Malvinas: la incansable lucha de un ex combatiente para identificar a los soldados NN
Julio Aro preside la fundación No Me Olvides, con la que recorre el país para ayudar a las familias de los caídos en las islas; su extenso trabajo y el sorpresivo apoyo de Roger Waters
“Me tuve que venir de raje a Luján porque falleció la mamá de un compañero, ya estoy pegando la vuelta porque tengo actividades en la Fundación”, responde apurado Julio Aro a LA NACION. Desde hace unos años, así de vertiginosos suelen ser los días de este profesor de educación física de 55 años que combatió en el archipiélago con el Regimiento N°6 de Mercedes.
Todo comenzó cuando Aro volvió a Malvinas en 2008. Ese viaje transformó su vida. Recorrer nuevamente las islas, reencontrarse con cada uno de esos 60 días que pasó allí durante la guerra. Pero, sobre todas las cosas, por la consternación que le causó leer en las placas negras al pie de las cruces de 123 tumbas en el cementerio de Darwin: “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. Fue en ese momento que Julio Aro decidió iniciar una cruzada, la cual estaría alcanzando su cometido final en pocas semanas.
La fundación “No me olvides”, de la cual es Presidente, es el resumen de su incansable trabajo. Aro creó ese espacio para “velar y favorecer la mejora en la calidad de vida de ex combatientes y sus familiares”. Pero su principal cometido fue visitar a cada una de las familias de los solados cuyos cuerpos yacen en el frío suelo isleño como NN, con el fin de dar comienzo al trabajo de su identificación.
No quedó un ssolo pueblo, a lo largo del país, donde resida un familiar de uno de esos 123 soldados adonde Julio Aro no se haya dirigido a charlar, contener, a tomar las manos temblorosas de muchas madres que, según pudo constatar “aún esperan a su hijo con un plato en la mesa cada noche, porque nadie les puede asegurar que es su hijo el que descansa como soldado no identificado en Darwin”. “A veces siento que esas madres creen que sus hijos abrazaron un misil y desaparecieron. No podía quedarme quieto, era mi responsabilidad con ellos, desde ese momento no paré y aún sigo”, dice Aro a LA NACION mientras despliega una extensa planilla que contiene los datos de cada uno de los soldados no identificados y de sus familias
Al comienzo, el ex soldado intentó en vano que ambos países firmaran un acuerdo. “Sentía que el estado no nos escuchaba. En muchos existe la idea que, como Malvinas es suelo argentino, está bien que sigan enterrados allá, pero eso no debería impedir su identificación”, explica. También viajó a Gran Bretaña, se entrevistó con ex combatientes, y se reunió con las más altas autoridades del gobierno anterior, pero no podía darle forma final a su esperanza.
Rogers Waters
Sin embargo, sucedió lo impredecible. La causa de Julio Aro recibió un sorpresivo apoyo. El mítico líder de Pink Floyd, Rogers Waters tomó conocimiento del reclamo, se ofreció como mediador y pidió en persona a la ex presidenta Cristina Kirchner que avanzara en un acuerdo con el Reino Unido. “Waters perdió a su padre durante la Segunda Guerra Mundial y a su abuelo en la Primera, es muy sensible a este tema y su participación ayudó muchísimo, nos dio visibilidad. Es tan comprometido con la causa que aún nos escribe preguntando por los avances”, destaca Aro sobre el músico inglés.
Finalmente, en noviembre del año pasado, se firmó un acuerdo con el Reino Unido designando la responsabilidad de la Misión Humanitaria al Comité Internacional de la Cruz Roja Internacional a cargo de Laurent Corbaz, y que cuenta con la participación de forenses y especialistas de ambos países. "El cementerio será respetado y tratado con la mayor dignidad. No vamos a cambiar las tumbas ni las cruces", recalcó Corbatz cuando se inició el proceso, que se dividió en tres fases.
Ya se exhumaron los 121 cuerpos, este dato fue confirmado en las últimas horas por el propio Corbaz, modificando así la información original que hablaba de 123 cuerpos sin identificar sobre un total de 237 que descansan en Darwin. Se tomaron las pruebas de ADN correspondientes y en estos días se realizan las contrapruebas con las muestras brindadas voluntariamente por familiares en Córdoba.
La misión contó con la colaboración de Geoffrey Cardozo, un ex oficial británico que tuvo a cargo el diseño y la construcción del cementerio de Darwin. “Hablé con Cardozo, hace poco me envió un correo donde tiene palabras muy emotivas hacia la causa que estamos llevando adelante”, cuenta Aro, y agrega: “En un párrafo me dice que le hubiese gustado compartir una trinchera conmigo, ante cualquier enemigo”.
LA NACION se contactó con Cardozo, que se disculpó recordando el compromiso asumido de no volver a dar entrevistas hasta que no culmine el proceso de identificación y recordó “el lugar que tengo en mi corazón para las familias de los chicos que cayeron en Malvinas”.
“Los resultados de ADN se presumen que estarán entre fines de noviembre y mediados de diciembre”, dice el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj. Y agrega: “Se trata de una reparación histórica, de cumplir una convención de derechos humanitarios que se debería haber hecho hace décadas y evitar el dolor a tantas familias. Es un acto de justicia que ennoblece a toda la sociedad”
Grieta
Como en casi todo lo que sucede en la Argentina, también aquí existe una grieta. Según pudo constatar LA NACION, no todos los ex combatientes estaban de acuerdo con la exhumación e identificación de los cuerpos. Incluso para algunos sectores de la política, ligados al gobierno anterior, no es conveniente que Macri se “lleve el crédito”. Se conocieron casos de algunos llamados que recibieron familiares recomendándoles que se nieguen a dar la muestra de sangre necesaria para poder realizar la contraprueba.
“El gobierno tiene que ser muy cuidadoso al momento de informar los resultados de los análisis. Se debe pensar que las madres de los soldados identificados son de edad avanzada y con mucho sufrimiento sobre sus cuerpos. Pedimos cuidado, respeto y nos ofrecemos a colaborar en ese cometido. Hace años que venimos trabajando desde la Fundación en la contención del dolor de las familias, podemos ser útiles”, afirma Aro, convencido.
Según Avruj “se está trabajando con la Cruz Roja Internacional, la secretaría y el equipo de Ulloa en la elaboración de un protocolo y mecanismo de abordaje integral para con los familiares para concretar nuevamente entrevistas individuales con cada uno de ellos a fin de informar el resultado del procedimiento”.
Respecto a la posibilidad de trasladar al continente los restos de los soldados, Avruj aclara a LA NACION que “frente al pedido individual de cada familiar se analizará la situación, caso por caso, ya que es un tema complejo”.
“Una vez finalizada la identificación de los cuerpos, no terminará nuestra tarea. Logramos que muchos jardines de infantes municipales, que no tenían nombre en General Pueyrredón, lleven nombres de soldados caídos. Vamos a llevar contingentes de alumnos de colegios secundarios a las islas y a seguir tratando personalmente con los familiares, aún hay mucho por hacer”, culmina Aro.
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