María Migliore: “La economía popular existe y produce valor; el Estado debe integrarla”
En medio de la pelea en el Gobierno por el manejo de los planes, la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de Horacio Rodríguez Larreta pide rediseñar la política social y “cambiar las reglas de juego”; la discusión interna en Juntos por el Cambio, Macri y el fenómeno de Milei
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El abordaje de la política social no solo divide aguas en el Gobierno, donde se desató una interna feroz entre el kirchnerismo y las organizaciones piqueteras por el control de los programas asistenciales, sino que también agita a Juntos por el Cambio. Mientras Patricia Bullrich o Miguel Ángel Pichetto le achacan a Mauricio Macri haber tenido una postura concesiva con los referentes sociales y haber colaborado con la masificación de los planes y la “cultura de la pobreza”, María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de Horacio Rodríguez Larreta, reivindica la gestión de Cambiemos en esa área.
Con pasado en el peronismo y cercana a los curas villeros, Migliore oficia de nexo entre el alcalde y las organizaciones sociales y busca sumar adeptos al proyecto larretista en los sectores populares. Su impronta progresista en el abordaje de la política asistencial genera resquemores en el macrismo ortodoxo y en el ala conservadora de Juntos por el Cambio, pero Migliore está dispuesta a dar la batalla interna: “En la Argentina no se rompió la cultura del trabajo”, remarca. Considera que la política social “no se puede tercerizar” y machaca con que “la economía popular existe y produce valor, y el Estado debe integrarla”.
-¿El sistema de planes sociales está colapsado?
-Si hablamos del plan Potenciar Trabajo, que es el programa que hoy está en discusión, el modelo está agotado. Pero hay que pensar en distintos niveles. Por un lado, tenemos que debatir cómo vamos a hacer para generar empleo y que aquellos que hoy trabajan en el mundo de la economía social, puedan acceder a esos puestos. En ese punto hay una línea de trabajo que la política social debe profundizar.
Además, el plan Potenciar Trabajo debe ser implementado de una manera distinta. El Estado debe otorgar los planes de manera directa, con criterios claros, es decir, definiendo a quién le corresponde y por qué. Además, los planes deben ser diseñados con una temporalidad. Y, por último, deben tener condicionalidades. Por ejemplo, una condicionalidad educativa es fundamental a la hora de pensar estos programas.
-¿El problema es la informalidad laboral o que el Estado, con Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, cedió ante la presión de las organizaciones sociales?
-El problema es muy profundo. Hoy, tenemos siete millones de personas que trabajan en la economía social y popular. Yo creo que esa economía existe y produce valor, y el Estado debe tener una mirada para integrarla. Tenemos que ver qué marcos normativos generamos para reconocerla, cómo la hacemos más productiva y qué herramientas de crédito le damos.
Está claro que la política social, como está pensada hoy, tiene límites, y hay que cambiar las reglas de juego para generar resultados distintos.
"En la Argentina no se rompió la cultura del trabajo"
-¿Hay integrantes de los movimientos sociales que lucran con la pobreza?
-Hay denuncias y eso hay que investigarlo. Nadie le puede cobrar a un beneficiario un porcentaje para acceder al plan. Eso es ilegal y si sucede, hay que cortarlo.
La política social debe tener un rumbo claro, de transformación estructural. Es decir, intervenir para cambiar condiciones. Y eso lo tiene que implementar el Estado de manera directa. Lo que no quiere decir que en algunos programas puedas tener participación de organizaciones sociales o la Iglesia, pero el Estado debe marcar las reglas de juego y controlar la ejecución de la política pública.
-Cristina dijo que no se pueden tercerizar los planes. ¿Le sorprende ese giro?
-Insisto en que hay que cambiar las reglas de juego. Por supuesto, el Estado tiene que marcar el liderazgo. Ahora, si la discusión pasa por si lo administra uno u otro, nos vamos a quedar cortos. Hay que pensar cómo cambiamos las reglas de juego para que la política social esté vinculada a la política productiva.
-¿Por qué Macri no pudo cambiar esas “reglas de juego”? En un sector de Pro cuestionan la política social de Cambiemos y dicen que masificó los planes.
-Hay discusión interna y eso es bueno. Yo pienso que se avanzó mucho en materia de política social durante el gobierno de Macri y que deberíamos reivindicarlo como espacio. Por ejemplo, la ley de integración de barrios populares es muy buena y hay que profundizarla porque es la mejor herramienta que tenemos para transformar la pobreza estructural.
Ahora, hay un cambio de contexto y hay una discusión profunda que tenemos que dar: debemos entender que sin una macroeconomía ordenada y sin un plan de crecimiento sostenido es imposible resolver cualquier problema estructural de pobreza. Eso no tiene ideología política.
-¿Hay una rebelión entre los sectores que reciben planes? ¿No quieren ser más rehenes de las organizaciones sociales?
-En mi experiencia, las personas quieren trabajar para salir adelante. En la Argentina no se rompió la cultura del trabajo, sino la garantía institucional de que si tenías una oportunidad, ibas a poder salir adelante con esfuerzo. Eso hoy está roto y hay que reconstruirlo.
Claramente, el modelo del plan Potenciar Trabajo está agotado. Una cosa es que el Estado acompañe en un momento de emergencia, pero eso no puede ser una solución estructural.
-¿Considera que la falta de respuesta de la clase dirigente a esa demanda de empleo genera un sentimiento antisistema?
-Hay que volver a una política que aporte soluciones concretas. Ante un problema concreto hay que poner herramientas que permitan solucionarlo.
"Sin un plan de crecimiento sostenido es imposible resolver el problema estructural de la pobreza"
-¿Se pueden sacar los planes sociales en seis meses y poner un seguro de desempleo, como dice Patricia Bullrich? ¿Eso es viable con un nivel de pobreza del 50%?
-En Juntos por el Cambio tenemos un consenso sobre que la mejor política social es el trabajo. En La Matanza, la mesa nacional acordó un documento con cinco puntos muy claros. Eso nos define. La temporalidad respecto de cuándo se sacan [los planes] tiene que ver con el contexto. No sabemos en qué situación vamos a estar más adelante, porque eso depende de otras variables. Lo más importante es el consenso.
-¿Cuál debe ser el rol de las organizaciones sociales?
-El plan Potenciar Trabajo lo tiene que ejecutar directamente el Estado. Eso no quiere decir que las organizaciones no puedan ser parte de otro programa. No se puede tercerizar o privatizar la política social, la tiene que llevar adelante el Estado.
-Los intendentes piden manejar los planes. ¿Es una solución de fondo o un parche?
-Es un problema más complejo. La política social tiene que tener una perspectiva federal, porque está demasiada concentrada en el ámbito nacional. ¿Puede ser una buena herramienta pasarles a los intendentes algunas cuestiones? Es posible. Ahora, no necesariamente es una solución para que el programa Potenciar Trabajo tenga mejores resultados. Hay que cambiar las reglas de juego.
-En el ala dura de Pro dicen que usted tiene una postura concesiva con las organizaciones sociales y que fomenta la “cultura de la pobreza”. ¿Qué les dice?
-No siento eso. Veo que dentro de Juntos por el Cambio tenemos un consenso muy claro para dónde queremos ir. La política social no tiene que ser solamente existencial. El Estado tiene que estar presente en un contexto de emergencia y construir cerca de las personas. Ahora, la política social tiene que transformar y romper estructuras. Yo creo en eso. Hay que nivelar el punto de partida.
-¿Le hace ruido que Miguel Ángel Pichetto hable de “pobrismo” o Patricia Bullrich pida “terminar con la cultura de la pobreza”?
-A Miguel lo respeto mucho. Hablamos sobre este tema. Él plantea una Argentina que esté anclada en un proyecto de salida adelante a partir del trabajo. En eso tengo un cien por cien de coincidencia. Hay una discusión sobre cómo lo comunicamos, pero eso me parece sano en una coalición amplia.
-¿Qué tamaño debe tener el Estado? Por ejemplo, Macri dice que se terminó la idea del Estado paternalista.
-Primero, hay que discutir la calidad del Estado. Si un plan no produce inserción laboral, hay que replantearlo. El Estado debe estar presente, pero teniendo una mejor calidad de bienes públicos.
"Las ideas de Juntos por el Cambio no son las de Javier Milei"
-¿Hay dos visiones de país en Juntos por el Cambio?
-Estamos trabajando para tener un plan de gobierno claro, consistente y consensuado. Es sano y válido que haya discusión política interna sobre algunos temas. Así crece la coalición y nacen las mejores ideas. No le tengo miedo al debate.
-¿Cree que Macri podría volver a ser presidente?
-Macri tiene un liderazgo claro dentro de la coalición. Fue el presidente de nuestro espacio y armó este proyecto político. Tiene una ascendencia importante que hay que reconocer y valorizar.
Yo personalmente pienso que Larreta tiene que liderar un proyecto nacional en la etapa que viene.
-¿Hay una reivindicación de Macri en los sectores populares?
-Hay un pedido para que nuestra agenda tenga que ver con el trabajo y la seguridad. Hay una oportunidad de que nuestro proyecto sea acompañado en 2023.
-¿El modelo acuerdista de Larreta podría bloquear reformas estructurales?
-Construir consensos es la única manera de tener políticas a largo plazo. Estoy convencida de que [el plan del 70%] no es “statuquista”, sino profundamente revolucionario. Nunca se intentó hacer algo así en la Argentina. Los países que pudieron salir adelante lograron consensos básicos que trasciendan la identificación política.
-¿Juntos por el Cambio necesita sumar a más sectores del peronismo?
-Una cosa es un acuerdo electoral y otra uno de gobernabilidad. Lo primero que debemos tener es un rumbo claro y compartido dentro de Juntos por el Cambio para saber cómo vamos a llegar a ese lugar.
"El plan del 70% no es statuquista, sino profundamente revolucionario"
-Como dirigente de la oposición, ¿la interpela la aparición de Javier Milei y los liberales?
-Sí, por supuesto. Y tiene que interpelar a todos los espacios porque expresa un descontento generalizado respecto de que la política no da respuestas estructurales hace mucho tiempo. Ante eso, debemos escuchar. Y debatir cómo generamos las mejores soluciones. Creo en liderazgos que se hacen cargo de los problemas y ponen planes de acción para resolverlos. Y hay que estar cerca.
-¿Y las ideas de Juntos por el Cambio son las de Milei?
-No. Nosotros tenemos otras ideas.
-¿Cuál es la esencia de Pro? ¿Se siente más identificada con la cosmovisión del radicalismo?
-Hay tres ideas fundamentales que nos representan dentro de Pro y Juntos por el Cambio. Primero, la necesidad de que haya un orden y un plan de crecimiento. Eso no es de izquierda ni de derecha, sino sentido común. Segundo, la idea de libertad está muy arraigada en Juntos. ¿En qué momento pensamos en la Argentina que la libertad es una cuestión de derecha? Es un concepto profundamente revolucionario y que ha inspirado transformaciones en la historia. Yo reivindico la libertad.
En tercer lugar, la política debe resolver problemas concretos y generar condiciones para que se pueda vivir bien. Eso reivindicamos.
-¿Le preocupa el coqueteo de Macri con Milei y que diga sus ideas son la esencia de Pro?
-Fue claro el comunicado de la mesa nacional.
-Hubo polémica por el veto a Milei, quien no quiere ingresar a JxC.
-El comunicado fue claro.
-¿Por qué el Sur sigue siendo la zona más postergada en la Capital después de catorce años de gestión de Pro?
-La transformación que hubo en el Sur durante nuestro gobierno es gigantesca. Hubo un avance significativo en materia de infraestructura. Después hay una cuestión que tiene que ver con el deterioro general de los ingresos y la inflación. Esa es la respuesta.
-¿Y por qué ese “avance” no se tradujo en votos a Larreta?
-La última elección tiene que ver con el descontento generalizado de la clase media. Sin duda, tenemos que seguir trabajando.
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