Macri reconoce a Áñez como "referencia de autoridad" en Bolivia, pero no como presidenta
El gobierno de Mauricio Macri reconoció ayer como "referencia de autoridad" en Bolivia a la senadora Jeanine Áñez ante la renuncia de Evo Morales, aunque por ahora no la considera la presidenta provisional.
Según altas fuentes de la Cancillería consultadas por LA NACION, la Argentina decidió no reconocer a Áñez como presidenta hasta que la Asamblea Legislativa de ese país (con mayoría del Movimiento al Socialismo, de Morales) no le otorgue esa investidura.
"En el vacío de poder generado por la renuncia de Evo Morales y de su vicepresidente, ella es una referencia de autoridad frente a la situación crítica de vacío institucional que hay, pero para poder ser designada y reconocida como presidenta provisional, es relevante el elemento de su ratificación por la Asamblea Legislativa", afirmaron desde la Cancillería, que encabeza Jorge Faurie, quien evitó calificar lo sucedido en Bolivia como un golpe de Estado.
El MAS dejó anteayer sin quorum a la Asamblea, que, de todos modos, designó "presidenta interina" a Áñez, una exconductora de televisión y senadora opositora a Morales, que ya se encuentra exiliado en México. Para la Cancillería, es "muy importante" además que el Tribunal Constitucional boliviano haya reconocido a Áñez como presidenta del país.
"La sucesión que se produjo dentro del Senado es legítima, y Áñez es en estas circunstancias la más alta autoridad de uno de los poderes de Bolivia", afirmaron voceros del canciller Faurie.
Si bien países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Brasil reconocieron a Áñez como presidenta a cargo, la cancillería argentina desarrolla por estas horas una serie de "consultas" con países de la región a fin de fijar una posición común. "Lo más importante es que haya tranquilidad en las calles, por el momento abrimos un compás de espera", afirmaron desde el Gobierno, donde también esperan una pronta convocatoria a elecciones "limpias y justas", como lo expresó el presidente Macri en un acto, en la mañana del martes.
La gestión de Macri sigue sin reconocer lo ocurrido en Bolivia como un golpe de Estado, lo que le valió duras críticas del presidente electo, Alberto Fernández, quien incluso felicitó a dirigentes de Cambiemos como la UCR orgánica y el macrista Daniel Lipovetzky por definir la crisis institucional boliviana del mismo modo que el kirchnerismo.
Ayer, de hecho, cuatro senadores bonaerenses de Cambiemos -entre ellos, Gabriel Monzó, hermano del presidente de la Cámara de Diputados- también se manifestaron en ese sentido. "La destitución de Morales es lisa y llanamente un golpe a la democracia que debe ser repudiado por todos los actores políticos de la región elegidos por la voluntad popular", afirmaron los senadores.
Para Felipe Solá, diputado nacional y eventual próximo canciller, la designación de Áñez es una "fantochada".
Desde la Cancillería recordaron que la embajada de la Argentina en La Paz, a cargo de Normando Miguel Álvarez García, dio refugio a dos ministros de Morales en las horas de incertidumbre y violencia que siguieron a la dimisión de quien rigiera los destinos de Bolivia por más de 13 años.
"Se cumplió con la hospitalidad diplomática", expresaron desde el Gobierno, más allá de que la relación entre Evo Morales y Macri pasó de la diplomática cordialidad a la tirantez en los últimos meses.
En Balcarce 50 insistieron en que la posición argentina pretende abogar por el "respeto a la institucionalidad" en ese país, y a la vez en rechazar "todo tipo de violencia" en el país vecino. "Hay que esperar", repetían al caer la tarde desde Cancillería y la Casa Rosada.
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