En medio de las negociaciones, Martín Llaryora advirtió a Milei: “No se puede sostener un programa fiscal solo con ajuste”
El gobernador cordobés plantea que el blanqueo, la moratoria y bienes personales deberían debatirse en la próxima sesión; no apoya una vuelta atrás con el impuesto a las Ganancias
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CÓRDOBA.- El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, advirtió que al ajuste fiscal hay que acompañarlo con un plan productivo, porque de otro modo no será sostenible. Antes de participará este lunes de la reunión de mandatarios para fijar una posición de cara al debate del proyecto de ley ómnibus, la definición del sucesor de Juan Schiaretti confirmó que todavía no hay consenso para que el megaproyecto salga como pretende el presidente Javier Milei.
En diálogo con LA NACION, Llaryora afirmó: “La decisión que tomaron fue sacar todo el esquema fiscal. Ojalá haya consenso para volver a incluir lo que tenía acuerdo, porque sino es perder un tiempo cuando no es necesario”. Esos puntos que el cordobés pidió reconsiderar son la moratoria, el blanqueo y el anticipo de bienes personales.
-¿En qué punto quedó el diálogo con la Casa Rosada a partir del retiro del paquete fiscal?
-El Gobierno decidió retirar el paquete fiscal, al menos la parte más urticante, para conseguir consenso. Esa fue la base para buscar mayor consenso, pero se podría haber retirado solo una parte porque había acuerdo en el blanqueo, en la moratoria y en bienes personales. Dejarlo era una manera de hacerse de recursos, tanto para la Nación como para las provincias, en un momento en que son necesarios para los dos niveles de gobierno.
-¿Cuál cree que es el problema de fondo en la discusión?
-Entiendo que reducir los déficits fiscales sin producción y sin generación de empleo no se puede. No se puede sostener un programa fiscal solo de ajuste. Si no se genera inversión y trabajo, se cae el programa fiscal y el plan de gobierno. Ya lo vimos a eso en la Argentina; ya hemos tenido otras experiencias en las que había un diseño fiscal pero no uno productivo. Es lo que venimos planteando con nuestros legisladores. Con la postura de los gobernadores, ayudamos a salvar sectores que si le llevaban las retenciones al 15% en un año no solo no exportaban más, sino que se iban a la quiebra. Porque enfrentaban el cocktail de devaluación, recesión y más presión tributaria.
-¿Falta diálogo, falta llegada al Presidente?
-No sé, hay que preguntarle a ellos. Nosotros siempre dijimos qué íbamos a acompañar y qué no. Eso estaba claro. La decisión que tomaron fue sacar todo el esquema fiscal; ojalá haya consenso para volver a incluir lo que tenía acuerdo, porque sino es perder un tiempo cuando no es necesario.
-¿Cómo está el proyecto, sale?
-Quedan temas. Por ejemplo, el capítulo de biocombustibles lo observamos; también el de las privatizaciones. No creemos que el Banco Nación, Arsat, el Inta y Fadea, entre otras, deban privatizarse. Se pueden capitalizar pero el plan de mercado tiene que pasar por el Congreso. No tenemos que repetir errores; ya vivimos años en que empresas estatales se regalaron y después se las devolvieron para que el Estado las pusiera de pie. Las que se capitalicen debe ser con un programa serio.
-¿Qué propuestas hicieron antes del retiro del capítulo fiscal?
-Varias. Por ejemplo, el impuesto PAIS, que ya está vencido, para nosotros tiene que prorrogarse. De alguna manera se coparticipa, porque una parte va a obras para provincias y ciudades. Hay que continuarlo. Hubo otras alternativas, como el impuesto al Cheque, para subirlo y coparticiparlo.
-¿En base a qué eligen qué impuestos sí y cuáles no?
-Tenemos la buena voluntad de ayudar, entendemos que hay que cerrar el déficit, bajar gastos y subir ingresos. Pero no da lo mismo reducir cualquier gasto, ni parar cualquier obra. No se puede bajar el Incentivo Docente; no se puede suspender el gasoducto central, que es clave para dejar de importar gas. No podemos depender solo del campo. Hay que empezar a tener criterio. “Voy a suspender todas las obras”, dicen; hay algunas que son estratégicas, que hacen al desarrollo.
-¿Cuál es el límite del ajuste fiscal para usted?
-Hay que tener un plan de reducción del déficit, debe ser lo menos doloroso posible, con impuestos pagables y sin destruir el tejido productivo porque de otro modo habrá más desempleo, más crisis. No existe plan fiscal sin plan productivo. Ya todos los argentinos enfrentamos devaluación con recesión y esto no va a ser sostenible en el tiempo si no llegan inversiones, si no se genera empleo. Si no mejora la actividad no se van a poder pagar impuestos y se vuelve a lo mismo.
-¿Qué pasa con Ganancias? ¿Tienen que retrotraerse las modificaciones?
-Hacerlo es imposible. Los trabajadores enfrentan altísima inflación con la consecuente pérdida de poder adquisitivo y, además, recesión. Hacerle pagar a los trabajadores más no se puede. Hay que pensarlo como existe en todo el mundo, progresivo y para los altos ingresos.
-Después de la reunión con Milei, fue uno de los que habló y afirmó que quería colaborar…
-Queremos acompañar, queremos que le vaya bien al Gobierno porque es la manera de que le vaya bien a la Argentina. Estamos dispuesto a dar gobernabilidad, a dialogar y a buscar consenso para mejorar medidas, pero defendemos el interés de nuestras provincias, defendemos a los sectores productivos. Hay muchos dirigentes con buena intenciones, pero con planes que fracasaron; tenemos que aprender de la experiencia. Hay que generar una visión productiva, sino lo fiscal solo no sirve. Hay que estabilizar y cuidar la situación social.
-¿Le preocupa la situación social, la tolerancia al ajuste?
-Por supuesto, es tremenda. Gobernadores e intendentes somos el buffer de contención, por eso es importante tener en claro qué bajas presupuestarias se pueden hacer y cuáles no. No se puede tocar el Incentivo Docentes, no se puede suspender cualquier obra. En la Argentina tenemos que rediscutir lo obvio; los países piensan lineamientos productivos y a partir de ahí lo fiscal, acá es al revés.
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