Mario Serrafero: investigador, docente y agudo analista de las instituciones
No es común en la Argentina una carrera en Ciencia Política concentrada en la pura investigación y la docencia como la que desarrolló Mario Serrafero, fallecido esta semana a los 63 años, mientras escribía un comentario a un fallo de la Cámara Nacional Electoral. Su condición de abogado que egresó de la Universidad de Buenos Aires había sido apenas el piso de estudios jurídicos e institucionales sobre los que edificó una personalidad intelectual reconocida en múltiples ámbitos del país y el exterior, desde la Fundación Ortega y Gasset a la Universidad de Cambridge.
Después de obtener el doctorado en Ciencia Política y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y en Derecho Público de la UBA, Serrafero impartió cátedra en el Eseade y en las universidades de Belgrano y Palermo, y fue decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Llegó a ser investigador principal del Conicet e hizo tiempo, en medio de la diversidad de temas que suscitaban su curiosidad inagotable, para licenciarse en Psicología.
La Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas lo había incorporado en 2005 como miembro de número. Para los estándares académicos, una recepción de esa naturaleza con apenas 50 años de edad, como ocurrió en su caso, constituye un hecho poco usual, y de por sí admirativo. Fenómenos como ese infunden, es oportuno señalarlo, reflexiones sobre la necesidad de que las corporaciones académicas atiendan por igual en su balanza la consagración de trayectorias y la madurez larga en experiencias en ciencias y humanidades, por un lado, y la vitalidad y compenetración, por otro lado, con las visiones de rigurosa contemporaneidad y prospección. Esto último lo aseguran, más que otros, quienes se encuentran por su relativa juventud en la plenitud de la fecundidad creativa. Por la convergencia efectiva de tal conjunto de valores las academias se afirmarán socialmente aún más como cuerpos vivos e influyentes.
Que aquello es posible lo testimonió Serrafero por la simpatía y circunspección con las que sus pares académicos tomaban habitualmente nota de ponencias de su versación. En los últimos tiempos había procurado profundizar sus estudios sobre el populismo y otras categorías deformadoras de la democracia. Una de sus obras queda como catálogo sugerente de tantas desviaciones: "Exceptocracia".
Su salud se hallaba deteriorada desde hacía un tiempo, pero no era este asunto que figurara en las conversaciones contenidas de un hombre más bien ensimismado y discreto, sin falsa modestia. Lo recordamos por sus publicaciones periodísticas, tanto en la nacion como en Clarín, y entre ellas, por una observación que hizo tan pronto se conocieron los resultados electorales de 2017. Pareciera que ese comentario mantiene alguna frescura en relación conjetural con lo que podría decirse sobre los comicios generales del año próximo: no hubo mejora económica o reducción de la pobreza en términos que expliquen el triunfo de Macri, un año atrás; sí, que este se plantó ante el electorado con una idea superadora del período kirchnerista, entendido como pasado inficionado por el óxido. ¿Alcanzará tal sesgo a Macri, una vez más?
Mario Serrafero había nacido en Buenos Aires, el 13 de mayo de 1955.
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