Manzur, el armador del candidato en una región clave

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- En su primera actividad de campaña a su regreso de Europa, Alberto Fernández se movió como si ya fuera el presidente en ejercicio. Así se lo hizo sentir el gobernador Juan Manzur, quien organizó distintos actos que tuvieron como protagonista excluyente al candidato del Frente de Todos. "El peronismo tiene jefe, tiene conducción y se llama Alberto Fernández, que en poco más de 30 días será el presidente de todos los argentinos", lanzó Manzur, en un acto con dirigentes y militantes, junto al exjefe de Gabinete.

Cientos de militantes fueron trasladados en decenas de micros desde distintos puntos de la provincia para recibir a Fernández en la zona del Parque 9 de Julio, sobre la avenida Benjamín Aráoz, y en las inmediaciones del aeropuerto. Los encargados de la movilización fueron dirigentes y legisladores del PJ que responden a Manzur, quien se convirtió en el principal armador de campaña del kirchnerismo en esta parte del país.

"La provincia te recibe con los brazos abiertos y con la mirada puesta en el futuro. Hoy [por ayer] daremos el puntapié inicial del país que se viene, una Argentina con todos y para todos", expresó Manzur al dar la bienvenida a Fernández, quien llegó para participar de los festejos por los 50 años de la Unión Industrial de Tucumán (UIT).

Por la mañana, el candidato presidencial del Frente de Todos y el gobernador de Tucumán encabezaron un acto por el Día del Maestro en una escuela de Banda del Río Salí, a 12 kilómetros de la capital tucumana. Allí, Manzur aseguró que Fernández "volverá a recuperar la presidencia para todos los argentinos y conducirá los destinos del país".

Fernández, quien aprovechó el encuentro para dialogar con docentes, alumnos y padres, agradeció expresamente a Manzur por su apoyo. "Juan, desde el primer día, se puso a mi lado para acompañarme, como todos los gobernadores que están en Tucumán, para hacer entre todos la Argentina que nos debemos", sostuvo el candidato presidencial.

Manzur y Fernández se trasladaron al Teatro Mercedes Sosa, donde participaron de un acto en homenaje a los docentes. Al mediodía, ambos compartieron un asado con dirigentes y militantes peronistas en el predio de la delegación local de ATSA (Sanidad). Del almuerzo, participaron los popes de la cúpula de la CGT, Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estaciones de Servicios), Gerardo Martínez (Uocra), Antonio Caló (UOM), Roberto Fernández (UTA) y Rodolfo Daer (Alimentación), entre otros.

Respaldo de gobernadores

También se sentaron en la mesa, convocados por Manzur, los gobernadores de Catamarca, Lucía Corpacci, y de San Juan, Sergio Uñac; el vicegobernador de Santiago del Estero, José Emilio Neder, y el gobernador electo de Misiones, Oscar Herrera Ahuad. Además, estuvieron Sergio Massa; la intendenta de La Matanza, Verónica Magario; los legisladores nacionales Diego Bossio y Eduardo "Wado" de Pedro, y el dirigente Fernando Espinoza.

En su discurso, Manzur aseguró que "en poco más de 30 días Alberto Fernández será el presidente de todos los argentinos". Y disparó: "Acá está el peronismo para hacernos cargo de esta tragedia que generó Macri".

El propio Fernández manifestó: "Me haré cargo de cada uno de los problemas que recibo". El dirigente recordó su paso por el gobierno de Néstor Kirchner como jefe de Gabinete. "Yo ya sé lo que es negociar con el FMI, lo que es sacar a la Argentina de la frustración. Lo hicimos una vez con Néstor y ahora lo volveremos a hacer", aseguró.

Para finalizar, Fernández expresó: "Tengo una enorme felicidad de reencontrarme con Cristina y haremos la Argentina que todos estamos esperando. Haremos un gran esfuerzo para no repetir viejos errores. El 10 de diciembre el futuro de la Argentina depende de nosotros".

Conforme a los criterios de

Conocé más

Cambio de rumbo. El peronismo perdido para reorganizarse en medio del escándalo de Alberto Fernández

“Hubo silencios sugestivos”. El fiscal de la causa por abuso sexual se refirió a las pruebas contra Alperovich

Sin sanción política. El peronismo hizo silencio sobre Alperovich, pero tuvo que soltarle la mano en el Senado que controlaba Cristina