- A Víctor Fabián Gutiérrez lo asesinaron de manera brutal, con la participación de cuatro personas. Gutiérrez fue secretario privado de Néstor y Cristina y la Justicia dice que lavó dinero por un monto que va entre 15 y 30 millones de dólares. La fiscal que está a cargo de la investigación en El Calafate es Natalia Mercado, sobrina de la vicepresidenta. Sin embargo, parece que la culpa de todo la tiene Diego Leuco, quien le hizo una pregunta al jefe de gabinete que le molestó al presidente Alberto Fernández y por eso se burló de él, a través de Twitter.
- Más o menos a la misma hora, un integrante del grupo de tareas de la vicepresidenta, el diputado nacional de las denuncias truchas, insultó de arriba abajo a nuestra compañera, la periodista Guadalupe Vázquez. Y trascartón su empleado de prensa le dijo "soreta", sin que ningún diputado, ni del oficialismo, ni de la oposición pidiera una sanción ejemplar.
- El pecado de Guadalupe: haber informado sobre determinado privilegio con la compra y el envío de dólares de las personas que reciben indemnización por ser familiares de víctimas del terrorismo de Estado.
- Lo que el Presidente hizo con Diego Leuco lo había hecho antes con Joni Viale. Aquella vez había dado RT a la calificación de "gordito lechoso". A las pocas horas pidió disculpas, el periodista aceptó. Sin embargo fue muy evidente que sus disculpas no fueron sinceras.
- De hecho, días después pretendió corregir en el aire a nuestra compañera Cristina Pérez. El pecado de Cristina: presentar una pregunta sobre la expropiación de Vicentin, de manera crítica, lo que no está sancionado en ningún manual de periodismo.
- Es que la culpa de todo la tenemos los periodistas y la semana pasada fue todavía peor. Los dueños de C5N, Cristóbal López y Fabián de Sousa, junto con otros radios y portales ultracristinistas, lanzaron una campaña sucia de demolición cuyo objetivo fue, entre otras cosas, intentar meternos presos. No lo consiguieron, pero lo van a volver a internar.
- Pero además, el exjefe de la AFI de Cristina, su ventrílocuo político, Oscar Parrilli, pidió la cárcel para Jorge Lanata, Nicolás Wiñazki y para mí. Lo hizo con las mismas acusaciones disparatadas que nos endilga el sindicalista Hugo Moyano: dice que somos espías inorgánicos de la AFI del gobierno anterior.
- Estoy libre de culpa y cargo. Jamás me condenaron por publicar ni un solo dato falso. Ni por ningún otro delito o contravención.
- Moyano tiene una docena de causas por corrupción, lavado de dinero y defraudación a su propia obra social y al club Independiente. Además, a su abogado Daniel Llermanos le pidieron tres veces la detención por coacción y amenazas a un barrabrava de Independiente: querían evitar que declarara contra Pablo Moyano.
- Te lo contamos el otro día, pero la causa tiene detalles apasionantes que más adelante vamos a ampliar.
- La escalada contra periodistas críticos se inició hace más de un mes, cuando Cristina Fernández subió a sus redes sociales un video editado, presuntamente, por el ministro de cultura Tristán Bauer. En realidad fueron dos. Quería subirle el precio a la causa del presunto espionaje ilegal. Y habló de una asociación ilícita integrada por periodistas y miembros de la Corte Suprema de Justicia.
- Fue, y sigue siendo muy grave, desde el punto de vista institucional.
- Los videos fueron la señal de largada para los continuos y furibundos ataques que venimos recibiendo desde ese momento: amenazas de muerte a nuestro teléfono personal, agresiones al borde de lo físico, cada vez más continuas e intensas, que nos obligaron a pedir una perimetral. De hecho, ayer presentó la renuncia a la municipalidad de Merlo el empleado público especializado en escrachar periodistas: el intendente, Gustavo Menéndez, se la aceptó. Hizo bien.
- A esto hay que sumar el escrache a través de la pegatina ilegal de afiches, con afirmaciones mentirosas, cuya responsabilidad es de Hugo y Pablo Moyano. Lo mostramos en su momento en La Cornisa.
- Hoy, en nuestro programa de radio, La Mañana de CNN, intenté explicar en qué se parecían Jair Bolsonaro, Donald Trump, Alberto Fernández y Cristina Fernández. En que los cuatro, con algunos matices en los estilos, atacan a los periodistas críticos. A los que no son del palo.
- Su objetivo es impedir que instalemos en la agenda pública los temas que los perjudican. Pero sería mejor que pusieran la energía en hacer las cosas bien. Dejar de robar. Dejar de tomar decisiones autoritarias. Dejar de ponerle combustibles a la máquina de destruir periodistas.
- Diego Leuco le escribió una breve y contundente carta al Presidente.
- Dice así:
- "Qué tristeza y qué pena. Qué tristeza verlo, señor Presidente, tan violento. Qué tristeza y qué desilusión deben tener los que creyeron en su moderación. Qué lástima que tan rápido Cristina haya logrado anularlo por completo, si es que alguna vez tuvo alguna intención de diferenciarse del salvajismo. Qué pena que haya recaído tan rápido en la intolerancia, la persecución, el señalamiento. Hacerlo es cruzar un nuevo límite. Me pregunto con sincera preocupación cuál será el próximo. Qué lástima y qué pena que el Presidente que juraba que vino a cerrar la grieta recurra a las trompadas como símbolo y metáfora para responder a un periodista".
Por Luis Majul
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