es insoportable. Hoy no somos una alternativa para la sociedad y tenemos que construirla. Entonces tenemos que mirar más hacia afuera que hacia adentro. La discusión tiene que ser superadora.
–¿Toleraría un acuerdo electoral con el kirchnerismo?
–Yo no voy a estar ahí. No va a existir. No hay ninguna chance de un acuerdo. Y, de hecho, el que está sumando kirchneristas al Gobierno es Milei, no nosotros.
–Pero Leandro Santoro propone un acuerdo con la UCR en la Ciudad. ¿No hay conversaciones para armar un frente anti-Milei y Macri?
–El Presidente hace un acuerdo con Osvaldo Jaldo y se trae los tres legisladores de Tucumán que son más libertarios que el bloque oficialista; llena todas las segundas líneas con peronistas o no les echa los dirigentes a [Sergio] Massa en AFIP, la Anses y en la Aduana, ¿y nos preguntan a nosotros sobre un acuerdo con el peronismo? ¿Los peronistas somos nosotros? Nosotros vamos a ampliar, pero no hay ninguna posibilidad de hacerlo hacia el kirchnerismo.
"Lo mejor que le puede pasar a la UCR es que a Milei le vaya bien, rápido"
–Ahora se habla de una negociación entre el Gobierno y el kirchnerismo por los pliegos. ¿Qué opina del juez Ariel Lijo?
–¡No se me había ocurrido lo de Lijo! ¿Quién hace el acuerdo con el kirchnerismo? Ahí hay un acuerdo claro. Se sentó con Cristina [Kirchner] y le dijo: “ponés uno vos y uno, yo”.
–¿Y el radicalismo debe rechazar la postulación de Lijo en el Senado?
–No sé cuál es el acuerdo de la política. Yo no me siento representado por ninguno de los dos jueces. No sé qué postura va a tener el partido. Y, probablemente, no tenga una posición unívoca.
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