María Eugenia Vidal se alzó con un triunfo contundente, pero dejó dudas entre los “halcones”
No llegó al 53% que se había trazado como objetivo para retener las bancas en juego; la biotecnóloga Sandra Pitta y el “lilito” Fernando Sánchez quedaron sin lugar en el Congreso
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De vuelta en la primera línea de batalla, María Eugenia Vidal se impuso con holgura en la elección para diputados en la Capital, el principal bastión opositor. Pero fue una victoria con sabor agridulce. Es que si bien la candidata de Juntos por el Cambio ganó de manera contundente, no logró retener el caudal de votos que había cosechado el oficialismo porteño en las PASO ni pudo llegar al 50% de los sufragios, una meta difícil que se habían trazado en la Ciudad para retener al menos ocho de las diez bancas que estaban en juego. “La vara estaba muy alta”, afirmaban esta noche desde el larretismo.
Con el 98% de las mesas escrutadas, Vidal revalidó el triunfo de las primarias y se alzó con alrededor del 47% de los sufragios. Superó por más de veinte puntos a Leandro Santoro (Frente de Todos), quien se ubicó en el segundo puesto con el 25%. La exgobernadora bonaerense logró contener gran parte de votos que habían obtenido Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein, sus rivales en las primarias, pero se vio perjudicada por el crecimiento de cuatro puntos que tuvo Javier Milei (La Libertad Avanza), quien quedó tercero, con el 17% de los votos. Más atrás quedaron Myriam Bregman (FIT), con el 7,76%, y Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad), con el 3%. En las PASO, la boleta de JxC había sacado el 48,17%, por lo que bajó un punto. Con este resultado, el oficialismo se quedó con siete bancas.
Mientras en el larretismo destacaban que fue una victoria cómoda, la performance de Vidal, una de las grandes apuestas electorales de Horacio Rodríguez Larreta, dejó dudas entre los “halcones” de Pro, liderados por Patricia Bullrich y Mauricio Macri. “Alguien se va a tener que hacer responsable de lo de la Ciudad”, afirmaban cerca de la exministra. Allegados a Larreta minimizaban las críticas de los sectores más duros del macrismo. “Era duro aguantar el embate del gobierno post-PASO”, matizaron desde el entorno de Vidal.
Minutos antes de las 22, Vidal se subió al escenario principal, que se montó en el playón del cuartel opositor. Escoltada por Macri y Larreta, la diputada electa dijo que se sentía “orgullosa” del triunfo en la Capital y le pidió al Gobierno que escuche el veredicto de las urnas. “Estamos todos muy emocionados y conmovidos por el voto que expresaron los argentinos esta noche en las urnas. Porque hablaron y fueron con toda su convicción, ganas y valentía. La mayoría de los argentinos, millones en todo el país, dijeron basta”, exclamó Vidal ante los militantes y referentes de JxC que poblaron el predio en Palermo. También la rodearon Bullrich y Martín Lousteau (UCR), uno de los principales aliados de Larreta en el distrito.
Minutos después destacó que a partir de diciembre el Congreso será “más equilibrado”. “La gente nos dio un mandato de trabajo, unidad, sensatez y sentido en común. El voto no es un cheque en blanco. Se vienen dos años difíciles, porque nos va a tocar frenar los atropellos del oficialismo”, apuntó Vidal.
Tras sortear una de las campañas más incómodas de su carrera política, Vidal buscaba una victoria contundente en las legislativas porteñas para resurgir con miras a la pelea por 2023. Tras su convulsionada salida de la provincia, llegó a los comicios convencida de que JxC podría cambiar el equilibrio de poder en el Congreso para comenzar a torcer el rumbo del país. Como Macri o Larreta, su socio más cercano en Pro, entiende que los próximos dos años serán “muy difíciles” para la Argentina debido al agravamiento de la crisis económica.
Si bien el objetivo del larretismo era garantizar al menos ocho de los diez diputados, Vidal se mostraba más ambiciosa en la antesala de las elecciones: quería subir seis puntos el caudal de votos para llegar al 53%. De esa manera, la coalición le iba a garantizar un escaño a Sandra Pitta (Republicanos Unidos), quien no entrará el Congreso. Tampoco tendrá un escaño el “lilito” Fernando Sánchez (CC).
La exgobernadora bonaerense también se había puesto como meta revertir la derrota que sufrió JxC en la comuna 8 en las PASO, pero la boleta del oficialismo volvió a caer en esos barrios de la zona sur frente al kirchnerismo. En esa comuna (integrada por Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano, algunos de los enclaves más postergados de la Ciudad), también creció el apoyo a Milei con relación a las PASO. “Sacó cinco mil votos. Es una locura”, se lamentaban fuentes porteñas.
En el larretismo destacaban que ratificaron el triunfo de las primarias en la comuna 4, donde Larreta había caído en 2019. Sin embargo, la boleta de Vidal perdió votos en nueve comunas respecto de los comicios del 12 de septiembre.
A diferencia de lo que ocurrió en las PASO, los integrantes de la mesa nacional de JxC no tuvieron un comando propio en Palermo, sino que permanecieron en Costa Salguero.
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