Mantener la personería jurídica para poder figurar
Cómo sobreviven los partidos chicos
Sedes cerradas. Algunas, abandonadas. La actividad política es escasa o nula en los partidos denominados chicos durante un año sin elecciones. Tal vez, algún curso de capacitación. Pero hay algo que no falla: la presencia en todos los comicios. La mayoría de las veces, como parte de algún frente o alianza electoral.
Es que, cada dos años, se juegan muchas cosas: el financiamiento estatal y la posibilidad de perder la personería jurídica si pasan cuatro años sin participar en ninguna elección, según establece la ley de partidos políticos.
Marco Aurelio Michelli es el presidente del Partido Conservador Popular en el orden nacional y en la provincia de Buenos Aires. Su partido, en las últimas tres elecciones, integró la misma cantidad de alianzas diferentes: en 2003 apoyó a Carlos Menem; en 2005, a Ricardo López Murphy y, previsor, en 2007 integró el Frente para la Victoria, que encabezó Cristina Kirchner.
Al igual que otras agrupaciones pequeñas que fueron aliadas de grandes fuerzas partidarias, este partido recibe dinero del Estado nacional según los votos obtenidos en las últimas elecciones.
Cada frente electoral recibe casi dos pesos por voto, que debe ser repartido entre los partidos que integraron esa alianza. Generalmente se reparte de acuerdo con un porcentaje establecido de antemano.
Según Michelli, dirigentes cercanos al vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini, y al diputado nacional Jorge Landau, apoderado del PJ, fueron el nexo para sumar el sello de su partido al victorioso Frente para la Victoria.
Exigencias
Para Michelli, que comenzó a militar de la mano de quien fue vicepresidente de Héctor Cámpora, Vicente Solano Lima, es importante la presencia de su partido en cuantas elecciones haya. De otro modo, explica, si pasan cuatro años sin participar en ningún comicio, la agrupación pierde su personería jurídica.
Otro que participó en las últimas elecciones como parte de un frente electoral es Alberto Asseff, del Partido Nacionalista Constitucional, que esta vez apoyó la candidatura del entonces opositor Roberto Lavagna.
Según Asseff, a su partido le corresponderá el 5 por ciento del dinero que se girará por los votos obtenidos en las últimas elecciones de diputado nacional en la Capital y en Buenos Aires.
"Ese es el porcentaje que fijamos antes de los comicios", recordó el dirigente. "No lo hago por el aporte estatal; no sirve para nada porque es insignificante. Renuncio al aporte estatal a cambio de que me dejen hacer buena política", dijo a LA NACION.
"No somos un hongo que sale después de la lluvia -agregó-, sino que expresamos una corriente histórica, como es el sentimiento nacional. Nuestro objetivo es que se plasme la concertación para un gobierno alternativo en la Argentina."
Michelli y Asseff tienen otra cosa en común: mantienen sus sedes partidarias, aunque con escasa actividad. "En los años electorales organizamos cursos para los militantes", coincidieron.
¿Qué o cuánto pudieron haber aportado el Partido Conservador Popular al kirchnerista Frente para la Victoria y el Partido Nacionalista Constitucional a UNA?
La respuesta es relativamente sencilla: para que las alianzas electorales estén habilitadas para participar en comicios nacionales, deben estar integradas por alguna agrupación reconocida en el orden nacional, para lo cual se necesita tener personería jurídica en por lo menos cinco distritos. Sin ese detalle, no podrían presentar un candidato presidencial, por ejemplo.
Además, en líneas generales, los dirigentes de los partidos chicos no suelen ser exigentes a la hora de reclamar lugares en las listas de candidatos a diputados o a senadores provinciales o nacionales que se presentan en las elecciones.
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