Marcha atrás: Alberto Fernández pasó de amenazar al campo a descartar la suba de retenciones en tres días
Después del temblor llegó la calma, aunque la tensión sigue latente. Tras el terremoto que provocaron sus palabras, el presidente Alberto Fernández buscó llevar tranquilidad al campo y cambió su discurso: el Gobierno no aumentará las retenciones ni intervendrá en los diferentes mercados.
Según contaron los integrantes de la Mesa de Enlace a la salida del encuentro, el Presidente descartó avanzar con una medida en ese sentido, tal como había anticipado en una entrevista con Página 12 el último domingo. "El Estado solo tiene dos canales para resolver el problema, dos herramientas que preferiría no usar: subir las retenciones o poner cupos, decir esto no se exporta. Y no hay mucho más tiempo para que decidan", había amenazado el jefe del Estado.
Lejos de esas palabras, hoy, según relataron varios de los presentes, el clima fue cordial y positivo.
"No van a aumentar las retenciones. Hemos profundizado un diálogo que así debe continua, donde nos enteremos las cosas mucho antes y las programemos. Las preocupaciones del Gobierno son las que tenemos nosotros", resumió el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni.
La conversación se centró en los aumentos de precios, uno de los dos temas que desvelan al Presidente; el otro, la lucha contra el coronavirus y el demorado plan de vacunación. Sobre el incremento de los alimentos, Jorge Chemes, titular de Confederaciones Agrarias Argentinas (CRA), remarcó que "el problema" de la suba de precios está "en el resto de la cadena de producción".
En este punto, en conversación con los periodistas acreditados en la Casa Rosada, Achetoni agregó que aún restan conversaciones con el Gobierno "para trabajar con toda la cadena para corregir algunas distorsiones, pero le explicamos que el sector productivo tiene un componente mínimo en la participación del precio de góndola".
Fernández estuvo acompañado por el ministro de Agricultura, Luis Basterra; el canciller Felipe Solá; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz –la Mesa de Enlace formará parte del Consejo Económico y Social que encabezará Beliz y que se pondría en marcha la próxima semana–, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca. Además, estuvieron los presidentes de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina; de Coninagro, Carlos Iannizzotto, Achetoni y Chemes.
Basterra, quien habló de "malas interpretaciones" sobre los dichos del Presidente que encendieron el conflicto, explicó que la charla se centró en el trigo y el maíz. "Lo importante fue la excelente disposición de todos para abordar el tema de la accesibilidad de los alimentos. El Presidente fue claro: lo que expresó es su voluntad de diálogo para resolver el problema no para aplicar medidas", graficó el ministro, que anticipó que se revisará toda la estructura comercial de la línea de producción para evaluar dónde hay inequidades.
Lo cierto es que el encuentro, que habían solicitado los representantes del campo tras el reportaje que brindó el jefe del Estado, llegó en momentos en que los productores de base y autoconvocados ya estaban en estado de alerta y movilización.
"El clima de las bases es muy delicado, por eso son importantes las declaraciones. Hay mucha inquietud por las palabras del Presidente", explicó Peregrina.
Además, en la reunión también hubo un principio de acuerdo para federalizar la economía, trabajar en conjunto para cuidar los precios, fomentar mercado de cercanía y exportar más.
En medio de la crisis económica y sin respuestas a los aumentos en los alimentos, el último capítulo de desencuentros entre el Gobierno y el campo hizo escalar la tensión rápidamente. Es que el Presidente, lejos de buscar enviar un mensaje para apaciguar el clima con el sector, redobló las palabras que había dicho la última semana Cecilia Todesca, quien había aseverado que las retenciones funcionan como un instrumento para desacoplar el precio nacional del internacional. En el campo leyeron estas palabras como una nueva embestida.
"Yo necesito que ellos exporten porque necesito dólares que entren. Pero lo que no pueden es trasladar a los argentinos los precios internacionales porque no producen en precios internacionales. Ellos no producen en dólares", dijo el Presidente usando como ejemplo el comercio de la carne con China.
Pese a la tensa calma que ganó el escenario entre la Casa Rosada y el campo, lo cierto es que las desconfianzas siguen latentes.
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