- Cristina Fernández, Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Sergio Berni y gran parte del peronismo gobernante tienen un grave problema: están peleados a muerte. Pero no solo entre ellos. Están peleados con la realidad. Todos ellos piensan que cuando se les reclama a los gobiernos de "derecha", cualquiera sea el pedido o el modo, es muy justo. Y hay que reivindicarlo.
- Pongamos como ejemplo, diciembre de 2017 y las 14 toneladas de piedras frente al Congreso. Eso, para ellos, es lo más. Pero cuando quienes gobiernan son ellos, los mismos que reclaman pasan a ser destituyentes, golpistas o sediciosos. A tres días del inicio de la rebelión policial, ya es hora de que se den cuenta que el truco de echar la culpa al otro ya no es efectivo. Es más, se les puede volver en contra.
- Analicemos el conflicto de manera desapasionada, hace por lo menos tres semanas que los policías, a través de sus canales habituales, vienen reclamando un aumento salarial del 56 por ciento y la garantía de que no van a ser sancionados. Cerca del presidente, Alberto Fernández, creen que el ministro de Seguridad, Sergio Berni, subestimó el conflicto.
- No solo cerca del jefe de Estado, sino también una decena de intendentes,todos del Frente de Todos, están seguros de que el problema se le fue de las manos. Cuando uno se pone a revisar cuál es su verdadera situación y la lógica de lo que piden, no puede menos que comprenderlo. Ayer, el presidente de la Defensoría Policial, Luis Tonil, lo planteó muy bien.
- Uno bien podría sugerir que no vayan a la Quinta de Olivos, o pedirle a Oscar Pagano que lo piense dos veces antes de subirse a una torre de cien metros de altura, con real peligro para su vida. Pero me gustaría decirte a vos, para que entiendas la magnitud del problema, que la mayoría de los policías de la provincia está trabajando en el límite de sus posibilidades profesionales, sanitarias y de equipamiento. Y también en el límite emocional.
- Las historias de vida de Oscar Pagano y de su amigo Fabián Gentile, el que subió a buscarlo, le puso el arnés y lo bajó, son tan dramáticas que duelen de solo escucharlas. A Pagano le mataron a su hijo como un perro. Y está desesperado por sacarse de encima una sanción que no le correspondería. Gentile tiene dos heridas de bala, una de ellas, por lo que escuché, casi lo manda del otro lado.
- Frente a esas historias de vida, escuchar a la ministra de Gobierno Teresa García hablar de golpistas, sediciosos, y de sugerir que los medios de comunicación estamos detrás de un golpe, suena, por lo menos, fantasmagórico. Haciendo zapping, me topé con ella en C5N. Siempre con el dedito levantado. Nunca con la mínima humildad y empatía que se requiere en este contexto. Te recomiendo que no mires esa señal. Hace mal. Viven en un mundo paralelo.
- Hace un par de noches, en C5N, el canal de la venganza, informaron con un alerta más grande que la pantalla que Lázaro Báez ya había ingresado a Ayres de Pilar por la entrada de proveedores. Mentira. Una mentira tan grande como la que transformó a Daniel Scioli en presidente electo en 2015. Y hoy mismo Teresa García, en el medio del conflicto con la policía bonaerense, que para eso la llamaron, en la misma pantalla tóxica, se puso a hablar de la causa del presunto espionaje ilegal en Lomas de Zamora. Está enojada porque dice que, a esa causa, los medios hegemónicos no le damos "visibilidad".
- Con todo respeto, le pido a la ministra de Gobierno que nos tenga un poco de paciencia. Porque cada vez que nos metemos más en la causa, estamos más convencidos de que fue armada, igual que el Operativo Puf, para lograr la impunidad de Cristina. Es decir: ya le daremos la importancia que se merece. Pero el verdadero problema no es C5N.
- El verdadero problema es que están tan pendientes de cosas tan alejadas de las necesidades prioritarias de los argentinos, que los verdaderos problemas de la gestión los pasan por encima. Sobre Cristina Kirchner: ¿qué te puedo contar que no te haya dicho? Solo tuitea para ver si se puede cargar al procurador Eduardo Casal, los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli. ¿Y el Covid-19? Bien gracias. ¿Y la grave crisis económica? No parece importarle. La interna en la provincia sí.
- Ahora detengámonos en Kicillof. Mañana anunciará el aumento. No lo quiero eximir de su responsabilidad, pero es evidente que a Berni no lo quiere ni un poquito. Que si fuera por él, se o sacaría de encima más temprano que tarde. Pero no puede. Está atrapado sin salida. Y Berni sigue colgado del pincel, por obra y gracia del deseo de Cristina, quien supone que si lo pone de candidato el año que viene, evitará la fuga de los votos por derecha.
- Máximo, a quien lo quieren vender como el gran componedor, a esta altura, no quiere ni puede componer nada. Y los intendentes con más años de experiencia ya mandaron a decir qué es lo que piensan: en las últimas encuestas, a Berni lo asimilan más como un personaje cómico, que como alguien que puede ocuparse de manera efectiva de la inseguridad. Como si esto fuera poco, la rebelión policial pone la lupa en la crisis económica profunda de la Argentina.
- Y la incertidumbre sobre a qué domicilio mandarán a Lázaro, después de la resistencia de los vecinos de Ayres del Pilar, es algo que preocupa a la vicepresidenta casi tanto o más que la rebelión policial y la tomas. No es un chiste. Viven en un mundo paralelo. El mismo mundo paralelo en que parecía vivir Máximo Kirchner, mientras todavía su madre era presidenta y un periodista le preguntaba por qué estaban tan mal las rutas que Báez nunca alcanzaba a terminar, a pesar de que ya se le habían pagado.
Por Luis Majul
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