María Eugenia Vidal propone nacionalizar las prácticas laborales no rentadas para estudiantes y el oficialismo se opone
Desde 2022, en la Ciudad serán obligatorias para estudiantes de último año del secundario; el proyecto de ley de JxC trajo objeciones del ministro de Educación, Jaime Perzcyk, y del sindicalismo
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Tras la nueva medida del gobierno porteño que dispone prácticas laborales no rentadas obligatorias para los estudiantes del último año de secundaria desde el próximo ciclo lectivo de 2022, un grupo de legisladores de Juntos por el Cambio (JxC), encabezado por la diputada María Eugenia Vidal, presentó el proyecto para que esta medida se implemente a nivel nacional. Pese a ciertos cuestionamientos del oficialismo y el sindicalismo, desde la oposición minimizaron las críticas y dijeron que se trata de “chicanas políticas” que buscan entorpecer su objetivo.
El ministro de Educación, Jaime Perzcyk, opinó hoy sobre la propuesta de Horacio Rodríguez Larreta y su par porteña, Soledad Acuña, y presentó sus dudas al respecto. “Un estudiante no reemplaza a un puesto de trabajo, hay que ver si esas prácticas cumplen con las regulaciones laborales y con objetivos educativos”, planteó. Y advirtió: “Ese trabajo tiene que tener los objetivos y valores de cualquier tarea educativa, tiene que tener contenidos y premios. Ir al trabajo por ir no resuelve los problemas de formación para el trabajo”.
Así, puso el foco sobre las normativas vinculadas al trabajo y los posibles inconvenientes que podrían generar. “La Ciudad tiene la autonomía para hacerlo, las dificultades están en las regulaciones laborales, no en la política educativa, van a determinar que 120 horas se van a dedicar a esas prácticas en las regulaciones educativas. Hay que ver si eso cumple con las regulaciones laborales. No tenemos todavía la información ni la posibilidad de decirlo hoy”, sostuvo.
Si bien Acuña evitó entrar en el debate, Maximiliano Ferraro, uno de los diputados que acompaña el proyecto, le respondió al titular de Educación de la Nación. “Las prácticas educativas en el ámbito laboral no son ni un premio ni un castigo”, explicó, en diálogo con LA NACION. “En un momento donde el desempleo, la falta de oportunidades, el abandono escolar y las desigualdades crecientes alertan e interpelan a la educación secundaria, las prácticas educativas que se proponen apuntan a mejorar y ampliar la vinculación de la escuela con el mundo del trabajo”, agregó.
Por otro lado, un grupo de dirigentes sindicales y Adriana Puiggrós, asesora del presidente Alberto Fernández y exviceministra de Educación de Nicolás Trotta, subieron el tono y apuntaron contra el jefe de Gobierno porteño por la obligatoriedad y el carácter no remunerativo de la propuesta.
En ese sentido, Puiggrós dijo: “La formación para el trabajo debe atravesar todo el sistema educativo pero está muy lejos de lo que propone Larreta, que obliga a trabajar gratis a los estudiantes del último año de secundario. Acá se aparta él de la idea de la formación de ciudadano, porque más que pensar a un estudiante sólo como trabajador hay que pensarlo también como futuro ciudadano, que conozca sus derechos, por ejemplo los laborales. Si trabajan gratis para una empresa eso no es formación laboral”.
El secretario general de Suteba, Roberto Baradel, en sintonía con la funcionaria presidencial, expresó: “Los chicos no tendrían que trabajar para ninguna empresa. Si es para trabajar para una empresa está mal. Otra cosa es que sea un trayecto formativo para que los chicos puedan aprender y vincularse al mundo del trabajo. Son dos cuestiones totalmente diferentes”.
La titular porteña de Educación cuestionó a los críticos de la medida. “No creo que desconozcan la realidad, sino que tienen una cuestión ideológica en contra del sector privado”, planteó. Y continuó: “Nosotros creemos que los empresarios son parte de la solución y que el trabajo se tiene que volver a poner de moda”
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), en tanto, emitieron un fuerte comunicado: “Larreta intenta nuevamente sacarles horas de clases a los estudiantes de los últimos años del secundario para que, en lugar de estudiar y aprender en la escuela y desde la escuela, sean mano de obra barata y precarizada de empresarios vinculados al Jefe de Gobierno”.
Cerca de Vidal, en cambio, trataron de poner paños fríos y evitaron mayores enfrentamientos con los detractores del proyecto. Explicaron a este medio que se trata de “chicanas políticas” provenientes de “algunos sectores y personajes que están acostumbrados” a este tipo de intercambio. “Son los que siempre ponen palos en la rueda”, insistieron.
Sobre la propuesta, la diputada de JxC señaló: “Estamos convencidos de que estas prácticas acercan a todos los chicos al mundo del trabajo, dándoles herramientas para que cuando salgan de la escuela puedan incorporarse con experiencia y con más confianza”.
Frente a las críticas por la cuestión no remunerativa de las prácticas, la diputada Sabrina Ajmechet explicó: ”Como no se les paga por estudiar física y química, tampoco se les paga por realizar la práctica. Concebimos el proyecto como una formación que agrega a la experiencia de los chicos”.
Y agregó: “Consideramos que es una oportunidad para los chicos. Quienes lo necesitan son quienes tienen menos redes, menos contactos, y que se pueden enriquecer. Su capital social no les soluciona la vida. Entendemos que esto es parte de una modificación mayor que tiene que ver con la currícula”.
El proyecto de ley
El lunes, Vidal presentó el proyecto “Prácticas Educativas Obligatorias en el Ámbito Laboral”, junto con varios compañeros de lista en las elecciones legislativas, para que la medida que regirá en la Ciudad desde 2022 se extienda hacia el resto del país.
Todos los estudiantes de último año del secundario, de establecimientos públicos y privados, deberán contar con un mínimo de 120 horas anuales, con un máximo de 15 horas semanales. Estarán relacionadas con su “educación y formación, de acuerdo a la especialización u orientación que reciben, bajo control y supervisión del establecimiento educativo al que pertenecen y como parte indivisible de la propuesta curricular”.
Con la ley, buscan “incentivar en los estudiantes el valor del trabajo como dignificador del desarrollo humano integral y de las relaciones interpersonales”, beneficiarlos para la hora de insertarse laboralmente, contribuir a que encuentren su vocación o de orientación profesional y a adquirir nuevas habilidades.
Firmaron también Cristian Ritondo, Maximiliano Ferraro, Martín Tetaz, Paula Oliveto, Ana Carrizo, Sabrina Ajmechet, Victoria Morales Gorleri, Camila Crescimbeni, y Alejandro Finocchiaro.
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