Martín Lousteau presiona a Larreta ante el avance de Macri y no descarta ir por la Presidencia en 2023 si hay un giro a la derecha de Pro
El senador pone sus fichas en la Ciudad, pero afianza su alianza con Morales y fortalece su fuerza nacional para condicionar al macrismo; la sintonía con Massa
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Martín Lousteau está convencido de que Horacio Rodríguez Larreta es el candidato de Juntos por el Cambio con más chances de llegar a la presidencia en 2023. Sin embargo, el senador nacional y conductor de Evolución Radical comienza a impacientarse ante la decisión del jefe de gobierno porteño de procrastinar la disputa de liderazgo en Pro y el freno a la ofensiva de Mauricio Macri, quien bendijo a su primo para la sucesión en la Capital para condicionar a Larreta y bloquear un eventual acuerdo con la UCR porteña.
Lousteau apuesta todas sus fichas a competir en la Ciudad, fortaleza electoral de Pro desde 2007, y conserva su sociedad con Larreta. Pero, atento a la avanzada del macrismo para garantizarse la continuidad del partido amarillo en el territorio porteño y la falta de autonomía de Larreta ante la ofensiva de Macri, el exembajador en los Estados Unidos estrecha lazos con Gerardo Morales, con quien se había enfrentado en duros términos en diciembre pasado tras la fractura del bloque radical en Diputados, para advertirles a sus socios de Pro que la UCR tiene capacidad de daño.
Es más, si bien su prioridad es competir por la Ciudad, Lousteau no descarta la chance de ir por la Presidencia en 2023 frente a un eventual giro a la derecha en el escenario político del país. Por ahora, se mantiene expectante. Construye y busca acumular capital político con el objetivo de suceder a Larreta. Relativiza el brote de adversarios de Pro y pone la mira en un punto estratégico: ¿habrá primarias? ¿Larreta desdoblará los comicios porteños? ¿el alcalde se atreverá ungirlo para contener a Macri -y a la UCR- o apostará por un candidato amarillo? “Horacio va a hacer lo que más le convenga para ser presidente”, repiten allegados al senador.
A los laderos de Lousteau les preocupa el protagonismo de Macri. Se sienten en las antípodas del plan de gobierno y el discurso neoliberal que empuja el expresidente. Los fragmentos de Para Qué en los que propone un ajuste “drástico” y sus arengas contra el discurso “progre” les causan escozor. Lousteau se lo ha dicho a Macri. Entiende que el expresidente está en la fase de revalorizar la marca de Pro ante la irrupción de Javier Milei. De hecho, hoy votó a favor de la prórroga por 50 años del financiamiento a la industria cultural, que rechazaba el macrismo duro. Y, como Morales, se excusó de asistir a la presentación del nuevo libro que hizo Macri en la sede de La Rural. Adujo que padecía una leve gastroenteritis. ¿Para qué ir?
Así, Morales y Lousteau preparan una puesta en escena para el próximo sábado en Costa Salguero con la excusa de conmemorar un nuevo aniversario del triunfo de Raúl Alfonsín en las elecciones de 1983, que marcaron el retorno de la democracia. Tan buena sintonía hay entre Lousteau y Morales que ambos acordaron detalles estilísticos de la escenografía. Es más, prometen que no habrá lanzamiento de vasos. Es que los radicales -pese a las divisiones internas que quedaron a la vista en la discusión por el Presupuesto- quieren mostrar una postal de unidad a la sociedad frente a la feroz interna de Pro. Movilizarán al aparato militante del centenario partido y exhibirán musculatura propia para advertirles a sus socios que tienen poder de fuego, es decir, estructura territorial. Para los radicales ese no es un activo menor ante la chance de que el Gobierno suspenda las PASO de 2023.
En plena luna de miel -hasta no descartan reunificar los bloques en Diputados-, Lousteau y Morales coinciden en un punto: deben frenar las muestras de apetito de Pro. “Si quieren que la coalición sea toda amarilla como en 2015, vamos a demostrar que tenemos capacidad de daño”, dicen en Evolución Radical. Larreta debería tomar nota porque es el principal destinatario del mensaje.
Es que Lousteau lo pone al alcalde frente a una encrucijada. Si concede el pedido de Macri de apoyar a su primo, Jorge, para la sucesión porteña y no abre el juego al radicalismo capitalino para heredar la Ciudad, Larreta ratificará, según el criterio del senador y sus laderos, que su apuesta a la amplitud no es real y que el Pro pretende quedarse con los casilleros más preciados en 2023. De lo contrario, si el jefe porteño apoya a Lousteau, deberá lidiar con un enfrentamiento interno a cara de perro con Macri y el núcleo duro de Pro. “Entonces, Jorge va a la ciudad porque se lo pide Mauricio y Santilli tiene que ir a la provincia porque es el que más mide, ¿y el Pro se queda todo de nuevo? La coalición no es de un solo color. Eso ya lo probamos y no funcionó”, advierten en el entorno de Lousteau.
En Evolución Radical están convencidos de que Larreta debe patear el tablero y plantarse frente a Macri para crear un polo anti-grieta que compita en las PASO contra el ala dura de JxC. Si no lo hace pronto, especulan, sus posibilidades electorales se licuarán a medida que se acerquen los comicios.
A la vez, Lousteau advierte ante los suyos que pretende reglas de juego claras en la Ciudad. Avisa que no se podrá “usar el aparato del Estado” en la campaña porteña. Una coincidencia con Bullrich, quien reclamó al alcalde que sea “prolijo” y “claro” en “cómo usa la plata de los porteños”. En el caso del senador, su fuerza maneja cajas importantes en la administración de Larreta: desde el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción hasta la secretaría de Deportes y el Banco Ciudad.
Para presionar a sus socios de Pro y explorar un acuerdo más amplio, que incluya fórmulas mixtas y la distribución equitativa de jugadores competitivos en el tablero, el líder de Evolución se jacta de tener candidatos con chances en los principales distritos: Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rodrigo de Loredo (Córdoba), Flavio Fama (Catamarca), Alejandro Cacace (San Luis) o Pablo Cervi (Neuquén), entre otros. También impulsa a Martín Tetaz en Buenos Aires.
En un sector del radicalismo sospechan que Larreta -con quien ven más posibilidades de converger frente a la radicalización de Macri y Patricia Bullrich- se inclinará por preservar el casillero de vice para un representante de la UCR (Morales, Gustavo Valdés o Carolina Losada). Por eso, empujan el debate de las fórmulas cruzadas y exhiben musculatura para negociar lugares con el Pro.
El desencanto con Manes
Esa estrategia que pergeñan con sigilo Morales, aun sostiene su proyecto nacional, y Lousteau enfrenta un escollo: la ambición presidencial de Facundo Manes. ¿Aceptará bajarse a la provincia de Buenos Aires? Quieren que haga carrera política antes de subir a la Torre de Marfil o la “jaula de oro”, como le dice Macri a la Casa Rosada. El médico lo descarta y avanza con su plan con la mira en Balcarce 50. Eso sí, el sábado estará ausente el cónclave radical. Tras las turbulencias por sus críticas a Macri por el “populismo institucional” de Cambiemos, el médico viajó a Sevilla, España, para participar del acto del PSOE por el 40° aniversario de la victoria de Felipe González.
El vínculo de Manes con Morales y Lousteau no atraviesa el mejor momento, sobre todo, después del desmarque del comité nacional frente a las críticas del neurólogo a Macri. Hay una suerte de desencanto mutuo. Al evento en Costa Salguero irá el alter ego de Manes: su hermano Gastón, titular de la Convención Nacional de la UCR.
Así, el jujeño y el senador acapararán todo el protagonismo en el acto radical en Palermo: serán los oradores principales y compartirán el escenario. Allí también estará Alfredo Cornejo, quien construye un perfil propio, lejos del tándem Morales-Lousteau. El exgobernador de Mendoza opta por el menú programático de los “halcones” en el universo de Pro y no oculta sus coincidencias con Bullrich y Macri.
La sintonía con Massa
Lousteau siguió muy de cerca el debate por el Presupuesto en Diputados. En esa discusión se vio otra coincidencia con Morales: tuvo una buena sintonía con Massa. Es más, Evolución Radical se anticipó a sus socios de Pro, la UCR o la CC y advirtió que daría quórum y acompañaría el proyecto del tigrense antes de que se iniciara el tratamiento parlamentario. El senador, que lanzó hace meses una fundación que arma un plan de gobierno y propuestas para “eliminar privilegios” del Estado, consideró que el presupuesto diseñado por Massa estaba correcto. Además, quedó satisfecho con el resultado de la negociación que encabezó Yacobitti.
El discípulo de Enrique “Coti” Nosiglia no solo consiguió fondos para universidades -se firmó un acuerdo con rectores- y la incorporación de una cláusula que restringe al Poder Ejecutivo a manejar de manera discrecional ingresos extrapresupuestarios si la inflación supera el 60% (pauta proyectada en el proyecto). También logró que Massa aceptara introducir un artículo para deducir los gastos de educación del impuesto a las ganancias. La deducción operará hasta el límite del 40% de la ganancia mínima no imponible.
“Es un presupuesto con baja del gasto en año electoral y, además, nos dieron casi todo lo que pedimos, como la cláusula gatillo y la deducción de ganancias a gastos educativos”, afirmó Tetaz.
En la tropa de Lousteau se vanagloriaban de esos pactos y cuestionaban la postura intransigente de Pro y la CC -repiten que en 2021 Elisa Carrió quería votar a favor de un presupuesto mal diseñado y “amateur”-. Más rencillas internas.
Otra señal de las buenas relaciones con Massa es que el bloque de Evolución Radical estuvo cerca de acompañar el artículo que obligaba al Poder Judicial a pagar el impuesto a las ganancias. Tras una discusión interna -hubo distintas posturas-, definieron no apoyar. ¿Temieron quedar expuestos y votando en consonancia con el kirchnerismo?
Por lo pronto, decidieron aplazar el asunto judicial a la comisión para “trabajar las modificaciones con rigurosidad”. Danya Tavela, que participó de la reunión con los magistrados, continuará estudiando el tema.
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