Fue una semana parecida a una década. A partir del resultado sorprendente y rotundo de las PASO se precipitó una corrida del dólar que terminó en una fuerte devaluación, y un formidable cambio en las relaciones de poder político entre las fuerzas en pugna y dentro de los propios frentes electorales.
Un presidente debilitado y un adversario convertido en presidente en ciernes es el resultado de un resultado no vinculante, el de las elecciones primarias. Macri todavía tiene que perder la elección verdadera y Fernández todavía debe ganar esa elección, el 27 de octubre.
El candidato presidencial Alberto Fernández propuso eliminar el IVA a los alimentos, y el ahora candidato con más del 47% de los votos, el potencial próximo presidente de la república, critica a Macri por la misma medida. ¿Por qué? Porque está muy preocupado por la situación económica que puede llegar a recibir el 10 de diciembre, y porque hoy levantaron el teléfono la mayoría de los gobernadores que son sus aliados políticos para pedirle que él los represente.
Loa gobernadores se quejan porque las medidas de Macri para recuperar confianza de la clase media afectarán sus propias finanzas. El IVA es uno de los impuestos coparticipables y el reclamo de Fernández pretende contentar y reflejar la posición de la mayoría de los gobernadores.
Así como Alberto Fernández le huía al contacto con el Presidente el lunes y el martes mientras el dólar trepaba desenfrenadamente, el miércoles tomó la decisión de hablar por teléfono con Macri, porque estaba observando que el costo político que había pagado en gran medida el Presidente, comenzaba a afectarle la potencial gobernabilidad de su hipotético mandato.
Es que, por si hiciese falta recordarlo, todavía falta la elección general del 27 de octubre y tanto Fernández como Macri seguirán siendo rivales hasta entonces. El Gobierno toma la medida de eliminar el IVA, como todas las demás (créditos UVA y para autos, rebaja de ganancias y congelamiento de combustibles) hasta el 10 de diciembre.
De manera que el próximo gobierno se encontrará con el mismo escenario previo a las PASO pero con los fuertes efectos de la enorme devaluación de esta semana. Fernández dijo que le parecía bien un dólar a 60 pesos y con eso buscó calmar a los mercados y preparar el terreno para un punto de partida con ingresos acotados y una ciertas competividad exportadora.
Hay un doble papel de Macri: está obligado a recuperar equilibro político luego del fuerte golpe que recibió en las urnas y del cachetazo que le dieron los mercados, y además es un candidato presidencial a la reelección, obligado a dar la pelea y competir, más allá de lo contundente del resultado. Porque en octubre, además de por la presidencia, se compite por la integración del Congreso. Lo mismo le pasa a Alberto Fernández. Debe seguir siendo el candidato presidencial de la oposición, es decir, a marcar diferencias con el Gobierno, pero se ve obligado a cooperar con la gobernabilidad e instalar la idea de que la Argentina no entra en una situación de descontrol financiero. Por eso recordó que la propuesta de su partido incluye el pago de la deuda.
Por paradójico que resulte, Macri en su necesidad de recuperar al menos parte del terreno perdido, con sus medidas, corre por izquierda al candidato de centroizquierda populista.
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