Macri mostró sus cartas y espera gestos de Milei para construir una alianza entre Pro y LLA
“Nuestra única intención es ayudar, no disputamos poder ni cargos”, aseguró; reclama un ámbito de diálogo institucional para discutir la labor de los bloques legislativos, temas judiciales y el armado electoral de 2025
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Mauricio Macri puso las cartas sobre la mesa, pero no espera que haya una reacción inmediata de Javier Milei y su círculo íntimo para construir una alianza entre Pro y La Libertad Avanza (LLA). Quienes rodean al expresidente aseguran que su reaparición como conductor partidario sirvió para fijar su posición ante la opinión pública y alertar al gobierno de los libertarios sobre los riesgos de mostrar impericia en la implementación de su agenda reformista o preservar en manos de funcionarios de la gestión anterior o ligados al peronismo en organismos clave.
En las últimas horas Macri y sus colaboradores más cercanos intentaron matizar su airado reclamo para que Milei convoque a dirigentes o cuadros técnicos de Pro para ocupar puestos en segundas y terceras líneas de la administración nacional que están vacantes o paralizadas. También buscaron aclarar que las críticas apuntaban centralmente a Santiago Caputo, el asesor todoterreno del Presidente y encargado de coordinar la gestión nacional tras la salida de Nicolás Posse. Es decir, el macrismo pretendió escindir de los cuestionamientos del jefe de Pro al “entorno” del mandatario a Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia.
“Nuestra única intención es ayudar, no estamos disputando poder ni cargos”, remarcó Macri en diálogo con Radio Mitre. Lamentó que se haya “malinterpretado” su reclamo después de que Guillermo Francos, jefe de Gabinete, defendiera al “entorno” de Milei y advirtiera que el Presidente define cómo arma su equipo.
Allegados a Macri especulan que no habrá un giro abrupto de la Casa Rosada en el corto plazo. En otras palabras, creen que nada cambiará tras el acto de relanzamiento de Pro. No recibieron mensajes o sondeos que permitan intuir que Milei y Caputo, el ejecutor de sus ideas en la gestión, estén dispuestos a abrir una negociación para cerrar un acuerdo global e incorporar dirigentes aportados por Macri en transporte, vialidad o infraestructura. “Ni [Guillermo] Dietrich ni [Javier] Iguacel ni [Leandro] Cuccioli van aceptar ahora si los llaman”, remarcan la cúpula de Pro. Los nombres de esos dirigentes sobrevolaron en distintas charlas que mantuvieron Milei y Macri. Según el expresidente, Caputo prefirió no convocarlos.
“Esto sigue igual”, sintetizan en la cúpula de Pro, donde no ocultan su malestar y desconcierto por la indiferencia que exhiben los altos mandos del oficialismo ante las sugerencias o consejos de Macri. Sienten que son aliados naturales y que están destinados a convivir bajo el mismo techo, pero la relación es “confusa” desde su fase embrionaria. Macri y Milei se aferran a visiones disímiles sobre el Pacto de Acassuso.
Más allá de que tienen pocas expectativas de que se inicien tratativas para discutir una coalición de gobierno, los macristas aguardan que la mesa chica de Milei habilite instancias previas de “convivencia” entre Pro y LLA. Por caso, desearían que Milei permita la construcción de un espacio institucional para coordinar la labor de los bloques en el Congreso, debatir la agenda judicial -los macristas machacan con que hay temas pendientes, como los pliegos de los jueces o fiscales que retiró Mariano Cúneo Libarona-, atender los reclamos de los gobernadores de Juntos por el Cambio o bosquejar el armado distrital de 2025. Incluso, Macri estaría dispuesto a negociar el esquema en la ciudad, fortín de Pro.
Hace un par de semanas, dos intermediarios de Milei le ofrecieron a Macri que fuera candidato a senador nacional en la Capital. Una suerte de prenda de unidad. Si bien valoró ese gesto, Macri no está interesado en competir y pelear por una senaduría. En tanto, sus laderos no descartan que deban empujarlo a volver a la cancha si Jorge Macri requiere un empujón para blindar la Ciudad.
El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, se anticipó a esos debates. El jueves último, tras la reunión con Francos en la Casa Rosada, Frigerio se vio a solas con Karina Milei. Hicieron un análisis sobre el escenario electoral del año próximo y las chances de que el oficialismo y sus aliados le arrebaten bancas del Senado al peronismo. Frigerio, que requiere conciliar con los radicales y preservar los puentes con los libertarios -imagina integrar a todos en un gran frente que compita en las PASO-, lo informó a Macri sobre el resultado de la cumbre con la hermana del Presidente, apenas arribó al acto de relanzamiento de Pro en La Boca.
Macri continuará con su raid mediático en las próximas horas. Mañana tiene previsto recibir a Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro, con quien discutirá el posicionamiento de la fuerza ante la polémica por el decreto de necesidad y urgencia (DNU) con el que Milei dispuso un aumento de $100.000 millones para gastos reservados de la nueva Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). “Vamos a pedir que vengan a explicar y aclarar”, anticipan fuentes de Pro.
La oposición dialoguista presiona para voltear ese decreto, en plena pulseada con Caputo por la presidencia de la Bicameral de Inteligencia. Macri también choca en esa área con el asesor presidencial, quien promueve al senador peronista Edgardo Kueider. Pro impulsa a Martín Goerling Lara o Ritondo. Tras las idas y venidas por las designaciones en la Auditoría General de la Nación (AGN), los reproches de Pro también están dirigidos a Martín Menem y Victoria Villarruel. Consideran que la fragmentación interna en LLA y la puja de poder en altas esferas del Gobierno impide anudar acuerdos.
El martes Macri volverá a marcarle la cancha a la Casa Rosada con un editorial que publicará en el informe mensual de la Fundación Pensar, que conduce María Eugenia Vidal. En sus intervenciones públicas, el expresidente repitió que aspira a cooperar con la Casa Rosada y que anhela que Milei triunfe en su aventura presidencial. Alertó sobre las fallas en la “micro” gestión -lo considera vital para generar confianza entre los inversores- y advirtió sobre las “zonas grises”. También exteriorizó su visión sobre el esquema cambiario: sugirió que Milei debe sacar cuanto antes el cepo para lograr una reactivación.
Consciente de que su base electoral apoya la agenda transformista de libertarios, Macri buscó ser cauto para que su regreso no sea leído como un intento de desgastar al Gobierno o de que comienza a construir una alternativa a Milei. Pero preserva una posición de vigilancia de la gestión. “Es un gran error no implementar lo que Milei propone; sería una pena que se pierda una oportunidad por la impericia en la implementación. La paciencia no es infinita”, grafican cerca de Macri.
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