Marcos Juárez: la cuna de Cambiemos, entre la esperanza y la demanda
Fue el primer lugar donde el Pro y la UCR compitieron unidos; el campo apoya a Macri, pero reclama por las inundaciones
MARCOS JUAREZ, Córdoba.- Cambiemos nació en esta ciudad del sudeste cordobés, con unos 26.000 habitantes y una de las mejores tierras productivas del país. En septiembre de 2014, Pedro Dellarossa fue electo intendente y, en el cine-teatro de la Sociedad Italiana, estalló el "se siente, se siente, Mauricio presidente". Aquella victoria municipal fue la base para que el Pro y el radicalismo replicaran la experiencia de la alianza en todo el país. Además, les permitió derrotar al peronista José Manuel de la Sota, socio de un competidor directo por la presidencia, como era Massa.
Un año después Macri ganaba la primera vuelta presidencial y, en esta ciudad, el triunfo fue mucho más amplio que a nivel municipal, donde había sacado 36,48%, 6 puntos más que el peronismo.
En octubre logró 47%, 20 más que el segundo, UNA, la alianza de Sergio Massa con José Manuel de la Sota. ¿La clave para esa brecha? El campo, sector productivo dominante en la zona, rechazó fuertemente al kirchnerismo y apoyó con decisión la alternativa. En el ballotage de noviembre alcanzó el 71%, 43 puntos más que el kirchnerista Daniel Scioli. Arrasó.
"Marcos Juárez era clave por varios factores. Era la primera elección del ciclo 2015 y un distrito con la característica de tener representación del campo y de la industria, con una clase media bien definida", recuerda en diálogo con LA NACION el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, un hombre clave en el armado.
Señala que en ese momento, el radicalismo atravesaba un fuerte debate interno entre el sector que planteaba un cambio de rumbo y aquel que entendía que se podía ser un "populismo moderno, un kirchnerismo prolijo". Aguad está convencido de que la votación en Marcos Juárez fue clave para que se cayera el "límite" que era Macri.
Por esos resultados esta provincia y esta ciudad son siempre mencionadas por Macri con "agradecimiento". Sin embargo, el presidente no visita Marcos Juárez desde la campaña, y aquí lo esperan hace tiempo. A casi un año de su llegada a la Rosada conserva su popularidad aunque, por supuesto, hay reclamos. La mayoría están relacionados con las inundaciones que afectan al campo y con la postergada promesa de eliminar las retenciones a la soja. Pese a ello, ya se nota el derrame de la actividad agropecuaria sobre otras áreas.
Poco antes de aquella votación De la Sota criticó: "No me parece bien que a los marcosjuarenses los tomen como un experimento". El actual legislador provincial peronista por el departamento, Daniel Passerini -su hermano es concejal de la ciudad- dijo LA NACION que en la victoria municipal a Cambiemos lo benefició la división de la Unión Vecinal mientras que, un año después, aumentó su diferencia por el "rechazo al kirchnerismo" que había en la provincia.
Passerini dice que en sus recorridas por la zona recoge el descontento principalmente de los productores porque "hay expectativas que no se cumplen; hay mucho anuncio, mucho gesto y poca plata. Todos los trabajos que se están haciendo por las inundaciones son con fondos provinciales". Alrededor del 30% de las hectáreas productivas del departamento llevan más de dos años anegadas. Las tierras están entre las más caras del país, unos 20.000 dólares promedio la hectárea. Los productores esperaban recuperar con más rentabilidad por la eliminación de retenciones a la soja la pérdida de volumen. Pero eso no ocurrió.
El intendente Dellarossa prefiere no entrar en polémica sobre de dónde vienen los fondos para la obras, pero en cambio asegura que el campo está "arrancando" y que hay expectativas en la ciudad porque ese movimiento impacta directamente en la recuperación de la industria metalmecánica ligada al agro -que ya trabaja al ciento por ciento de su capacidad productiva- y del comercio. "Es cierto que por las lluvias el agro no pudo funcionar con todo su potencial, pero hay esperanzas y proyectos de inversiones; hay confianza en el cambio."
"Fue tal el desastre que hizo el kirchnerismo que por eso seguimos bancando y esperando -apunta un productor a este diario-. A nadie le gusta que las promesas electorales no se cumplan, pero venimos del maltrato y de la desconsideración por eso se le tiene más paciencia."
El productor Pablo Bollatti describe que la ciudad es "muy dependiente del campo" y que la recuperación ya se nota, tanto en fabricantes de herramientas como a la hora de buscar albañiles para trabajar. "Eso colabora con que la percepción sea diferente que en otros lados." Plantea, incluso que la postergación de la baja de retenciones de soja, no fue dramática para el sector porque hubo compensación por el lado del trigo y del maíz.
Después de muchos años, al lado de la ruta se ven campos sin soja; se nota la recuperación en la siembra de los dos cultivos que quedaron sin retenciones y sin limitaciones para la exportación. "Ya hemos visto las consecuencias del monocultivo; la rotación tiene sus beneficios, eso que el trigo no explotó del todo por las complicaciones de la logística para ingresar en los campos; hoy se puede conseguir un margen bruto de rentabilidad mejor con rotación", agrega Bollatti.
Eduardo Borri, empresario y dirigente de Pro en Marcos Juárez, sostiene que la región "ya está viendo" el fruto del cambio de gobierno. "Primero en el sector agrícola y después en el industrial ligado con el campo; el comercio está algo retrasado, pero es el que seguirá en la cadena de recuperación."
A su entender, la gestión municipal tiene el apoyo de la Nación y la Provincia, "lo que no debería llamar la atención, pero lo hace porque durante años hubo un divorcio entre esas jurisdicciones". En esa línea, cree que Macri mantiene buenos niveles de confianza que se traduce, por ejemplo, en un grupo de 150 profesionales de la región que trabaja para agregar valor a la producción de origen y mejorar la calidad de vida tanto en el departamento Marcos Juárez como Unión. "Marca una mejora de la confianza y de tener reglas de juego más claras."
"Tenemos que generar un cambio como sociedad, tenemos que cambiar todos", comenta el productor agrícola Daniel Rosso. Explota un campo en esta ciudad junto con su familia; está expectante por los aportes de uno de sus hijos, recién recibido de ingeniero agrónomo.
"Hay que profesionalizarse, cambiar el paradigma para enfocar el negocio." Votó a Cambiemos y reconoce que "más que apostar por ellos, fue ir por la no continuidad de los que estaban." Esa era la percepción generalizada sobre el kirchnerismo un año atrás en esta zona. Apoya la gestión de Macri, pero reclama transformaciones. Reconoce que la falta aval en el Congreso para generar cambios estructurales pero, a la vez, apunta que "en otro aspecto cierta debilidad es buena porque tiene que consensuar". Apoyo y expectativa. Agradecimiento y demandas. Entre esas paralelas se traza la geografía de Marcos Juárez, una localidad con nombre propio en la historia de Cambiemos.
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