María Eugenia Vidal habló de la foto de Macri con Bullrich: “Si miramos eso, no entendimos nada”
La exgobernadora dice que quien mira una foto está poniendo atención a algo pequeño; anticipa que si llega a la presidencia hará una reforma laboral y otra previsional
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PINAMAR, enviado especial-. María Eugenia Vidal hace base en Cariló pero de ahí se suma a algunas recorridas por el resto de la costa bonaerense. Está lanzada a la presidencia, pero sabe que una definición de Mauricio Macri sobre una candidatura puede modificar el tablero de Pro, tanto si anuncia que competirá como si apoya a alguno de los tres que se anotaron (además de ella, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta).
Dice que lo que importa no es una foto “sino los problemas de la gente”. También minimiza la discusión entre “halcones y palomas”: “Hay que hacer reformas estructurales desde el primer día y el diálogo no es opuesto al cambio”, explica. Entre las reformas que propone, tiene en carpeta una laboral y una previsional. “Los argentinos tenemos que entender que el sistema previsional está quebrado y que no se van a poder pagar las jubilaciones”, afirma. Recibe a LA NACION y repasa eso, su relación con Macri, la sucesión de Larreta, el posicionamiento de Martín Lousteau, la licencia de Marcelo D’Alessandro en la Ciudad y las denuncias contra Gerardo Millman. Rechaza un acuerdo político con Javier Milei. “Juntos por el Cambio demostró que puede ganar la provincia de Buenos Aires en tres de las últimas cuatro elecciones”, sostiene.
-Usted tenía una posición un poco más distante de Macri. Hoy está bastante más cerca. ¿Cambió algo?
-El vínculo que nosotros tenemos, que ya lleva más de 20 años, no se modificó. El afecto, el respeto que nos tenemos siempre estuvo ahí. Incluso en momentos en que podíamos tener miradas distintas: nunca dejamos de hablar ni de escucharnos, de debatir, y creo que ese es un activo de Mauricio. Tenemos una muy buena relación, como la tuvimos siempre.
-Pero en algún momento estaba más cerca de la idea de que Macri no fuera el candidato.
-No. Tuvimos diferencias el año pasado en relación a si yo tenía que ser candidata en provincia o en Capital, pero no en relación a su participación política. Eso es una decisión de él. Para mí que él sea parte de Juntos por el Cambio es un activo, porque es un expresidente, porque solo alguien que estuvo allí sabe las dificultades que hay que atravesar. Después lo que él haga en política es una decisión de él. Nadie más que él la puede tomar.
-¿Pero no pensó que era el momento suyo o de Larreta y no de Macri?
-No. Yo nunca me pronuncié a favor de ninguna candidatura específica. Y no lo hice porque creo de verdad que eso es lo menos importante. En la Argentina tuvimos la idea de que un candidato nos iba a resolver lo que nos pasaba: es hora de que entendamos que esto lo resuelven un equipo y una generación de dirigentes que esté comprometida no a cuatro años sino a veinte. La gente también está harta de la política. Tenemos muchos buenos candidatos.
-Dentro de Pro, más allá de esto que usted plantea, todos miran qué es lo que hace Macri. Y una de las cosas que hizo Macri fue alojar dos días a Bullrich en su casa en Cumelén. ¿Fue una bendición a ella en detrimento de Larreta o su caso?
-Eso es mirar chiquito. Es mirar mezquino.
-Pero lo hacen dirigentes de su partido.
-Bueno, yo no lo hago. No lo hago, no creo en eso. Mauricio nos recibe a todos en su casa en Cumelén, cada vez que yo quiero hablar con él, él está. Y no soy la única, la mayor parte de los dirigentes de Pro tiene esa posibilidad. Me parece que hoy, si nosotros discutimos estas cosas, no entendimos nada. Frente a un presidente que dice que la inflación es algo autoconstruido, y con la peor inflación de los últimos 30 años, la gente está angustiada; si estamos discutiendo esas pequeñeces, de verdad no nos merecemos liderar el proceso de cambio en la Argentina.
-A Macri le han preguntado en público a quién apoya más: él ha dicho que Bullrich representa muy bien sus ideas; que usted en el último tiempo también; y no tanto así Larreta.
-Por lo que escuché, él siempre ha tratado de ser equilibrado en relación a los tres. Lógicamente, él nos ha liderado y nos ha dado la oportunidad de crecer a los tres a lo largo de veinte años, nos ha dado espacios a los tres para crecer y no creo que hoy quiera mostrarse inclinado a favor de uno u otro. Él va a proponer eso: él va a promover eso, una discusión sana de ideas, de qué país queremos y no de quién recibe en su casa.
-Son gestos, pero son gestos que en la política tienen peso.
-Son gestos, si estamos mirando esos gestos, lo único que le estamos diciendo a la gente es que estamos lejos de sus problemas reales. Esta semana circuló la idea de ampliar la Corte por decreto, con la comisión Beraldi, la reforma a la Corte; todo fue siempre para intimidar a los jueces y para garantizar la impunidad de Cristina Kirchner. Como no pueden con la Justicia porque en el Congreso la oposición unida lo ha impedido, ahora quieren ir por el Congreso y gobernar por DNU. Es grave porque cuando eso pasa también afecta a la economía. Y tiene que ver con lo que pasa y con no llegar a fin de mes. Porque cuando las reglas de juego se afectan, tampoco hay progreso. Eso es lo que más me preocupa. No me importa si Mauricio se sacó o no una foto con Patricia Bullrich. O si la recibió en Cumelén o no. O qué dice de Horacio Rodríguez Larreta o de mí. Mauricio es un dirigente muy valioso y está también preocupado por esto y no por las fotos.
Qué hará Vidal si Macri se presenta y qué piensa de la sucesión de Larreta
-Ritondo dijo hace una semana que si Macri era candidato era muy difícil que alguien saliera a competirle desde el Pro ¿Está de acuerdo?
-No puedo hablar por los demás, sí por mi. Si Mauricio fuera candidato, yo no competiría en una PASO. Como te dije antes, es un líder que nos hizo crecer a todos. Y desde ese lugar decidiría no competir.
-¿Descarta ser candidata por la ciudad de Buenos Aires a jefa de gobierno?
-Yo creo que puedo contribuir a la Ciudad desde el gobierno nacional. Toda esa experiencia de haber gobernado a casi veinte millones de argentinos la quiero trasladar al equipo nacional. Por supuesto que me gustaría ser presidenta y si pudiera liderar el proceso de ese lugar y si no, desde cualquier lugar. Esta no es una carrera de cargos. No necesito tener un cargo, yo creo en este proyecto de país, hay que cambiar la Argentina profundamente. Me da vergüenza un gobierno que va de bochorno en bochorno, que no puede resolver los problemas básicos de la gente. Y creo que tenemos hoy un equipo muy sólido que aprendió de gobernar y que puede dar un cambio en la Argentina. Pero el lugar que me toque ocupar lo va a elegir la gente.
-Pero también hay intenciones, aspiraciones. En su caso usted dijo que quiere ser presidenta. La pregunta es si llegado el caso, descarta totalmente ser candidata a jefa de gobierno.
-No estoy trabajando para eso, no estoy para eso. Estoy recorriendo el país. Recorrí todas las provincias de la Argentina. Me reuní con 80 sectores productivos, la buena noticia de la Argentina, pese a lo mal que la estamos pasando, es que hay por donde salir. Ayer estuve con operadores turísticos de Villa Gesell, estoy recorriendo toda la costa.
-Pero no dice taxativamente si descarta o no.
-No. No quiero. No trabajo para eso. Más claro imposible. Me gustaría ser presidenta. Y si no, acompañaré desde el lugar que me toque, espero desde el gobierno nacional.
-¿Larreta tuvo una dificultad para crear una sucesión en Pro?
-Todavía falta, creo que es bueno que haya varios, está Jorge Macri, está Soledad Acuña, Fernán Quirós, una persona que conozco mucho, está Emanuel Ferrario, que es un joven que quiere renovar Pro. Parte del desafío que Pro tiene es que no seamos siempre los mismos. Tiene grandes dirigentes la Ciudad para que siga gobernando.
-Pero dentro del espacio de Juntos por el Cambio está Martín Lousteau, por ejemplo, que se posiciona mejor en las encuestas que los dirigentes que usted nombró recién.
-A mí me parece muy válido que el radicalismo quiera gobernar la Ciudad y vaya a una PASO. Como parte de Pro y un equipo que gobernó la Ciudad, que la transformó, quiero que siga gobernando Pro. Cualquiera de los candidatos podría perfectamente ganar la elección.
-¿Le parecería bien que Pro haga un acuerdo con Lousteau para que él sea el único candidato?
-Quiero que el próximo jefe de Gobierno sea de Pro.
-Martín Tetaz habló de un acuerdo con Milei, ¿usted qué piensa?
-Cada vez que se habló de un acuerdo con Milei el propio Milei lo ha rechazado. Entonces me parece una discusión un poco abstracta. La verdad es que de las últimas cuatro elecciones, Juntos por el Cambio ganó tres en la provincia de Buenos Aires. Ganó en 2015, 2017 y 2021 con cualquier oferta electoral. Estamos perfectamente preparados para ganar este año en la provincia de Buenos Aires. Ayer estuve en Gesell, y en Gesell dejó de funcionar el SAME. En Mar del Plata, donde habíamos enfrentado a los narcos, hoy volvieron con más fuerza que antes. Por eso creo que Ritondo tiene que ser gobernador.
-No está de acuerdo entonces con un acercamiento a Milei.
-Plantearlo hoy mientras siga diciendo que no es un espacio con el que él acordaría es abstracto.
-¿Qué piensa de la incorporación de Redrado al gabinete de Larreta?
-No opino ni bien ni mal, porque Horacio tiene la oportunidad de formar su gabinete como quiera.
El viaje de D’Alessandro al sur y la situación de Gerardo Milman
-En el tema judicial, ¿estuvo bien o mal el viaje de Marcelo D’Alessandro invitado por privados?
-Creo que lo que está mal es que el Presidente dijera que iba a sanear las cloacas de la democracia y no solo no las saneó sino que las empeoró. No voy a dar ningún tipo de discusión que se origina en escuchas ilegales, porque eso es volver a lo peor y lo más oscuro de la Argentina.
-Pero más allá de las escuchas, el viaje existió.
-El viaje existió, la Justicia lo está investigando y el ministro tendrá que dar sus explicaciones.
-No quiere dar una opinión sobre esto entonces.
-No corresponde que opine yo, tiene que opinar la Justicia.
-Se vio algo similar con Gerardo Milman: se corrió de la escena pública después de una denuncia vinculada al atentado de Cristina Kirchner y más tarde aparecieron otras. ¿Le parece casual que dos personas vinculadas a la seguridad terminen involucradas en situaciones complicadas judicialmente?
-No creo eso. Lo de Gerardo, intentar hacerlo responsable del atentado a la vicepresidenta, es un disparate.
-Pero él se corrió de la escena y D’Alessandro se pidió licencia también.
-Sigue siendo parte del bloque, y luego terminó el año legislativo, y hoy el Congreso está paralizado por el ataque del Gobierno a la Justicia. Es probable que por eso no se lo haya visto más públicamente. La actitud de D’Alessandro me pareció la correcta, correrse hasta poder demostrar su inocencia y que no hay nada que sospechar. Y Milman no se tomó ninguna licencia. Se lo vio menos activo porque el Congreso está paralizado. Porque el kirchnerismo antepone sus intereses y la impunidad de la vicepresidenta a discutir los problemas de la gente. Tendríamos que estar hoy en extraordinarias discutiendo la ley de alquileres o de salud mental, no la ampliación de la Corte o el juicio político.
Vidal propone reforma laboral y previsional
-Macri plantea que hay que hacer reformas estructurales desde el primer día; Larreta dice que hace falta un consenso para poder avanzar ¿Cuál es su posición sobre esto?
-No creo que haya un dilema. Creo que hay que hacer cambios profundos desde el primer día: hay una inflación acumulada del 300 por ciento, pobreza, el empleo en negro, todo eso que de hecho es el ajuste del kirchnerismo no puede esperar. También creo que en todos los casos los dirigentes de Juntos por el Cambio creen que hay que hacer reformas estructurales desde el primer día. Y también que todos, y lo han demostrado, creen en el diálogo. Es un falso dilema si dialogás o hacés cambios profundos. Podés hacer las dos cosas. Cuando me tocó ser gobernadoras no dudé. Cuando tuve que pelearme contra el narcotráficos, sindicalistas mafiosos, no dudé. Y cuando tuve que hacer acuerdos tampoco. El diálogo no es opuesto al cambio. Sí hay una cancha en la que se dialoga.
-En ese diálogo incluye al kirchnerismo.
-No. Creo que el kirchnerismo es un límite para los problemas de la Argentina. Porque el kirchnerismo te discute las barreras de la democracia. No se puede negociar la independencia judicial, la libertad de expresión. Eso no es de izquierda o derecha. Si no respetamos la ley, no va a haber progreso. Por eso la ley hay que respetarla.
-¿Qué hay que hacer con la inflación?
-Lo que hicieron la mayor parte de los países del mundo, que no tienen ese problema. Massa hablaba de ser el hermano mayor de Uruguay y Uruguay tiene 8 por ciento de inflación anual, nosotros cerramos con 95 por ciento. Nosotros deberíamos preguntarle a Uruguay cómo lo hizo. La mayoría de los países de la región, de derecha o izquierda, tienen un dígito de inflación. Lo hicieron con una moneda fuerte: no tienen 15 tipos de cambio, tienen uno o dos como mucho.
-¿Hay que modificar el mercado de cambios de entrada?
-Sin dudas. Y hay que llegar al equilibrio fiscal de entrada. La Argentina ha tenido tres maneras de saldar lo que gasta más que lo que le ingresa. La deuda de pesos que está tomando el gobierno es insostenible. Incluso los que le prestan, que son tan responsables como el gobierno que la emite. Los impuestos y la emisión, que genera mucha inflación y nos pone al borde de una híper. Todos esos caminos van a llevar a un ajuste muy profundo. Hay que volver a definir las prioridades del gasto público en la Argentina. Te pongo un ejemplo en la provincia de Buenos Aires: bajé los cargos políticos a la mitad, habíamos mantenido la planta permanente, y todo eso volvió para atrás. No hicimos despidos masivos. Pero se tenían que cumplir las normas. Hay que ordenar el gasto público para que vaya a donde tenga que ir. Hay muchos de los lugares de la Argentina donde la salud no está garantizada. La seguridad tampoco.
-Hay un cálculo de cuánto tienen que reordenar del gasto público.
-Hay que mirar el gasto de las empresas públicas. Hay que llevarlas al equilibrio como mínimo. Por qué los argentinos, que en su inmensa mayoría no viajan en avión, tienen que subsidiar a un grupo que sí lo hace, que es lo que pasa con Aerolíneas, que cada vez gasta más y de la peor manera. Son discusiones que hay que dar. No solo Aerolíneas, Aysa también. Son empresas que han empeorado el déficit. Nosotros habíamos mejorado ese déficit. Y volvieron para atrás. Las transferencias a las provincias ¿con qué criterio se hacen? Discutamos la coparticipación, pero en serio, no favoreciendo a una provincia en detrimento de otra. Cuando recuperé el fondo del conurbano no se lo sacamos a ninguna provincia y la provincia pasó de 18 a 23 a pesar de que Kicillof votó en contra. Los recursos deben ser transparentes. No hay que dar a las provincias porque un gobernador es amigo.
-Hay que hacer la nueva ley de coparticipación.
-Sin dudas, está previsto desde la reforma de la Constitución en el 94.
-Pero no se hizo hasta ahora.
-Porque la Constitución establece que tiene que haber unanimidad. Pero hay que discutir los criterios de la distribución. Hay que poner todo sobre la mesa. Lo que recibe la provincia y todo lo que hace con esos recursos. Jujuy es un muy buen ejemplo de una provincia que usó sus recursos públicos para generar empleo privado, con el litio, el desarrollo de cannabis medicinal, el turismo. Todo lo que hace Jujuy. No Formosa o Santiago del Estero. No destinemos recursos para mantener feudos.
-De Aerolíneas decía usted que hay que llegar a un equilibrio; Aerolíneas sostiene que financia rutas no rentables porque de otra manera no estarían comunicadas.
-Primero, nunca la Argentina estuvo menos conectada que ahora. Había más vuelos cuando nosotros éramos gobierno. Haber hecho de Aerolíneas un monopolio trajo un pasaje más caro para los argentinos que viajan. No es cierto que tenga más conexiones. La Argentina está mucho menos conectada. Muchos más argentinos volaron con las low cost y Aerolíneas era más competitiva.
-Haría una reforma jubilatoria.
-El Congreso está obligado a eso. Hay que rediscutir los regímenes de privilegio en el sistema jubilatorio. Los argentinos tenemos que asumir que el sistema está quebrado. Hoy es lo mismo para el sistema alguien que nunca aportó que alguien que aportó 28 años. El tratamiento es igual para todos y la única manera que encontró el sistema de resolverlo es con parche y moratoria. Porque no se discute estructuralmente el sistema previsional. En algún momento va a ser inviable pagar las jubilaciones.
-¿Usted también piensa como Macri que hay que eliminar las indemnizaciones?
-Creo que hay que hacer una modernización de las leyes de trabajo. La ley actual de contrato de trabajo nació antes que el celular, la televisión color, el rappi, las empresas de pedido o transporte de personas. Hoy hay un mundo que no tiene más una jornada laboral de ocho horas. Cada trabajador en esas plataformas elige cuánto quiere trabajar. Todo eso no existía cuando se dio la ley de contrato de trabajo. Tiene que incorporar nuevas categorías de trabajadores, que no existen hoy. Y en segundo lugar hay que eliminar que las multas se las lleven los abogados, porque eso alimentó la industria del juicio. Por eso aumentó la litigiosidad laboral. Nadie quiere eliminar las indemnizaciones, pero sí discutir el sistema. Todo el empleo que este gobierno se jacta de haber generado es empleo informal, en negro, sin derechos. O cambiamos las reglas o bajamos las cargas laborales.
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