Elecciones 2019: la disputa más atractiva será en el centro del país y en ciudades no gobernadas por el PJ
Con un candidato que en las PASO superó los 45 puntos que se necesitan para ganar en primera vuelta y sin una tercera fuerza gravitante, para revertir las predicciones y arañar un ballottage, mañana Mauricio Macri necesita que un amplísimo caudal de votantes que no participó en las primarias se incline por él, además de cosechar voluntades de otras fuerzas políticas.
Con los pronósticos a su favor, Alberto Fernández se concentró en asegurar el piso del 47,6% que obtuvo en las primarias con el 75,8% de participación y sin proyectar el 3,11% de los votos en blanco. Con la misión de evitar los errores no forzados durante la campaña, el Frente de Todos pretende estirar la diferencia en todo el país. Sobre todo en Córdoba (donde Macri tuvo su mejor performance) y en las ciudades y municipios que el peronismo puede recuperar.
Con un escenario adverso, para polarizar y recortar diferencias, la campaña de Mauricio Macri (que tuvo 32%) se concentró en lo que sus estrategas denominaron el "voto posible". Es decir, en reconquistar a los electores que en las votaciones generales de 2015 se inclinaron por su boleta pero que en las PASO de este año no asistieron a las urnas, o no votaron por el Presidente.
Según los análisis de Juntos por el Cambio, ese voto está en los núcleos urbanos de la zona centro del país. Principalmente, la Capital Federal, el interior de la provincia de Buenos Aires y Córdoba, los bastiones que le permitieron a Macri acceder a la Presidencia, pero también en Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza. El Presidente le habló a la clase media urbana desencantada, o no movilizada.
"Necesitan unos 2 millones de votantes nuevos y que todos vayan a votarlos a ellos", se confían en el campamento del Frente de Todos. En el oficialismo no se dan por vencidos: recuerdan que obtuvieron un millón de votos más que en las PASO de 2015 y apuestan a ampliar el universo de electores para mejorar su ecuación.
El mapa
Ambos candidatos concentraron la atención de su campaña en el centro del país. En Buenos Aires, el principal distrito electoral, la fórmula de Alberto Fernández obtuvo más de 50 puntos. Allí Axel Kicillof, da por descontado que le arrebatará la provincia a María Eugenia Vidal. Habrá, sin embargo, elecciones locales que, por lo peleadas, sumarán atractivo.
En el Frente de Todos se ilusionan con ganar importantes ciudades que no son gobernadas por el peronismo desde hace muchos años, como Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata y Olavarría. También buscan recuperar para el PJ distritos del conurbano, como Quilmes, Pilar, Morón, Lanús y Tres de Febrero. Los intendentes de Cambiemos movilizaron su aparato para salvar sus bastiones, incluso con un eventual corte de boleta. A pesar de su densidad demográfica, el Presidente nunca pisó el conurbano con su gira del "Sí, se puede".
El Presidente cerró el jueves su campaña en Córdoba, su punto fuerte en 2015. En las PASO de este año, el Presidente cosechó el 48%. Sin una tercera fuerza potente, la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner creció respecto a Daniel Scioli en 2015. Pero el oficialismo buscó tocar la fibra del antikirchnerismo para polarizar en el territorio cordobés.
Cuna del macrismo, Macri también apunta a mejorar su performance en la Capital Federal. La menor participación se dio en los barrios del norte de la ciudad, más afines al oficialismo. Con buenas chances de ser el primero en ganar en primera vuelta, Horacio Rodríguez Larreta profundizó una campaña de cercanía y evitó los cruces mediáticos con sus adversarios. El candidato del Frente de Todos, Matías Lammens, logró en las PASO teñir de celeste la zona sur y quiere sorprender con un ballottage.
En otras provincias del centro del país Cambiemos también apuesta a mejorar su performance. Macri recorrió con su caravana el cordón industrial de Santa Fe, tercer distrito en cantidad de electores, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, fortaleció la campaña de Entre Ríos. En ambas provincias, en las PASO, Fernández se impuso por unos diez puntos.
Mendoza será un distrito clave, por lo que está en juego. En las PASO, Macri quedó abajo de Fernández por tres puntos. Pero en su misma boleta, como candidato a diputado nacional, jugó el actual gobernador y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo. Con ánimos de posicionarse con un liderazgo nacional para 2020, el mendocino fortaleció la campaña nacional. Los otros gobernadores radicales, Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), que ya resolvieron los pleitos en sus provincias, también pusieron sus aparatos al servicio de la campaña nacional.
Alberto Fernández obtuvo la mayor diferencia en el norte del país, con picos que alcanzaron el 75% en provincias como Santiago del Estero. Macri, sin embargo, apunta a mejorar en algunos centros urbanos en los que tuvo buena respuesta la marcha del "Sí, se puede", como San Miguel de Tucumán, al tiempo que buscará reforzar la fiscalización en los bastiones de fuerte aparato peronista.
En la Patagonia, ni en 2015 ni este año Macri pudo superar el techo de los 30 puntos. Alberto Fernández tuvo un piso de 44 puntos. Juntos por el Cambio envió al candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto, y a ministros como Frigerio y Patricia Bullrich (Seguridad) a recorrer las provincias más australes del país para fortalecer a los candidatos al Congreso.
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