Macri apuesta a que la seguridad sea un eje principal en la campaña
Al querer mostrar diferencias con el kirchnerismo, encabezó un homenaje a los efectivos caídos en cumplimiento del deber
Cuando faltan tres semanas para las primarias del 11 de agosto próximo, y con la prohibición legal de efectuar inauguraciones de obras ya vigente, el gobierno de Mauricio Macri centró ayer su estrategia en la seguridad ciudadana y el combate contra el narcotráfico, ámbitos en los que buscó –y buscará en las siguientes semanas– diferenciarse del kirchnerismo.
"Si hay algo que los miembros de esta fuerza tienen en común es que se dedican a cuidarnos a todos, a velar por una Argentina en paz, segura, con respeto y en orden", dijo el Presidente ayer, en el acto de homenaje a las fuerzas de seguridad fallecidos en cumplimiento de sus tareas.
Allí, Macri destacó la "valentía" de los uniformados por "decir ‘presente’ cuando se los convoca a entrar en un barrio para derribar un búnker de droga. Cuando hay que enfrentarse con delincuentes armados", dijo el primer mandatario. A su lado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, asentía.
El acto, que Macri encabezó en el Salón Blanco de la Casa Rosada y que lo tuvo como principal orador, no es el primero de ese tipo del que participa el primer mandatario, pero llega en coincidencia con otros gestos significativos para el sector, que agrupa a los casi 100.000 efectivos de la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía Aeronáutica, sumado el personal civil.
"Eligieron estar ahí, donde se los necesita, haciendo la diferencia y salvando vidas", dijo el Presidente durante el homenaje, en el que renovó su preocupación por mostrar que la temática de la seguridad será una prioridad constante en la campaña.
"Se juegan la vida por nosotros, y merecen toda nuestra admiración y cuidado", remató el primer mandatario, en un discurso de solo cuatro minutos. Además de Bullrich, estuvo acompañado por el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco y representantes de las cuatro fuerzas, entre otras autoridades.
Los gestos de acercamiento, encabezados por la ministra Bullrich, tuvieron un correlato con la compra de 100 pistolas Taser, para que sean utilizadas por las fuerzas federales en dos meses.
La semana pasada, el Gobierno anunció –mediante su publicación en el Boletín Oficial– la creación del Servicio Cívico Voluntario, a cargo de la Gendarmería y enfocado en jóvenes de 16 a 20 años que no estudian ni trabajan, lo que generó críticas en la oposición.
"La Gendarmería es la institución más valorada de nuestro país. La número uno. Mucho más que cualquier otra, que la educación pública, que la Iglesia y ni qué hablar de la política", declaró la ministra de Seguridad, en defensa del proyecto, que retoma una idea original del senador radical mendocino Julio Cobos, pero que centra el control de los contenidos "democráticos" en la fuerza de seguridad.
La puesta en práctica de ese programa de educación "en valores", según testigos contaron a LA NACION, fue también parte de la reunión de gabinete que Macri encabezó en la Casa Rosada antes del acto de homenaje a los caídos.
La batería de medidas se completa con el "refuerzo salarial" para las fuerzas de seguridad nacionales, establecido la semana pasada mediante el decreto 419, y destinado a quienes cumplan funciones en "barrios vulnerables".
Luego del acto de homenaje, Bullrich defendió el uso de las pistolas Taser. Dijo que "no son armas para movilizaciones, sino para uso individual en situaciones de amenaza y conflicto". Y en tono electoral, se diferenció de las políticas del kirchnerismo y afirmó que "fue nuestro gobierno el que puso en agenda el tema del narcotráfico".
En la Casa Rosada agregaban que la inclusión de la pelea contra los narcos no es nueva. "Desde hace cuatro años se anuncian operativos y se trabaja con las bandas de narcotraficantes", afirmaron cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña.