A continuación, sus principales conceptos:
- Los últimos meses, los del otoño y comienzo del invierno, han sido los mejores del año para el presidente Macri luego de un verano complicado. Y un abril más complicado aún. Pero desde principios de mayo, el Gobierno obtuvo una ayuda inestimable del FMI . El Fondo aceptó romper con la teoría de que cuando un país está endeudado y tiene un acuerdo con el organismo no puede intervenir en el mercado cambiario. La Argentina había firmado ese compromiso el año pasado, pero recurrió una vez más al FMI por una gestión personal que hizo Macri con Estados Unidos, y el Fondo le permitió al Banco Central intervenir en el mercado cambiario. Esa decisión fue el primer paso de una larga secuencia, que todavía se mantiene, y que mantiene a raya la cotización del dólar.
- En abril habían ocurrido dos fenómenos en simultáneo. Primero, encuestas que ubicaban a Macri muy lejos de la posibilidad de triunfo. Segundo, el dato más inquietante para el Gobierno: la sensación de descontrol que tenía el dólar. Hubo una minicorrida en ese mes, antes de la liquidación de los dólares que venían de la gran cosecha del sector agropecuario de este año. Esa situación de inestabilidad fue conjurada con la intervención del mercado cambiario.
- A partir de allí, el dólar estuvo bajo control. Y eso en la Argentina tiene un valor político muy significativo. Los argentinos saben que la idea de un dólar descontrolado es el camino hacia la hiperinflación. Rememora fantasmas que se corporizan y que están en el inconsciente colectivo de los argentinos. Además, venía el Gobierno de ajustar fuertemente las tarifas, lo cual alimentaba también la inflación. Había un cóctel económico en su raíz y político en su derivación, en un año de elecciones.
- Pasó mayo, pasó junio y el dólar se fue aquietando y, ahora, empezando julio, algunos dicen que el dólar se está atrasando peligrosamente. A medida que el dólar iba bajando, la imagen positiva del Gobierno y la intención de voto a Macri iba creciendo. Estos días, en el Gobierno dicen, con bastante confianza, que están cerca del frente que encabeza Alberto Fernándezcon Cristina Kirchner ; que reconocen que sigue por delante en encuestas, pero que la diferencia se achica de manera significativa. Se atreven a pensar en repetir el escenario del 2015, cuando Scioli le ganaba por una distancia a Macri en las PASO, pero una distancia suficientemente corta como para provocar una reacción en la primera vuelta.
- La diferencia con aquel escenario es que ahora no hay una tercera fuerza tan fuerte como fue la de Sergio Massa en 2015. En todo caso, hay una "tercera vía" atenuada, la de Lavagna, y la hipótesis de que Macri puede perder algún voto por derecha de la mano de José Luis Espert . Pero esta elección es, ante todo, un mano a mano desde las PASO, y hay una primera vuelta que puede llegar a ser definitiva. Tanto el macrismo como el kirchnerismo consideran que se puede definir precipitadamente la elección en primera vuelta.
- Lo que suceda en las PASO del 11 de agosto, el número definitivo que se desprenda de allí, hará sin duda mover los mercados. Esa es la gran incógnita pendiente, el impacto en los mercados cuando abran el lunes después de las PASO. Si la diferencia es entre 0 y 5 puntos a favor del kirchnerismo, el Gobierno cree que no habrá mayores inconvenientes, tanto en el mercado como en primera vuelta. Si la diferencia es entre 5 y 10 puntos, se complica más. Habría que ver la firmeza del mercado y la capacidad de intervención que tendría el Gobierno.
- Muy diferente sería el escenario de un triunfo más contundente del kirchnerismo, de más de 10 puntos de diferencia. Una situación que el Gobierno no está previendo, y las encuestas más independientes demuestran que la diferencia se ha, efectivamente, achicado. Particularmente desde el anuncio de Alberto Fernández como cabeza de la fórmula del kirchnerismo.
- Le cuesta explicar cuál será el rol de Cristina Kirchner en un hipotético gobierno, cómo se dividirían los roles entre ambos. Fue esta semana a visitar a Lula en prisión, y dice que cree en la inocencia de Lula . Lo cual es también decir que cree en la inocencia de los dirigentes del kirchnerismo que están presos, o procesados, o con gravísimas acusaciones de corrupción. A Alberto Fernández se le está haciendo muy difícil despegarse de la figura de Cristina. No es un candidato de su propio espacio, sino un candidato invitado a encabezar otro espacio, por parte de la líder natural de dicho espacio, Cristina.
- El Gobierno, por su parte, está muy atento a las manifestaciones y escraches que han ocurrido estos días, porque, si algún recurso político tenía antes, cuando no podía hablar de economía, era el del contraste con el kirchnerismo, el del frenar la idea del "regreso" del kirchnerismo, esa era su principal arma electoral. Ahora está tratando de unir esa arma con la idea de que "lo peor de la crisis ha pasado" (una idea del Gobierno), con algunos indicadores que lo ayudan. A esto hay que agregarle que los acuerdos paritarios de este año han comenzado a desembolsarse; lo cual le instala la idea al gobierno de que entre julio y agosto habrá una cierta calma económica, para permitirle a Macri vender la expectativa de un mejor futuro.
Por Sergio Suppo
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