Martín Guzmán se mostró en el conurbano con el Movimiento Evita, rival acérrimo de La Cámpora
El ministro de Economía estuvo en Almirante Brown junto a Emilio Pérsico, jefe de la organización que enfrenta al kirchnerismo duro; puertas adentro le reclaman “resultados” contra la inflación
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El ministro cambió este martes, por un rato, las alfombras del Palacio de Hacienda por las calles de tierra del conurbano. Y lo hizo para exhibir el apoyo político de una organización que, dentro de la fragmentada coalición oficialista, tiene despliegue territorial más allá de la General Paz. Martín Guzmán se mostró hoy junto al líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, justamente uno de los dirigentes más enfrentados a La Cámpora y que más decididamente juega sus fichas a Alberto Fernández en su disputa interna con Cristina Kirchner.
La “bajada” del ministro más cuestionado por el kirchnerismo al Gran Buenos Aires tuvo lugar esta tarde en Almirante Brown, donde visitó la sede de la Federación Unión Nacional de Cooperativas Argentinas de Trabajo, junto a su colega de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. En los hechos, la organización social que se convirtió en un puntal del Gobierno se alineó con la orden presidencial de defender a Guzmán de los embates del kirchnerismo. Claro que el funcionario tiene la lapicera para firmar resoluciones que reclama “el Evita”.
Por caso, el proyecto para crear un “monotributo social” que el Gobierno enviaría para su tratamiento en el Congreso. O la creación de un ministerio de la “economía popular” que Pérsico y otros referentes oficialistas como Daniel Menéndez (Barrios de Pie) reclaman puertas adentro de la administración frentetodista y que, por cierto, requiere del aval de Guzmán. “Buscamos fortalecer la construcción de un futuro en donde la economía popular tiene un rol importante”, dijo el ministro de Economía como un gesto a sus anfitriones.
Guzmán recibió el apoyo del Movimiento Evita en momentos en que desde el kirchnerismo piden cada vez más abiertamente su salida del gobierno. El ministro de Economía también comenzó a recibir otro tipo de presiones, como la que la semana pasada le hizo el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, al reclamarle que adelante la actualización del impuesto a las Ganancias. Según pudo saber LA NACION, la respuesta del funcionario de que se trataba de una “obviedad” no cayó bien en el Gobierno ni en el Congreso.
“Guzmán necesita mostrar resultados contra la inflación, más que aparecer en actos políticos”, deslizaron fuentes partidarias tras la aparición del ministro en el conurbano bonaerense. Fue un acto incómodo para la dirigencia de Almirante Brown, porque está más cercana al kirchnerismo y por ende, concibe al Movimiento Evita como un adversario interno. Uno de los referentes de la organización, Fernando “Chino” Navarro, venía de poner en duda la autenticidad de las afiliaciones del PJ bonaerense, que lidera Máximo Kirchner.
En medio de la interna oficialista, que mantiene sin diálogo a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner, el que procuró poner paños fríos esta tarde fue “Juanchi” Zabaleta. En un escenario marcadamente antikirchnerista, el ministro de Desarrollo Social sostuvo que la salida de la crisis del Frente de Todos “es con Alberto y con Cristina”, según relataron las fuentes consultadas. Zabaleta es justamente uno de los ministros del gabinete nacional que recompuso las líneas de contacto con el kirchnerismo, junto a Gabriel Katopodis.
En este escenario, Guzmán prometió al Evita avanzar en lo que denominó como “el Régimen de Promoción de la Economía Popular”, un proyecto que “apunta a poner en valor al empleo en el sector facilitando la formalización de trabajadores, y que estos actores tengan también acceso al crédito”. El ministro también se manifestó favorable a “la idea de que el Estado compre popular; que haya una valorización mayor de lo que se produce en la economía popular”. En buen romance, que las cooperativas le puedan vender al Gobierno.
Guzmán no pasó por alto la interna gubernamental. “Es muy importante trabajar en equipo para poder construir futuro. Al fin y al cabo, queremos todos lo mismo; los objetivos a los que apuntamos son los mismos. A veces tenemos diferencias en cómo llegar a esos objetivos, pero siempre tenemos que acordarnos que el conflicto de intereses pasa por otro lado”, advirtió el ministro de Economía en su salida al conurbano.
En la vereda de enfrente
En forma contrastante, fue el kirchnerismo fue el que transitó hoy por las alfombras palaciegas. El subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, el funcionario que se convirtió en un símbolo de la “resistencia” camporista al rumbo económico de Guzmán, se presentó en el hotel Alvear de Recoleta en una “Mesa Redonda sobre Energía” que organizó el Institute of the Americas. También estuvo allí la secretaria de Provincias, Silvina Batakis, mano derecha del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
Basualdo ya había aparecido la semana pasada junto al senador Oscar Parrilli, presidente del Instituto Patria, en una visita al complejo Zárate-Campana para reclamar el avance de la cuarta central de energía nuclear, con financiamiento de China, un proyecto que el kirchnerismo considera que tiene pisado el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, por su cercanía a los Estados Unidos. El enfrentamiento entre el kirchnerismo duro y los funcionarios más cercanos al Presidente, como Guzmán, no cede en su nivel de intensidad.
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