En Casa Rosada, Lula y Fernández ratificaron su sintonía política y su lucha “contra la derecha”
El Presidente brindó una conferencia conjunta con su par brasileño después de la reunión bilateral que tuvieron en la Casa Rosada
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Dos minutos antes de las 11, y acompañado por su esposa Janja, Luiz Inácio Lula da Silva ingresó en la explanada de la Casa Rosada. Lo estaba esperando, junto a la primera dama Fabiola Yañez, el presidente Alberto Fernández, quien le prodigó varios abrazos y hasta le tomó el rostro con ambas manos en señal de afecto. Las largas horas que compartieron tuvieron un momento clave: cuando Fernández recorrió, junto al presidente de Brasil, el histórico balcón “de Perón” que da a la Plaza de Mayo.
Después llegaría la reunión bilateral, de la que participaron también varios ministros y que duró algo más de dos horas, y la firma de un ambicioso acuerdo de integración, con avances en materia energética y un convenio marco para comenzar a recorrer el camino para una moneda común, o al menos una herramienta “para dejar de depender del dólar”, según definió el presidente de Brasil, en su primera visita al Exterior y a menos de un mes de haber comenzado su tercer mandato.
En la conferencia de prensa posterior, que duró más de una hora, ambos presidentes se esforzaron por mostrar su sintonía política y su lucha en común contra “la derecha”: Mauricio Macri en el caso de Alberto Fernández, Jair Bolsonaro para el presidente de Brasil.
“Nos siguen vinculando los mismos problemas y necesidades. Por Brasil pasó Bolsonaro y por la Argentina pasó [Mauricio] Macri. Los desafíos que tenemos son muy parecidos”, dijo el Presidente, luego de definir como “un gran estadista” a su invitado. Minutos después, Lula le devolvió gentilezas, en una frase que también tuvo una lectura local. “Hoy estoy aquí para decirles que hemos recuperado una relación que nunca debería haberse terminado”, expresó da Silva. “Estoy pidiendo disculpas al pueblo argentino por todas las groserías del presidente de Brasil anterior, al que trato como genocida por el cuidado de la pandemia, por todas las ofensas para el compañero Fernández”, sostuvo Lula, en crítica directa a su antecesor.
Hacia el final de la conferencia, y aunque afirmó que no le gustaba “hablar de la política de otro país”, reconoció que el triunfo de Alberto Fernández en las elecciones de 2019 lo “puso contento”, y pidió “al pueblo argentino” que no permita “que la extrema derecha gane las elecciones, porque en el Gobierno no funcionó en ningún país”. Sin mencionar a Macri ni a otras agrupaciones como la de Javier Milei, volvió a dejar en claras sus diferencias con la oposición y su sintonía con el kirchnerismo.
En la declaración conjunta, de 16 carillas y consensuada durante la reunión, Fernández y Lula también acordaron una crítica conjunta a la Justicia. “(Ambos) resaltaron el insustituible rol que las instituciones judiciales poseen en sus ordenamientos constitucionales como garantía de los derechos de las personas frente a las persecuciones por razones políticas y el lawfare”, dice uno de los párrafos acordados entre ambas administraciones.
“Un país que tiene la grandeza de Brasil, que tiene esa extensión territorial, que tiene 6.000 kilómetros de frontera con América del Sur, que es más grande económicamente e industrialmente, no tiene el derecho a buscarse enemigos. Necesitamos construir amigos, socios y por eso quiero afirmar, Alberto Fernández, mi amigo y presidente de la Argentina, Brasil está otra vez de brazos abiertos para acoger a los compañeros argentinos”, destacó Lula, otra vez en clave de su política interna. Y hasta prometió que cuando termine su mandato la relación con la Argentina “será la mejor” entre todos las naciones de América del Sur, una promesa que motivó aplausos en los funcionarios de ambos países que colmaron el Salón Blanco de la Casa Rosada.
La declaración conjunta también intentó disipar las dudas generadas alrededor de la intención de generar una moneda común a la región. “Compartieron también la intención de crear una moneda de circulación sudamericana en el largo plazo, con miras a potenciar el comercio y la integración productiva regional y aumentar la resiliencia a shocks internacionales”, afirman ambos mandatarios. De todos modos, Lula se preguntó: ¿Por qué no intentar crear una moneda común entre los países del Mercosur? Creo que con el tiempo va a acontecer. Es necesario que suceda porque tenemos países con dificultades para adquirir dólares”, afirmó, aunque consideró que debería ser el Banco Central de cada nación el que fije el tipo de moneda para las transacciones.
En otro tramo de la declaración compartida, ambos presidentes expresaron posturas comunes de condena a la invasión de Rusia a Ucrania, sobre la necesidad de “relanzar” el Mercosur y, en ese contexto, su “disposición de trabajar constructivamente para el futuro regreso de la República Bolivariana de Venezuela” al bloque regional.
Precisamente la visita del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para participar de la reunión de la Celac (finalmente cancelada) ocupó buena parte de las respuestas de ambos presidentes en la conferencia de prensa que siguió a la reunión bilateral, de la que participaron también el canciller Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Sergio Massa; y el embajador en Brasil, Daniel Scioli, con sus pares del lado brasileño.
“La cumbre de Celac reúne a países de Latinoamérica y el Caribe y, por lo tanto, todos los países miembros están invitados. Nosotros no tenemos ningún poder de veto ni queremos tenerlo”, consideró el Presidente en defensa de la invitación a Maduro, a quien mencionó como “Hugo Chávez” al querer aclarar que no contaba con información sobre su llegada al país, finalmente cancelada por la “amenaza neofascista” en su contra, según expresó el gobierno bolivariano en un comunicado.
Lula, quien se definió como un “constructor de la paz”, defendió con énfasis el vínculo con Venezuela. “Creo que deberíamos permitir tranquilamente que la autodeterminación de los pueblos sea respetada en todos los países, así como estoy en contra de la ocupación territorial rusa en Ucrania, estoy en contra de muchas injerencias en procesos de Venezuela”, dijo el presidente de Brasil.
“El problema de Venezuela se solucionará con diálogo, no con bloques ni amenazas de ocupación”, continuó, y aseguró que “Brasil va a reestablecer relaciones diplomáticas con Venezuela, vamos a restablecer la relación civilizada entre dos estados autónomos, libres e independientes”, concluyó Lula, antes de reunirse con empresarios en Casa Rosada. Luego, tenía prevista una reunión en el Senado con la vicepresidenta Cristina Kirchner, que podría posponerse hasta mañana.
Por lo demás, todos fueron gestos de acercamiento entre ambos. Lula, que bromeó durante la conferencia con los periodistas brasileños, se mostró amistoso con Fernández y le agradeció por haberlo visitado cuando estuvo preso. Dijo que “nunca se olvidará” aquel gesto y tampoco de la solidaridad del pueblo argentino.
En un intento de marcar una etapa distinta en las relaciones bilaterales, el presidente de Brasil marcó este día como “de celebración”, al considerar que empieza una “nueva historia” para el vínculo bilateral. “Estoy de vuelta para hacer buenos acuerdos con la Argentina. Para compartir la construcción de aquello que falta ser construido. Para ayudar con que la Argentina y Brasil puedan crecer económicamente”, planteó el mandatario, quien incluso llegó a bromear con el fútbol y dijo que en el Mundial de Qatar 2022 por primera vez hinchó para la Argentina porque creía que Lionel Messi no podía terminar su carrera sin ser campeón. “Está bien, ya está, ahora le toca a Brasil”, deslizó, con algo de bronca contenida.
“Estén seguros que la Argentina será tratada con el cariño y el respeto que se merece. Que ni el fútbol será motivo para dividirnos”, indicó y, para cerrar, le dio un fuerte espaldarazo a Fernández. “Querido compañero, que Dios te bendiga y que puedas cumplir aquello que el pueblo argentino espera de vos. De lo que depende de Brasil, ten la seguridad de que seremos socios en todas las cosas”, le dijo Lula, quien antes había hablado de la relación “efectivamente privilegiada” que tuvo con la vicepresidenta Cristina Kirchner cuando era jefa de Estado.
“Quiero que sepas que desde la Argentina vamos a estar siempre a tu lado, pero no vamos a dejar que ningún delirante ataque a la democracia y las instituciones de Brasil. No vamos a dejar que ningún fascista ataque la soberanía popular”, lo había defendido Fernández.
Seguro de que los ciudadanos de ambas naciones quieren “libertad, diálogo y justicia”, Fernández recalcó la necesidad de construir lazos en América Latina a través de la Unasur. Precisó además que en el encuentro hablaron de la posibilidad de que el gas de Vaca Muerta llegue a Brasil y que la electricidad brasileña arribe a la Argentina.
El mandatario de Brasil había llegado el domingo a la Argentina para participar de la Cumbre de la Celac, el martes. Fue recibido en Ezeiza por el canciller Santiago Cafiero cuando descendió del avión junto a su esposa, Rosangela “Janja” da Silva, y esta mañana los tres fueron a depositar una ofrenda floral en la Plaza San Martín. Se quedará hasta el miércoles, cuando partirá hacia Uruguay para reunirse con el presidente Luis Lacalle Pou, con el Mercosur en el centro de la agenda.
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