
Malvinas: habrá un monumento a los argentinos
Se levantará en el cementerio de Darwin; sin bandera aún.
Los 649 caídos durante la Guerra de las Malvinas tendrán, finalmente, su monumento en el cementerio argentino en Darwin.
El proyecto del memorial fue aprobado por la Commonwealth War Graves Commission (Comisión de Tumbas de Guerra del Commonwealth), dependiente del Ministerio de Defensa británico, luego de una reunión realizada en Londres con el coordinador del Grupo de Trabajo del Atlántico Sur de la Cancillería, Carlos Foradori; el presidente de la Comisión de Familiares de las Víctimas de la Guerra de Malvinas, Héctor Cisneros, y funcionarios de segunda línea del Foreign Office.
El monumento, que es parte del acuerdo firmado el 14 de julio último por la Argentina y Gran Bretaña y que fue diseñado por los arquitectos Mónica Cordero de Berraz y Carlos D´Aprile, consistirá en una cruz de nueve metros de altura con una imagen de la Virgen de Luján a sus pies. Dos cenotafios distribuidos en semicírculos de doce placas cada uno, que marcan los 24 distritos argentinos, con los nombres de los muertos durante la guerra del Atlántico Sur, abrazarán las cruces blancas en el cementerio argentino.
"Los funcionarios del Foreign Office tuvieron un trato muy amable y nos dijeron que querían tener más diálogo con nosotros", explicó Cisneros a La Nación desde Londres y aclaró que por ahora se prefirió dejar de lado la definición sobre si la bandera argentina flameará en el cementerio, a pesar de los deseos del presidente Menem.
Desde el Foreign Office, empero, descartaron repetidamente el emplazamiento de la bandera en las islas.
En tanto, el vicepresidente de la Federación de Veteranos de la Guerra de Malvinas, César González Trejo, señaló: "No está cerrada la cuestión. Vamos a esgrimir como argumento el hecho de que todos los cementerios de guerra del Reino Unido, estén en el país que estuvieren, tienen la bandera británica. No queríamos insistir ahora para que no objetaran la construcción del memorial, pero luego insistiremos".
Después de algunas gestiones para que se levantase el monumento, el embajador británico, William Marsden, "nos dijo -señaló González Trejo- que se podía hacer".
Reunión con Lamont
"Convocamos a varios arquitectos, pero todo se aceleró cuando se firmó la declaración conjunta entre la Argentina y Gran Bretaña, en la que había sido incluido el tema. Aceleramos los proyectos y quedaron tres. La elección final fue en Salta, en septiembre, durante la reunión del Consejo Federal de la Federación de Veteranos -indicó González Trejo-. Si bien la Cancillería lo tomó como propio, sentimos que estaba siendo demorado. Por eso pedimos la reunión, que se produjo ayer."
En poco menos de dos semanas partirá un nuevo contingente de los familiares de los caídos. Entre ellos irá D´Aprile, que mantendrá una reunión con el gobernador de las islas Malvinas, Donald Lamont, para hablar del tema y realizar un estudio de suelos a fin de que se analice el tipo de materiales con que se deberá construir el memorial.
En tanto, ayer, en las Malvinas, nadie había recibido el proyecto del monumento. "Aunque la Commonwealth War Graves Commission lo haya aprobado, les corresponde a los isleños dar la última palabra, porque ese cementerio no pertenece al Commonwealth", se adelantó Norma Edwards, presidenta del Comité de Planeamiento y Construcción de las islas, que debe aprobar el diseño. Si bien el comité no puede vetarlo, por ser parte del acuerdo, puede cuestionar el diseño. La parte afectada puede apelar ante el Consejo Ejecutivo, formado por tres consejeros de los ocho que integran el consejo de gobierno.
A los veteranos les quedan por delante las negociaciones diplomáticas acerca de cómo se realizará la obra y de dónde provendrán la mano de obra y los materiales. Definido esto, la construcción demorará entre 45 y 60 días. Incluso, están organizando un gran acto de inauguración, con veteranos argentinos y británicos.
Ejercicios con británicos
Las armadas de nuestro país y del Reino Unido, con la apoyatura de la Fuerza Aérea Argentina, iniciaron ayer el primer ejercicio bilateral en aguas internacionales del Sur, tras haberse enfrentado en 1982 por la soberanía de las islas Malvinas.
Si la maniobra -una operación de simulación de búsqueda y rescate de un supuesto barco pesquero en riesgo de hundimiento- es importante en el camino del afianzamiento de las relaciones bilaterales, no lo es menos la primera visita oficial que inició ayer a Londres el jefe de la Armada, el almirante Carlos Marrón.
El viaje de Marrón, que mañana recorrerá la base naval más grande del Reino Unido, Portsmouth, es la respuesta a la primera visita en la historia institucional argentina de un jefe de la Armada Real. El primer lord del almirantazgo británico, sir Michael Boyce, estuvo en nuestro país en julio último.
Como corresponde a cualquier ejercicio en aguas internacionales, y lo establece la Organización Marítima Internacional (OMI), las comunicaciones se cumplirán íntegramente en inglés.
En las dos primeras jornadas, se afianzarán esos sistemas entre todos los participantes; en las dos restantes se cumplirá la maniobra en el mar.
La flota argentina está integrada por la corbeta Parker, un helicóptero Fennec, dos aviones (P3 Orión y Hércules) y el aviso Gurruchaga (simula la nave en emergencia).
Gran Bretaña está representada por la fragata Somerset y dos helicópteros (un Sea King y un Sea Linx), los que partieron desde su base habitual en las islas Malvinas.