María de los Ángeles Sacnun | La mujer que Cristina Kirchner quiere en la Corte Suprema de Justicia
Exsenadora nacional, la santafesina es una ferviente defensora de la idea de que la expresidenta es víctima de una persecución judicial
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“Nombrar a Sacnun es sentar a Cristina Kirchner en la Corte”. La sentencia, pronunciada por alguien que la conoció en su paso por el Senado, define en pocas palabras a María de los Ángeles Sacnun, la abogada santafesina que suena como la candidata que el kirchnerismo quiere nombrar en el máximo tribunal de Justicia como parte de la negociación para aprobar el acuerdo que le permita a Ariel Lijo convertirse en miembro de la cabeza del Poder Judicial de la Nación.
Sin demasiada trayectoria en el campo del derecho más que su trabajo como mediadora y un título de abogada obtenido en la Universidad Nacional de Rosario, Sacnun no cuenta con trabajos académicos, ni tampoco es especialista en algún campo del derecho en particular. De hecho, su relación más estable con la Justicia fue su papel de alfil de la entonces vicepresdidenta en su política de acoso legislativo al procurador general interino, Eduardo Casal.
Eso sí, es una ferviente defensora de la idea de la guerra judicial, el ya ajado concepto de “lawfare” importado por Cristina Kirchner para defenderse de las imputaciones por corrupción que la tuvieron y la tienen como protagonista en la justicia federal.
“La persecución judicial contra Cristina kirchner en la causa ‘Vialidad Nacional’ es otro capítulo de la infamia jurídica que atraviesa nuestra historia desde 1930. También lo hicieron con Juan Domingo Perón y les salió mal: terminó siendo presidente de la Argentina con más del 60% de los votos”, sostuvo en una entrevista que concedió poco después de que se conociera la sentencia de la Cámara de Casación Penal contra la expresidenta.
La historia política de Sacnun tiene todos los ingredientes de las carreras meteóricas forjadas en el peronismo de los últimos 20 años: su principal activo es la lealtad a Cristina Kirchner, convirtiéndose en uno más de los satélites que orbitan en la galaxia de la expresidenta.
Tanto es así que hace menos de una década atrás era una ignota concejal peronista de Firmat, ciudad en la que nació el 17 de agosto de 1970 y de la que pegó el salto sin escalas a una banca en el Senado cuando, de manera inesperada, el peronismo santafesino logró alzarse con las dos bancas por la mayoría en la elección de 2015.
Sin demasiadas esperanzas ante lo que se veía como un cambio de color en el manejo del poder en el país, que se tradujo en el triunfo en segunda vuelta de Mauricio Macri en la elección presidencial, el peronismo santafesino aceptó que Cristina Kirchner ubicara a “Marilín”, como la conoce casi todo el mundo, en el segundo lugar de la lista, detrás del saliente gobernador Omar Perotti.
Sacnun era por entonces una de las pocas voces en Santa Fe que se reivindicaba kirchnerista a pesar del rechazo que el Frente para la Victoria generaba en una provincia que había sido escenario del duro enfrentamiento que las entidades de productores rurales mantuvieron con la administración de Cristina Kirchner por la polémica Resolución 125 que aumentó las retenciones a las exportaciones del campo.
El alineamiento político de Sacnun quedó en claro desde el mismo momento que pisó el Senado. “Por la memoria de mis padres, por Perón, Evita, Néstor, Cristina y por los compañeros que dejaron la vida en pos de la causa de la liberación nacional, sí juro”, fueron sus palabras en pleno recinto de la Cámara alta cuando el todavía vicepresidente Amado Boudou le tomó el juramento de rigor en la sesión preparatoria celebrada en la tarde del 2 de diciembre de 2015.
Peronista desde la cuna, su norte político pasó desde el primer momento que llegó al Senado por el kirchnerismo. Dos años después de haber asumido el escaño pudo cumplir el sueño de compartir la trinchera política con su amado referente político cuando Cristina Kirchner llegó a la Cámara alta como senadora por la provincia de Buenos Aires luego de perder la elección con la lista de Juntos por el Cambio que encabezó Esteban Bullrich.
No era el mejor momento del kirchnerismo. No sólo estaban en la oposición, sino que en diciembre de 2017 los seguidores de la expresidenta debieron marchar al “exilio” cuando Miguel Pichetto decidió excluirlos de la bancada peronista que por entonces conducía el ahora diputado nacional. Fue así como formó parte de los nueve miembros que conformaron la bancada de Unidad Ciudadana que lideraba Cristina Kirchner pero que, en los papeles, presidió el neuquino Marcelo Fuentes.
Pero las tornas cambiaron. El barco del Gobierno de Macri empezó a escorar en 2018 y al año siguiente el kirchnerismo pudo volver a la Casa Rosada con Cristina Kirchner como vicepresidenta de Alberto Fernández y con nombre de coalición electoral nuevo. Ya no era más el Frente para la Victoria, ahora era el Frente de Todos el que gobernaría los destinos del país.
El regreso de Cristina Kirchner al poder, y a la presidencia del Senado, implicó el lanzamiento automático de sus leales a lugares de poder y decisión en la Cámara alta. Fiel como pocas, Sacnun no fue la excepción y se convirtió en presidenta de la estratégica Comisión de Asuntos Constitucionales.
Con la vicepresidenta en los controles del bloque mayoritario del Frente de Todos, tenían44 senadores sobre un total de 72 miembros del cuerpo, Sacnun se convirtió en uno de los alfiles políticos de Cristina Kirchner en el manejo del Senado.
Fue así como pasó a ser uno de “Los Angeles de Cristina”, el grupo de senadoras que respondía con lealtad perruna a las órdenes de la entonces vicepresidenta. En ese colectivo se anotaban militantes de La Cámpora, como la mendocina Anabel Fernández Sagasti y la correntina Ana Almirón, y de otras corrientes del peronismo, como la santacruceña Virginia García y la rionegrina Silvina García Larraburu.
“Esa época mostró la peor cara de Mariln”, recuerda un senador que compartió con ella el trabajo legislativo. “Se puso intolerante, no acepta nada que no fuera en línea con lo que proponía el kirchnerismo”, agrega.
De esa época queda el recuerdo de su actuación en la defensa del proyecto de “Democratización de la Justicia”, intento del kirchnerismo por licuar el poder de los jueces federales de Comodoro Py que fue aprobado en el Senado, pero que terminó naufragando en la Cámara de Diputados por el fuerte rechazo de la oposición de Juntos por el Cambio. De aquel debate una colega recuerda a Sacnun leyendo, como miembro informante, una interminable lista de juzgados que el oficialismo incluyó a último momento para repartir cargos judiciales a senadores y gobernadores peronistas de todo el país. “Fue vergonzoso lo que hicieron esa noche”, rememoró. También supo asumir un papel de crítica feroz del procurador general interino Eduardo Casal cuando Cristina Kirchner intentó desplazarlo del cargo para ubicar en su reemplazo a un fiscal afín a sus posturas políticas y judiciales.
Tras la conclusión de su mandato, Sacnun obtuvo el merecido premio a su lealtad y fue ubicada como directora en el Banco de Inversión y Comercio Exterior, a pesar de su nulo conocimiento en materia financiera. Desde diciembre del año pasado, ya con el kirchnerismo fuera del poder de nuevo, se desempeña como presidenta de la Casa Patria Rosario, sucursal en esa ciudad del Instituto Patria que lidera Cristina Kirchner.
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