Martín Llaryora asumió como gobernador en Córdoba: “No es tiempo de poner palos en la rueda”
El gobernador que sucede a Juan Schiaretti sostuvo, a la vez, que continuará con los reclamos que la Provincia viene planteando a la Nación
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CÓRDOBA.- Martín Llaryora juró como gobernador de Córdoba; sucede a Juan Schiaretti, su socio político.Admitió que sabe que “estamos en una de las peores crisis económica y social de la historia argentina” que requerirá de “decisiones valientes” que tomará en “diálogo” con los legisladores y “todos los sectores sociales”. Gestionará, dijo, para que “Córdoba no pare”. En esa línea, enfatizó el rol de Schiaretti, a quien elogió fuertemente. Ratificó que “acompañará” al presidente Javier Milei pero, a la vez, marcó límites.
A los pocos minutos de iniciado su discurso, mostró un video del primer mensaje de Raúl Alfonsín como presidente. Un gesto hacia sus aliados radicales y también una diferenciación de quienes lo critican fuertemente, como los libertarios.
“No es tiempo de poner palos en la rueda”, afirmó en referencia a que habrá diálogo con Milei, a quien le deseó lo mejor pero, en la misma frase, sostuvo que “ninguno de los cordobeses va a abandonar” los aspectos por los que vienen luchando. Para el agro, pidió la baja de las retenciones; para todos los ciudadanos, que los “subsidios se repartan con equidad” y, para los jubilados, que cumplan con el envío de los “recursos que corresponden”.
En ese contexto, afirmó que para “defender los valores que hacen de Córdoba una provincia distinta” hará “lo posible e imposible para que la obra pública no pare” y para que la educación pública y la salud pública se destaquen por sus prestaciones y logros “de calidad”. Otra diferenciación con algunos de los dichos de Milei en campaña.
Respecto de la seguridad, pidió a la Nación que “cumpla” con los deberes que están en su órbita para “vencer” al narcotráfico. En paralelo, apuntó que habrá una reorganización de la Policía a la vez que habrá más recursos para el sector.
Llaryora planteó que los “errores” de política económica se “profundizaron en los últimos meses” y refirió a Milei, cuando habló de que “pronto se caerá en estanflación”. Anunció la reducción del 25% de los salarios del gobernador y vice y también del 15% de ministros y pidió a la Unicameral, sumarse. También afirmó que se congela el ingreso de personal a la administración pública, salvo en las áreas esenciales. Aunque su idea original eran 32 carteras y agencias, terminó recortando el diagrama a 14.
El gobernador revalorizó el “diálogo” y, además de homenajear a Alfonsín, hizo lo propio con los exgobernadores Eduardo Angeloz y Ramón Mestre (UCR) y de José Manuel de la Sota y Schiaretti. Pidió el “aporte de todos” para “saldar las deudas” que la dirigencia tiene a 40 años de la recuperación de la democracia tiene con la sociedad. Enfatizó que se debe trabajar con “federalismo y equidad”.
Pese a que Cambiemos nació en esta provincia (su “kilómetro cero” es Marcos Juárez) y que -salvo en esta última elección- siempre tuvo muy buenas performances electorales, el peronismo cordobés (que se distinguió del kirchnerismo, especialmente desde la crisis del campo en 2008), gobierna el distrito desde 1999.
Incluso ayer, cuando Daniel Passerini asumió como intendente de la ciudad capital, se produjo un hecho histórico: un peronista le entregó el mando a otro. Esa jurisdicción le resultó siempre esquiva al peronismo.
Llaryora viene reforzando la construcción del “cordobesismo” que iniciaron sus antecesores, De la Sota y Schiaretti. Su vicegobernadora, Myrian Prunotto, es radical (recientemente fue expulsada de la UCR) y en su estructura administrativa dio espacio a todos los aliados que lo acompañan. En su asunción, recalcó este “nuevo modelo de hacer política” que espera que transforme el “partido cordobés” en un “partido argentino”.
“El partido cordobés tiene una sola ideología, una sola génesis, que es luchar por todos los cordobeses unidos”, añadió y ratificó que es tiempo “de dejar las grietas, de dejar las peleas, de encontrar caminos comunes”.
Asegura que, por el momento, se concentrará en Córdoba mientras Schiaretti intentará reconstruir el peronismo nacional con un perfil diferenciado del kirchnerismo. Sin embargo, por su perfil, hay consenso de que también tendrá un rol a nivel nacional, sobre todo en tiempos en que los mandatarios electos tienen la “llave” para que Milei pueda avanzar con sus proyectos en el Congreso.
Esta tarde, después de participar de la asunción de Milei como presidente, Llaryora recibirá en San Francisco, su ciudad natal, los atributos de poder de manos de Schiaretti y mañana, en Río Cuarto (capital alterna de la provincia) pondrá en funciones a sus 14 ministros. Aunque su idea original eran 32 carteras y agencias, terminó recortando el diagrama.
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