María Eugenia Bielsa, acostumbrada a incomodar al peronismo
ROSARIO.- A lo largo de su carrera política, que comenzó en 2003, cuando se transformó en la primera vicegobernadora de Santa Fe, María Eugenia Bielsa construyó un perfil que generó cierta incomodidad no sólo en la clase política de Santa Fe, sino en el propio peronismo, al poner delante de cualquier estrategia electoral sus principios y su autonomía.
Bielsa será designada ministra de Hábitat, una cartera nueva que creará el nuevo gobierno para dinamizar la construcción de vivienda pública en sectores sociales golpeados por la crisis. El presidente electo, Alberto Fernández, eligió a esta arquitecta de 61 años, cuya carrera política se inscribe como la antítesis de la imagen que quedó grabada del ex secretario de Obras Públicas José López arrojando los bolsos cargados de dinero en un convento. La hermana menor de Rafael y Marcelo Bielsa inició su carrera en el Estado en 1993 en la secretaría de Hábitat de Rosario.
Un punto de inflexión en su recorrido como dirigente fue la renuncia que presentó en el asfixiante verano de 2013, cuando en febrero decidió dejar su banca de diputada provincial después de que el propio partido eligiera como presidente de la cámara a un kirchnerista y no a ella, que había ganado las elecciones por amplio margen.
La arquitecta pateó el tablero al asegurar: "Siento que mis compañeros han traicionado el movimiento peronista". Se refería a Agustín Rossi, que lideraba el peronismo en Santa Fe. Tras esa dimisión no volvió a ocupar cargos en el Estado. Se refugió en su estudio de arquitectura y en las clases que dicta en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Ahora ella y Rossi compartirán gabinete.
A pesar de haberse apartado del juego electoral, siempre con un perfil bajo, con una relación distante con los medios de comunicación, Bielsa fue propietaria de un capital político que aparecía en cada cronograma electoral en el horizonte del peronismo. Estuvo cerca de ser candidata en Santa Fe en 2015, pero desechó la chance y siguió con su actividad profesional, siempre viviendo en la misma casa antigua que recicló hace años. Ninguna propuesta le conformaba para regresar a la política.
La relación con Perotti
Seis años después de renunciar a su banca decidió volver al ruedo electoral para competir con Omar Perotti en la interna. El sector kirchnerista, encabezado por Rossi, le dio la espalda y apoyó al rafaelino.
Perotti intentó convencerla de que bajara su postulación y que fuera candidata a intendenta de Rosario, donde el desgaste de 30 años de socialismo le daba una oportunidad para que el peronismo gobernara la ciudad más grande de la provincia por primera vez desde 1983. Pero la arquitecta rechazó de plano la oferta.
Con gran parte del aparato del PJ en contra, Bielsa perdió por amplio margen con Perotti, a quien después de la elección lo hizo esperar varios días para obtener una foto con ella que demostrara la unidad del peronismo. Prefirió ser derrotada a perder autonomía política, señalaron en su entorno.
Bielsa apareció por primera por primera vez con Fernández antes de la PASO, a fines de julio, cuando el entonces candidato recorrió el centro y norte de Santa Fe. En ese momento Fernández dijo que le gustaría tener a la ex vicegobernadora en su gabinete, una insinuación que luego comenzó a tomar forma palpable. Su designación como ministra nacional obligó a Perotti a elegir en Obras Públicas y Vivienda a Silvina Frana, una dirigente peronista cercana a Bielsa.
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