¿Macri o Larreta? El debate en el oficialismo sobre el “enemigo a vencer” y el temor real de Cristina
Fernández agitó el fantasma del regreso del expresidente para reclamar la unidad del Frente de Todos; otros referentes creen que el adversario es el jefe de gobierno porteño
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En sus últimas tres apariciones públicas, Alberto Fernández repitió la misma idea: que Mauricio Macri volvió a tomar centralidad en la escena pública y que el oficialismo debe unirse, porque el exmandatario es el enemigo a vencer. Con distintas variantes, el Presidente desplegó este concepto hace una semana en Florencio Varela, el sábado en Chaco y ayer, en la Ruta 3, cuando reclamó que la Justicia investigue al expresidente.
En el plano discursivo, el jefe de Estado agita el fantasma de un posible regreso de Macri como un factor aglutinante del oficialismo, aún cuando las diferencias en el Frente de Todos siguen sin resolución. “Hay una nueva etapa. No tenemos que distraernos ni confundirnos de adversario”, dijo a LA NACION un importante funcionario de Casa Rosada con acceso diario al despacho presidencial, consultado sobre el sentido del mensaje de Fernández. “La relación que está teniendo Alberto con (Sergio) Massa y las palabras de ayer (Axel) Kicillof muestran un camino”, agregó, al intentar dar vuelta la página de la interna. Subrayó que -a diferencia de otras oportunidades- el gobernador bonaerense ayer dijo que hay “una Argentina que camina”.
La entronización de Macri como el gran adversario a vencer -Fernández habló de la “derecha maldita”- es compartida por algunos referentes del oficialismo, aunque no por todos. Sergio Massa le dijo a sus interlocutores en las últimas horas que está convencido de que el exmandatario quiere jugar en 2023. “Ya está lanzado”, comentó recientemente el presidente de la Cámara de Diputados, que desde el 25 de Mayo viene acumulando fotos al lado del Presidente.
Un ministro que trajina la política hizo una lectura diferente. “Es inocente pensar que va a ser Macri en 2023. Va a ser Horacio Rodríguez Larreta, porque es el que más puede acumular y ellos nos quieren ganar. Macri tiene un techo en la provincia de Buenos Aires”, dijo. Eduardo de Pedro, según pudo saber LA NACION, es otro que trabaja bajo esa tesis. Es por eso que el ministro del Interior busca “ampliar el Frente de Todos”, en un juego de espejos con al ala más dialoguista de Juntos por el Cambio.
“Vamos a ir presos”
Mientras el Presidente busca en la polarización con Macri una dialéctica para pacificar el oficialismo, Cristina Kirchner expresa un temor real. Según pudo reconstruir LA NACION, la vicepresidenta ya le transmitió a más de un dirigente que, si el peronismo pierde el año próximo, los funcionarios que responden a Fernández podrán volver al llano a sus actividades privadas, pero que en cambio ella y su familia deberán caminar los tribunales.
Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna lo puso en los siguientes términos: “Martín Guzmán volverá a la academia, Matías Kulfas encontrará empleo en una consultora, Miguel Pesce irá a un banco privado, Vilma Ibarra a un estudio jurídico o al departamento legal de una empresa, Alberto a su cátedra y los paneles de televisión”.
El mismo mensaje quedó explícito en el acto con militantes que La Cámpora hizo en Avellaneda el domingo pasado. Emmanuel González Santalla, legislador bonaerense y figura en ascenso de la agrupación de Máximo Kirchner en la provincia, fue quien primero transmitió la idea. A su turno, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, un dirigente que tributa políticamente tanto al Presidente como a la vicepresidenta, advirtió: “Cuando termine este Gobierno, algunos vamos a ir presos y otros volverán a dar clases a las universidades”.
En Twitter, el ministro reformuló sus palabras y habló de una persecución histórica a todo el PJ. “Desde el mismísimo Perón hasta hoy, los militantes populares sufrimos persecución con causas armadas”, dijo.
Desde el mismísimo Perón hasta hoy, los militantes populares sufrimos persecución con causas armadas. Incluso estando a derecho se usó la prisión preventiva para disciplinarnos. Nosotrxs no nos vamos a Uruguay ni a ningún lado. Siempre estaremos militando por la transformación.
— Jorge Ferraresi (@jorgeferraresi) May 29, 2022
Incomunicación
Mientras Fernández reclama la unidad del oficialismo en actos, las profundas diferencias con el kirchnerismo por el rumbo de la gestión persisten. Quienes tratan seguido al Presidente relatan que lo ven “cómodo” al no tener que rendir cuentas ante Cristina. “Él está cómodo sin hablarle porque puede decidir solo. Así fue que decidió darle más poder a Guzmán. Pero tendríamos que sentarnos todos y alinearnos detrás de dos grandes objetivos: salarios e inflación. De lo contrario, todos los días alguien va a salir a rayar un poco más”, se lamentó un alto funcionario y apuntó a las palabras del lunes de Andrés “Cuervo” Larroque.
El secretario general de La Cámpora dijo, en lo que pareció una respuesta al jefe de Estado: “Lo que venimos planteando es cómo dotamos de sentido a la unidad, porque no es una cuestión mágica que una simple reunión [solucione]… Hasta por una cuestión moral hay que resolver y alivianar las dificultades que atraviesa nuestra sociedad, sobre todo los sectores más postergados”.
A pesar de los intentos de distintos actores por bajar la espuma y de tender vasos comunicantes entre ambas tribus, la interna del Frente de Todos, hasta ahora, reaparece insistentemente.
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