Macri defiende el pacto secreto con Milei, pese a que Juntos por el Cambio se encamina a una ruptura definitiva
El expresidente confía en que el acuerdo le dará un impulso al libertario en la pelea con Massa; se aceleran los alineamientos
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Mauricio Macri no se arrepiente ni de las formas ni los tiempos. Ejecutó su plan para apoyar a Javier Milei de cara al balotaje en el momento que consideró oportuno. Después de coordinar la maniobra en secreto con Patricia Bullrich, apuró el anuncio para despegarlo lo más posible del 19 de noviembre, el día en que Milei se medirá mano a mano con Sergio Massa en la pelea por la conquista del poder. “Hicimos lo que teníamos que hacer”, dice un estrecho colaborador del expresidente.
La jugada de Macri y Bullrich partió a Juntos por el Cambio o materializó los deseos de la mayoría de sus jefes de separase. En el ala dura de Pro asumen que las diferencias sobre el modelo de país o la identidad los habían enredado en una rutina desgastante que les impedía generar expectativas y volver a representar a una porción mayoritaria de la sociedad. “El propósito de JxC entró en crisis”, deslizó uno de los estrategas de Bullrich tras el revés en las urnas.
El expresidente decidió terminar con la agonía y le quitó el respirador al vehículo que lo llevó al poder en 2015 cuando tomó dimensión del riesgo de que Massa llegue a la cúspide del Estado. Bullrich y él consideraron que los tiempos apremiaban y había que darle una mayor celeridad al pacto con los libertarios para aumentar las chances de frenar a Massa. “No se rompió JxC, no al menos el que fundé yo”, dijo Macri el viernes, en Radio Mitre.
En rigor, Macri y los suyos decidieron activar el operativo Milei después de que se enterara que el domingo a la noche Gerardo Morales, jefe de la UCR, le advirtiera en una de las salas del búnker del espacio a Bullrich que no pensaba volver a sentarse con el expresidente. También le exigió que no fijara un posicionamiento sobre la segunda vuelta porque planeaban convocar a una convención nacional del radicalismo. La excandidata le advirtió que iba a salir a cuestionar con dureza a Massa. “Morales está para romper”, le avisó a Macri uno de sus leales. Se fue convencido de que ese sector de la UCR cerraría con Massa.
Menos de 48 horas después de la áspera discusión entre Bullrich y Morales en Parque Norte, donde JxC montó su búnker, Macri organizó la cumbre con Milei en su casa de Acassuso. A esa altura el expresidente ya tenía los resultados de un estudio que le había encargado a Mora Jozami, su analista de opinión pública, para saber si Bullrich le transfería sus votos a Milei. El trabajo se había realizado durante la jornada electoral del domingo pasado. Aprovecharon los boca de urna para indagar a los encuestados qué harían en un eventual balotaje. Entre un 70% y 75% de los seguidores de Bullrich admitían que estaban dispuestos a elegir la boleta de Milei en caso de que la exministra quedara en el camino. Solo un 11% de ese universo se inclinaba por Massa. En el círculo de confianza del expresidente creen que la transmisión de sufragios a Milei tendrá un impacto aún mayor en la base electoral del macrismo gracias al anuncio de Bullrich y Macri. Creen que el acuerdo equilibra la pelea y ahora hay un final abierto.
Decidido a usar su bala de plata, Macri se comprometió a colaborar con Milei, quien se exhibió dispuesto a negociar puestos de relevancia en un eventual gobierno y aunar fuerzas. El fundador de Pro considera que el universo de sus seguidores no le iba a perdonar que mantuviera la neutralidad. Además, compatibiliza con las ideas de Milei, pese a que algunos de sus planteos le parecen extremistas. Quienes rodean al expresidente repiten que Massa, un hombre con llegada a todas las terminales de poder, podría convertirse en una amenaza para las instituciones. Consideran que puede “forzar” a la Justicia –la gran preocupación de Macri, sobre todo, por las causas del Correo o Parques Eólicos- y tomar el control de importantes medios de comunicación.
El exmandatario se hartó de las tensiones con Morales y Lousteau, dos referentes nacionales de la UCR, y la CC, de Elisa Carrió, según sus leales en Pro. El vínculo, aseguran, ya había llegado a un “punto límite” antes de los comicios. “Se cansó y ejerció la jefatura de Pro”, opina un exministro. Está claro que el golpe implicaría una ruptura con sus exsocios en JxC, sobre todo, con Horacio Rodríguez Larreta.
El jefe porteño se enteró en la casa de Bullrich que Macri y la exministra habían tenido un encuentro con Milei en Acassuso. Corría el miércoles y faltaban pocos minutos para que la titular de Pro encabezara una conferencia de prensa en sus oficinas en la calle Yrigoyen para confirmar su aval a Milei con vistas al ballottage. “Horacio y María Eugenia [Vidal] no sabían nada. El clima estuvo muy áspero”, admite uno de los asistentes a la cumbre de la mesa chica de Pro. Larreta pidió tiempo y anticipó que se desmarcaría.
Los macristas argumentan que el expresidente evaluó dos posibles escenarios frente a la caída de Bullrich. La neutralidad no era una opción. El fundador de Pro se mostró convencido de que sus seguidores más fieles no le perdonarían que se declare prescindente en una batalla crucial con el kirchnerismo por el poder. Para Macri, la disyuntiva es cambio o continuidad y el límite es Massa. Además, proyecta que, en caso de que el tigrense salga vencedor de la compulsa electoral, su sector tendrá legitimidad para liderar la oposición a Massa. Si triunfa Milei, Macri cree que tiene una chance para preservar la centralidad y moderar o controlar al libertario desde las sombras, ya sea con el apoyo legislativo o nutriendo de dirigentes de su riñón a una eventual administración del libertario para racionalidad y gobernabilidad.
Macri niega que vaya a tomar el control de la campaña de Milei, pero lo asistirán en el operativo de fiscalización. Cerca del creador de Pro no descartan que Macri comparta una actividad con el libertario, pero por ahora no está previsto que se muestren juntos.
Ante los gerentes de Pro, Macri y Bullrich dijeron que le habían pedido a Milei que moderara sus posturas como condición para mantenerle su apoyo. Sin embargo, el libertario insiste en que pretende eliminar el Banco Central, un proyecto que el Pro no acompañaría.
JxC atraviesa la etapa inicial de un divorcio. La apuesta de Macri y Bullrich por Milei dividió las aguas. Con matices en sus pronunciamientos, la UCR, la CC, de Elisa Carrió, Larreta, Vidal, Miguel Pichetto, GEN, la “liga” de gobernadores y el interbloque de senadores del espacio anunciaron que mantendrán la neutralidad. El lunes se conocerá la decisión de José Luis Espert (Avanza Libertad), quien estaría más cerca de apoyar la opción de Milei.
A los mandatarios provinciales -desde Rogelio Frigerio, Maximiliano Pullaro, Alfredo Cornejo, Carlos Sadir, Gustavo Valdés, Leandro Zdero, Claudio Poggi, Marcelo Orrego, Ignacio Torres y Jorge Macri- les resulta conveniente no pronunciarse a favor ni en contra de ninguno de los aspirantes. Ellos deberán gestionar y pagar sueldos en sus distritos gane Milei o Massa. Muchos tienen mayor sintonía con el libertario que con el tigrense y hasta preferirían que gane Milei por los riesgos políticos que enfrentarían en sus distritos si Massa llega a la Casa Rosada, pero no se pueden arriesgar a romper los puentes antes del 19 de noviembre.
Macri y Bullrich, en tanto, lograron abroquelar a Néstor Grindetti, Cristian Ritondo, Federico Pinedo, Javier Iguacel y un grupo diputados de Pro. La mayoría de los “halcones” se alinearon y ya empujan la boleta de Milei. A ellos se sumaría Santilli. Lo cierto es que el posicionamiento ya genera divisiones con vistas al balotaje en la futura tropa legislativa. Nicolás Massot, aliado de Bullrich, rechazó ayer el acuerdo de Macri con Milei.
“Quiero discutamos cómo mejoramos, porque la verdad yo tengo pocas garantías que un cambio conducido por Milei vaya a representar una mejora. La verdad, tengo muchas dudas”, planteó en diálogo con el programa el Fin de la Metáfora, que se emite por Radio Con Vos.
Por su parte, Julio Cobos, cercano a Morales, dijo que Massa “no es kirchnerista”.