Marcos Peña: el regreso del dueño del tablero de control estratégico
Algunos hablan de una "buena idea" sin posibilidad alguna de ser escuchados. Otros van más allá: aseguran que Rogelio Frigerio , Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó le hicieron llegar al presidente Mauricio Macri días atrás la propuesta de una "gran PASO" presidencial que incluya no solo a los peronistas "amables", como Juan Manuel Urtubey o el mismísimo Sergio Massa , sino, además, a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal .
El resultado fue el esperado: en consonancia con el pensamiento de Marcos Peña , el Presidente descartó la idea y se aferró a la estrategia de "polarización [con Cristina ] o muerte", según la definición pícara de un peronista en Cambiemos .
Luego de meses de silencio mediático y prolijo trabajo en las sombras, el jefe de Gabinete de Macri pasó a estar "inflando el pecho y saliendo para adelante", como él mismo lo definió en su encendido discurso de la reunión de gabinete ampliado, el jueves en el CCK.
La frase, en la que pedía "humildad" a los funcionarios, fue al término de una semana en la que distintos hechos reconfirmaron su lugar, único e indispensable, en el esquema de poder que encabeza el Presidente: desde su reaparición en los medios, pasando por el control del registro y el régimen de compras de inversiones en obra pública vía participación público-privada (PPP), hasta su rol de anfitrión junto al ministro Frigerio, de la reunión con los referentes de Cambiemos en Córdoba, realizada en su despacho también en la tarde del jueves.
La visión de una "retorno triunfal" de Peña es compartida por propios y extraños, aunque bien cerca del jefe de Gabinete ponen paños fríos. "La resolución [que centralizó el registro de constructores y las compras y contrataciones de obra pública en la Jefatura de Gabinete] no cambia nada; los ministerios siguen llevando adelante las obras", contestaron cerca del estrecho colaborador del Presidente. El argumento fue repetido por Frigerio -perdió el control del registro- y su par de Transporte, Guillermo Dietrich , para quien "no se modifica en lo sustancial" el régimen de obra pública. Eso sí: el poder de Peña en ese ámbito, a través del subsecretario Maximiliano Castillo, queda reforzado por el rol del BICE, que preside el asesor presidencial Francisco Cabrera , como facilitador de los préstamos a corto plazo para las empresas privadas que invierten en obras de infraestructura.
Triunfalistas, dos funcionarios (uno con despacho en la Casa Rosada) se mostraron exultantes. "Estamos de vuelta", coincidieron, aunque Peña les hiciera aquel pedido de "humildad" en la reunión de gabinete ampliado. Más allá de su optimismo, Peña sabe que muchos empresarios pondrán reparos ahora que él tendrá la supervisión de la obra público-privada. "De todos modos, el 'círculo rojo' no me quiere", confesó a un leal la semana pasada.
Retoma el control
En la arena estrictamente política, y luego del doble cimbronazo que significaron la crisis financiera -los empresarios le apuntaron de manera directa- y los cambios en el gabinete de septiembre, Peña retomó el control directo de la estrategia nacional, pocas horas antes del comienzo formal de la campaña.
"Cambiemos juega a ganar siempre, quiere ser mayoría porque cree en la gestión para transformar la realidad", dijo el jueves. Un rato más tarde recibía en su despacho a los cuatro candidatos de Cambiemos en Córdoba, a quienes les pidió "ponerse de acuerdo" para evitar una "lucha fratricida", una estrategia que el eje Peña- Jaime Durán Barba estableció para todo el país.
La denominada "ala política" insiste en la necesidad de "ampliar Cambiemos" con la inclusión de peronistas ahora y después de 2019, pero sienten que el renovado protagonismo de Peña les quita aire. "Volvimos a lo de siempre. No se puede sugerir nada diferente", se quejó por lo bajo un miembro de esa vertiente que busca acuerdos de Cambiemos con el PJ antes de la segunda vuelta electoral, en la que Peña -y Macri- están convencidos de tener herramientas para derrotar a la senadora y expresidenta Cristina Kirchner.
"El G-20 fue un éxito, diciembre va a pasar sin sobresaltos y Dujovne le dice a Macri que la economía empieza a repuntar en febrero. ¿Por qué el Presidente buscaría otro camino?", reflexionó un operador todoterreno que conoce a Macri desde hace tres lustros. Tampoco la posibilidad de adelantar algún tramo de las elecciones bonaerenses, meditada cerca de la gobernadora Vidal, tendrá chance de prosperar por la oposición del jefe de Gabinete y estratega electoral, aseguran en Balcarce 50.
De la mano de Peña, Macri volvió, además, a instalar la "agenda de género", que se inició el 1º de marzo del año pasado, y que tuvo su punto cúlmine en el agitado debate sobre el aborto. El tema, que le ganó a Peña la renovada antipatía de la Iglesia, volverá a estar presente en la campaña electoral del año que viene, aseguran en la Casa Rosada.
"Marcos está cómodo así, con menos exposición pero el mismo poder", afirmó un vocero que lo admira y que intentó convencerlo sin éxito para que hable con los periodistas en la última conferencia de prensa, un rol que asumieron los ministros Dante Sica (Producción) y Germán Garavano (Justicia). Más allá de las críticas, Peña sigue allí, al lado de un Presidente que está convencido de ir "por el rumbo correcto".
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