Mar del Plata: marcha en repudio por la prisión domiciliaria para Miguel Etchecolatz
“La única casa para un genocida es la cárcel”, insistieron los vecinos; habrá más movilizaciones el fin de semana
MAR DEL PLATA. “A 2,3 KM: genocida”, dice el cartel con la foto de Miguel Etchecolatz que desde esta tarde cuelga sobre los postes del arco de acceso a la Reserva Forestal Bosque Peralta Ramos. Al pie tiene el detalle de la dirección exacta donde el condenado a cinco penas de prisión perpetua por delitos de lesa humanidad sobrelleva desde hace una semana el beneficio de completar la pena en su casa debido a su delicado estado de salud.
El repudio llegó de parte de sus propios vecinos de este barrio muy arbolado y habitado de la zona Sur de la ciudad, a quienes se sumaron otros que coinciden en el mismo planteo: que el exjefe de Inteligencia de la policía de la provincia de Buenos Aires vuelva a la cárcel.
“Todos estamos muy indignados porque le hayan dado esta libertad y nosotros aún más porque no queremos tenerlo en nuestro barrio”, explicó a LA NACION Paula Piris, que vive aquí hace cinco años pero tiene a su madre que lleva más de dos décadas en cercanías de la casa de Etchecolatz.
Organizaciones de derechos humanos se sumaron ayer a esta primera manifestación, que llegó hasta la propia casa donde Etchecolatz vive con su esposa, en Boulevard del Bosque y Los Tobas. Habrá otras mañana, en pleno centro, y el domingo, también aquí en el bosque.
“La única casa para un genocida es la cárcel”, insistieron los vecinos desde pancartas que repartieron panfletos a todos quienes ingresaban a este barrio, que además de miles de residentes tiene mucho turismo que alquila aquí y otro tanto que lo disfruta como paseo.
La acción de hoy incluyó una caravana a pie con señalización al paso de la ruta para llegar hasta la casa de Etchecolaz, también bien demarcada, para que a nadie quede ajeno quién es, qué hizo y cuál es la condición.
“Está viviendo justo frente al lote donde mi hermana está por construir su casa”, dijo a La Nación Ana Pecoraro, cuyo padre desapareció durante la última dictadura a manos de fuerzas militares. “No imaginamos que iba a salir de la cárcel”, dijo sobre el ex jefe policial que pasó los últimos años en una unidad penal.
“Si quiere venir a Mar del Plata, que lo encierren en la cárcel de Batán”, dijo una de las vecinas en referencia a la unidad penal que está a 20 kilómetros al sur de Mar del Plata.
La serie de reclamos continuará mañana con otra marcha en zona céntrica, organizada por organizaciones de derechos humanos y que hoy se convocó con presencia del Rubén López, hijo de Jorge Julio López , desaparecido durante el último juicio que se hizo a Etchecolatz para juzgarlo por delitos por los que fue declarado culpable.
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