Martín Soria, el hijo pródigo del clan que domina General Roca
Fue diputado provincial de Río Negro, dos veces intendente de su pueblo natal, candidato a gobernador y legislador nacional antes de ser designado ministro de Justicia.
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Hacer política desde la confrontación es el estilo que evidenció en sus años en Río Negro Martín Soria, el flamante ministro de Justicia. Fue legislador provincial, intendente en dos períodos de General Roca y perdió una elección a gobernador y se convirtió en diputado nacional. Los vecinos de su pueblo natal, lo “quieren” según reconocen sus allegados y adversarios. Ambos admiten que “los Soria” –su hermana María Emilia, exdiputada nacional es la actual intendenta- deben el cariño a Carlos, “el Gringo”, el padre. No cuestionan tanto su administración como su perfil agresivo en sus discursos y su escaso interés en recomponer vínculos políticos.
En 1994 Soria se mudó a Buenos Aires a estudiar, militó en la Juventud Peronista Universitaria y en 1999 llegó a los tribunales de Comodoro Py como empleado del juzgado de Juan José Galeano, quien investigaba la causa Amia. Su padre presidía la comisión bicameral del Congreso que seguía ese atentado y el de la embajada de Israel. Empezó por la mesa de entrada y pasó por otros cargos, nunca de relevancia. Regresó a Río Negro y fue electo diputado provincial, rol en el que se destacó como “denunciador”. Hizo presentaciones en la Justicia no solo de palabra.
Una de sus denuncias de aquellos años fue por los sobresueldos en el gobierno radical de Miguel Saiz. En setiembre pasado el Superior Tribunal de Justicia confirmó las condenas de los exfuncionarios por el delito de peculado. Las defensas pueden recurrir a la Corte Suprema, pero antes pidieron una aclaración al Consejo de la Magistratura provincial. Era 2011 cuando Martín Soria pidió a la AFIP delegación Viedma que investigara a los entonces funcionarios rionegrinos por los delitos de evasión simple y evasión agravada.
Los dirigentes memoriosos del peronismo recuerdan un congreso partidario de mediados de 2000, donde se cruzó con un militante mayor que él. Un comunicado de 2015 de la Agrupación Lealtad Peronista lo menciona: “Usted (NR: por Soria hijo) es el mismo que en un congreso de hace más de una década le pegó de manera ‘traicionera’ al compañero Pepo Ponce de León que era un anciano; usted es el mismo que junto a su padre echaron en más de una oportunidad a muchos compañeros de los congresos con armas violentas y repudiables”.
A comienzos de 2012, a poco de asumir como intendente de General Roca, reaccionó ante unas informaciones por la supuesta falsificación de la firma de su padre en unos proyectos. “Es una operación de prensa montada por la mugre periodística de Viedma”, dijo y cuestionó a varios medios locales y agregó que el exgobernador radical Horacio Massaccesi (propietario del diario Noticias) “no paga impuestos y con lo que se robó puso un pasquín”.
Continuador de la política municipal de su padre –quien tiene el unánime reconocimiento de “haberle devuelto el orgullo y el brillo a la ciudad”-, en su primera elección como intendente en octubre de 2011, logró el 75% de los votos, por encima del 70,9% que había alcanzado “el Gringo” en 2003. La oposición no consiguió ingresar al Concejo Deliberante que fue presidido por Luis Di Giacomo, actual diputado nacional de Juntos Somos Río Negro y enfrentado con Soria. Cuando se conoció la designación como ministro, Di Giácomo lo cuestionó y lo calificó de “pendenciero y confrontativo”.
En su reelección llegó al 71% de los votos y perdió dos lugares en el Concejo Deliberante. Nunca tuvo sobresaltos administrativos; terminó la administración con plazos fijos por $450 millones y algunas críticas por subejecutar partidas de obras. No era afecto a dar audiencias. Prueba de ello, a mediados de 2019 durante un paro de transporte desde el gremio de los choferes indicaron que acumulaban media docena de pedidos de reunión
En 2019 Soria fue denunciado penalmente por un referente de Cambiemos por el supuesto cobro de “retornos” en sueldos, que llegarían a unos US$450 mil durante los últimos años de su gestión como intendente. Días antes de ser designado ministro fue sobreseído por la fiscal jefa de Río Negro, Teresa Giuffrida, quien señaló que por la información reunida “no hay elementos que permitan atribuirle un delito”.
Vínculos complejos
Su vida dio un vuelco apenas había llegado a la intendencia para suceder a su padre, quien fue electo como primer gobernador peronista desde el regreso de la democracia. Susana Freydoz, su madre, mató a Carlos Soria de un balazo el 1 de enero de 2012. Estaban en la chacra Paso de Córdoba, donde todavía hay reuniones familiares. A mediados de enero Freydoz obtuvo la prisión domiciliaria y hoy vive en Neuquén.
La figura del “Gringo” ronda siempre en torno de su hijo. En 2015 dijo: “La partida de mi viejo agigantó el mito sobre él. Eso que hizo que se depositara en mí una mochila con una carga muy pesada. Pero yo no veo esa carga como negativa ni mucho menos, para mí es algo positivo que me hace encarar todo de otra manera. Hoy me comparan con la persona que más quise y si hoy estoy acá no es para ser menos que él: es para igualarlo o superarlo. Aunque lo único que espero que la gente pueda decir que soy un digno hijo de mi padre”.
Varias fuentes que conocen a Martín Soria y que lo han tratado sostienen ante LA NACIONque heredó la pasión de su padre y también el ser un “gritón”, pero que le “falta calle” y saber cuándo “parar y tratar de arreglar”. “Es más bravucón que el padre”, desliza un periodista de años en General Roca. Elige el off, como varios de sus colegas, porque no quieren “problemas”. Es que en ruedas de prensa, solía responder con ataques o directamente plantear que con determinados cronistas no hablaba.
El vínculo de Soria hijo con la prensa es complicado. Lo describió Horacio Verbitsky en 2011 en Página 12, año en que Carlos Soria, competía por la gobernación. Contó que en 1994 se había fotografiado con el criminal de guerra nazi Erich Priebke, quien vivía en Bariloche. Soria padre atribuyó la difusión de la foto a “una operación sucia del radicalismo” y dijo que no se arrepentía de la imagen. Según Verbitsky, padre e hijo “agredieron a dos periodistas que inquirían sobre el tema”; sostuvo que Martín Soria “fue denunciado por el cronista de FM Líder Darío Chavarría por tomarlo del cuello desde atrás y amenazarlo con que ´cuando fueran gobierno me cerrarían la radio´”.
En 2018, en un encuentro en un acto por el Día de la Lealtad en la localidad de Allen, Soria afirmó: “Acá hay varios delincuentes de prensa”; agregó “varios acá el año que viene van a tener que buscar laburo”. Uno le contestó: “Yo soy periodista y laburo en la calle. Yo busco publicidad, he laburado para tu viejo el ‘Gringo’ Soria… usted no nos puede tratar así”. “Hay algunos periodistas radicales, yo hablo de esa mierda, no de vos”, contestó en referencia a Chavarría, periodista y convencional de la UCR.
A mediados de 2016, ya intendente, le espetó al periodista Hugo Alonso: “De mí nunca va a cobrar... por lo menos plata”. Reaccionó así por una información en la que se repasaban los vínculos de su administración con José López, el exsecretario de Obras Públicas.
José Luis Berros, legislador del Frente de Todos (FdT) dijo a este diario: “Es firme en sus convicciones, constante, apasionado por lo que hace pero fundamentalmente un luchador contra las injusticias. Es frontal en sus apreciaciones pero leal en el debate. Hemos visto como algunos decían una cosa en público, para quedar bien, y después actuaban de otra manera”. De su designación como ministro, plantea que trabajará “con firmeza como lo demostró en cada uno de los cargos que ha cumplido, en la Legislatura de la Provincia y en los ocho años que estuvo como intendente. Demostró coraje, ser un dirigente político con audacia, pero también con compromiso. Es una persona que está constantemente trabajando y tiene la capacidad de sacar lo mejor de cada uno de los que estamos alrededor de él”.
La última división del peronismo local fue por la salida de los legisladores Nicolás Rochás, Alejandro Ramos Mejía y Luis Albrieu de la bancada del FdT. Conformaron el Bloque Renovador y se alinearon explícitamente con Sergio Massa. Desde el FdT los cuestionaron: probablemente terminen con el oficialismo provincial. Albrieu tuvo momentos de mucha cercanía en la militancia con Soria.
La derrota de Soria como candidato en 2019 -lo acompañó en la fórmula la actual titular Madgalena Odarda, titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, dependiente de Justicia- dio paso a que lo cuestionaran por “sectario” aunque él siempre sostuvo que el PJ estaba unido con su liderazgo. Miguel Pichetto ya estaba afuera y Soria tenía permanentes cruces con la senadora Silvina García Larraburu, una cristinista con peso en Bariloche. A poco de la derrota ella dijo: “La familia Soria ignoró a los referentes más importantes de la provincia, compañeros e intendentes peronistas y líderes territoriales fundamentales de sus comunidades”.
Soria apostó fuerte en el armado de las listas, “ni pichettistas ni camporistas”. Con el resultado puesto, el camporista Martín Doñate sostuvo que se debían “construir nuevos liderazgos en Rio Negro. No existen los nombres o apellidos salvadores”.
El actual senador Alberto Weretilneck asumió la gobernación en 2012, en reemplazo de Carlos Soria. Martín ya era intendente y en 2014, en la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, afirmó: “Este no era el rumbo. No es lo que los rionegrinos eligieron”; se quejó de que “nunca” fue escuchado por el mandatario.
La pelea escaló. “Lo único que me vino a proponer fue hacer negocios con el gobierno provincial en el tema petrolero, en materia de juego, en la obra pública”, señaló el entones gobernador. Para Soria esa era “otra de sus burradas” y se presentó a la Justicia para que el “gobernador ‘de prestado’ le aclare a los rionegrinos qué quiso decir cuando me llamó Al Capone”.
Entonces Soria creía que era “interesante” una posible alianza con Pichetto, que fue candidato en 2015 y perdió con el espacio provincial que armó Weretilneck. En 2019, Soria enfrentó a Arabela Carreras, después de que la Justicia impuganara la búsqueda de la segunda reelección de Weretilneck. Las acusaciones cruzadas marcaron la campaña. Soria apuntó a la cercanía entre el exmandatario y Mauricio Macri. “Son socios en el saqueo al país y la Provincia”. El escrutinio terminó 52,6% a 35,2%.
la nacion se contactó con los allegados de Soria –dijo que hasta que no asuma su cargo no dará entrevistas-, quienes plantean que “no es verosímil” que sea confrontativo; apuntan que “casi no tuvo inconvenientes” como intendente porque tenía “tendencia a confluir”. Pese a las críticas, subrayan que su modo de gestión “incluye a todos los sectores”. “No hay contacto con la realidad”, dicen respecto a los testimonios reunidos por este diario. “Supo dialogar todo el tiempo con los ciudadanos; tiene carácter, no le escapa a la confrontación para resolver tensiones”.
En su círculo insisten con que Soria está en la primera plana de la política provincial desde hace 16 años y los “hechos” que se mencionan con la prensa son los que “crea y distribuye un sistema normativo que tiene continuidad conceptual hace más de 30 años” en Río Negro. “Busca ser una alternativa a esa construcción y por eso ese sistema propala esas informaciones a todo el país”.
Sobre sus dichos de Massaccesi indican: “En todo caso es un cruce entre un intendente y un exgobernador corrupto, por cierto, que efectivamente era dueño de un diario y una radio y que, además, formaba parte del elenco estable del poder oficial de Río Negro”. No ven un “conflicto” con la prensa. Del relato de Verbitzky, indican que el periodista “se desdijo” ante la Justicia y no presentó testigos, por lo que el dirigente fue sobreseído en 2012. Respecto de la situación en Allen, fundamentan que el periodista es hijo de un funcionario “denunciado por Martín por corrupción”.
Minimizan el reclamo de la UTA por falta de audiencias porque “en ocho años el sistema de trabajadores no está reducido a un sindicato; es una expresión mínima”. Enfatizan que la ciudad tuvo 17 años de superávit, obviamente incluyendo la gestión del padre: “Marca la enorme confianza de los ciudadanos que ven cómo su dinero es puesto en obras”. Hay muchas explicaciones, pero ninguna autocrítica.
Con la colaboración de Paz García.
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