María Eugenia Vidal no piensa en competir por la sucesión de Larreta y designa a un hombre de Macri como armador de su plan presidencial
La referente de Juntos por el Cambio acelera el armado de su proyecto nacional y recluta a Darío Nieto para articular su estructura en las provincias; desestima la chance de pelear por la Ciudad
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“Nadie que no tiene vocación recorre 24 provincias y hace 50 mil kilómetros”. María Eugenia Vidal repasa esas cifras, un resumen de su reciente gira nacional y una suerte de nuevo latiguillo de campaña, cuando le preguntan en la intimidad de sus días de descanso en la Costa Atlántica sobre sus ambiciones políticas y sus planes para 2023. Mientras en el entorno de Horacio Rodríguez Larreta se ilusionan con la chance de que le seduzca mínimamente la idea de competir por la Ciudad en las próximas elecciones y, de esa manera, se convierta en una prenda de unidad para evitar una guerra sin cuartel con Mauricio Macri en el bastión de Pro, Vidal está convencida de que el objetivo que más la moviliza es llegar a la Casa Rosada.
Corrida de la tensa disputa de liderazgos en Pro, Vidal se alista con sigilo para volver a la primera línea de fuego, tanto en el Congreso como en el escenario electoral. No evalúa la posibilidad de competir por la sucesión de Larreta en 2023. Es más, decidió acelerar la construcción de su proyecto nacional. Por estas horas definió que un hombre de máxima confianza de Macri ocupará el rol de armador en su equipo de campaña. Se trata de Darío Nieto, legislador porteño y exsecretario privado del expresidente, quien se sumará formalmente en ese puesto a partir de febrero.
Dispuesta a subirse al cuadrilátero electoral de Juntos por el Cambio, la diputada y exgobernadora bonaerense afianza su sociedad estratégica con Macri. Y confía en su receta histórica de campaña para consolidar su plan presidencial. “Si llego, va a ser siendo yo y no algo que no soy”, deslizó ante sus colaboradores en días en que Larreta surfea olas y visita peñas en un intento de reposicionarse.
Pese a que posterga un lanzamiento formal, Vidal siente que está en carrera. Desde la Costa Atlántica, donde intercaló jornadas de descanso con reuniones políticas, comenzó a articular con sus aliados para darle musculatura a su estructura presidencial. No le inquieta demasiado que una parte del establishment aún no la incluya en el lote de candidatos, junto a Larreta y Patricia Bullrich. Ella prefiere tejer su plan fuera del radar de los círculos más influyentes y mantenerse conectada con las demandas del electorado.
No hay dudas de que se anota en la lista de posibles presidenciables, pero ata su futuro a la resolución del enigma de Macri. A diferencia de Larreta o Bullrich, descarta de plano enfrentar al expresidente en las PASO. En las tertulias del vidalismo se impone la idea de que la doble decisión del expresidente será determinante en el ecosistema opositor. Por un lado, si compite o no. Y, por otro, si en caso de no jugar, Macri expresará preferencia por uno de sus herederos en Pro o se mantendrá en un rol equidistante.
Para Vidal, está claro que Macri revalidó su centralidad. En privado elogia los esfuerzos del expresidente por mantener el equilibrio y la neutralidad en plena interna entre los gerentes de Pro por la estrategia electoral. Ambos se vieron el jueves en el salón de La Normandina, en Mar del Plata, donde el expresidente presentó su libro Para qué. Como el resto de los altos mandos de Pro, desconoce qué movimiento hará Macri. Después de las tensiones que generó la convivencia de la etapa 2015-2019 o su salida de la provincia, recompusieron su vínculo. Para Macri, Vidal, su “debilidad” en Pro, volvió a recuperar el aura de “la leona” de la campaña de 2017. La simbiosis con la exgobernadora llega a tal punto que le molestaron las críticas internas que recibió Vidal por la carta en la que pidió bajar el nivel de confrontación en JxC por las candidaturas. La sinergia renovada con Macri -que se refleja hasta en sus redes sociales- genera un sinfín de especulaciones en Pro: “Si Mauricio es candidato, la va a querer a Vidal de vice”, señala un histórico operador político del macrismo. En el entorno del expresidente aseguran que Macri nunca habló de ese tema.
En una de sus últimas reuniones a solas, antes de que Macri viajara a Cumelén, Vidal le ratificó al exmandatario que pretendía competir por la presidencia, según relatan fuentes cercana al fundador de Pro. Quienes la conocen repiten que no regresó al distrito para instalarse en la carrera por la jefatura de gobierno. Entre los armadores del larretismo admiten que esa era la idea del alcalde cuando promovió la mudanza en 2021. Ese movimiento lo enfrentó a Macri.
A Macri y sus leales les fastidia que Larreta insista en instalar ante el círculo rojo la idea de que la exgobernadora podría ser una prenda de unidad en la Ciudad, en donde el expresidente apoya a su primo, Jorge. También les reprochan que hagan trascender versiones de un presunto acuerdo electoral o pedidos de ministerios. En sintonía con Macri, Vidal apuesta porque la Ciudad quede en manos de Pro. Pero así como a nivel nacional su prioridad es que JxC vuelva al poder, en la Ciudad y la provincia cree necesario que el Pro no divida su oferta electoral.
Concentrada en el escenario nacional, trazó una línea de metas hasta junio próximo, cuando se definirán las candidaturas para las presidenciales. Después del tour que hizo con tono proselitista el año pasado por todos los distritos del país, pretende capitalizar su instalación a nivel nacional y fortalecer su estructura en el interior. Concluidos sus días de descanso, retomará esta semana las recorridas. Arrancará con visitas a distritos de la Costa y, luego, en febrero viajará a Córdoba y Santa Fe. También tiene planeado ir a las provincias donde habrá elecciones desdobladas para respaldar a los candidatos locales de Juntos por el Cambio. La Pampa será el primer test electoral del año. Luego, piensa volver a Río Negro o Chubut.
Nieto, uno de los dirigentes más cercanos a Macri, se ocupará desde febrero del armado nacional de Vidal. Con Cristian Ritondo, uno de sus escuderos leales, abocado a la campaña bonaerense, Vidal le asignó a Nieto la tarea de reclutar a dirigentes de Pro o jóvenes que nunca participaron en política en el interior para incorporarlos al espacio. La idea de la exgobernadora es apostar a la renovación de la dirigencia. De hecho, no oculta su preferencia por Emmanuel Ferrario, con quien trabajó en Buenos Aires, a la hora de repasar la lista de potenciales candidatos a jefe de gobierno.
Quienes asesoran a Vidal aseguran que sus números en las encuestas la ubican en un lugar expectante. Pero ella está convencida de que la pelea presidencial no es una carrera de velocidad, sino una maratón. Considera que es un error anticipar la discusión por las candidaturas, frente al creciente hartazgo social con la clase dirigente. Ante los suyos insiste en que no tiene apuro y que no necesita ocupar un cargo ejecutivo en 2023: “Si no es en este turno, mi vocación va a ser la misma”, deslizó en charlas cerradas en Mar del Plata, antes de volver al ruedo político.