Luis Ilarregui, el embajador kirchnerista en Cuba que mantuvo informado al Presidente
El representante argentino en La Habana se comunicó con Alberto Fernández y Felipe Solá por la inédita ola de protestas en la isla; ayer, el jefe del Estado dijo que “no conocía el problema”
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Fue “nestorista” cuando el entonces gobernador de Santa Cruz era un ilustre desconocido para la mayoría de los argentinos. Intendente, senador provincial y diputado nacional, Luis Ilarregui trabajó para el kirchnerismo en tierra bonaerense hasta que, a fines del año pasado, Alberto Fernández lo designó como embajador en Cuba, uno de los representantes “políticos” que su gobierno desplegó en destinos de aliados clave, como Rusia, China, Bolivia o Nicaragua.
“Lo de Cuba con Argentina es un amor de ida y vuelta”, dijo en febrero pasado, durante su exposición ante el Senado, cuando ni siquiera sospechaba que la ola de protestas contra el régimen de Miguel Díaz-Canel, sucesor de los hermanos Fidel y Raúl Castro al frente de la isla, lo pondría en una incómoda situación al frente de la sede diplomática.
Ilarregui se comunicó ayer con el Presidente y el canciller Felipe Solá. “Coincidieron en que a la crisis alimentaria y la escasez de insumos se le sumó la pandemia”, aclaró una fuente diplomática, que también agregó al “rol de las redes sociales” como protagonista de la trama que sacude al régimen castrista, que lleva 62 años en el poder de la isla.
“No va a hablar”, contestaron las misma fuentes en torno al embajador, un “orgánico” según lo define un funcionario que lo conoce bien. Atento a sus comentarios, el Presidente dijo ayer a radio 10 que no conocía “exactamente la dimensión del problema de Cuba”, pero pidió “terminar con los bloqueos”, utilizando la terminología del gobierno cubano en relación al embargo económico de Estados Unidos y la Unión Europea contra Cuba, que lleva casi seis décadas. Fuentes del Gobierno aclararon que el Presidente habló con Ilarregui después de su entrevista radial.
Intendente de Ayacucho entre 1987 y 1999, Ilarregui siguió el camino que fue desde el cafierismo al duhaldismo, y luego al kirchnerismo. Como intendente de esa ciudad bonaerense, la “capital del ternero”, se ganó imagen de “austero” en un terreno históricamente radical, a fuerza de gestos como ir en su bicicleta a la intendencia cada jornada.
En 2005, y luego de dos años como secretario de Asuntos Municipales de Néstor Kirchner (el ministro del Interior y su jefe directo era Aníbal Fernández), participó de las listas con las que el kirchnerismo derrotó al duhaldismo. En el medio, asumió unos meses como ministro de gobierno de Santiago del Estero, durante la intervención que encabezó Pablo Lanusse, en 2004. Durante una visita, y junto al ministro Fernández, debió soportar una dura protesta de un centenar de remiseros. “A mí no me grites!”, los enfrentó Aníbal Fernández mientras Ilarrregui, a su lado, pensaba en cómo salir vivo del entuerto.
De su extenso paso anterior por la intendencia y la legislatura provincial, a fines de los noventa y principios de este siglo, le quedó la amistad con Solá, que incluso estuvo, en su carácter de vicegobernador de Carlos Ruckauf, en su asunción como senador por la provincia.
Luego de ser aprobado su pliego por el Senado, Ilarregui esperó largos meses hasta recibir el placét de manos del propio Díaz-Canel. “En un día histórico para Cuba en que el mundo votó en contra del bloqueo en las Naciones Unidas, con Adela tuvimos el honor que el Presidente Miguel Díaz Canel Bermudez recibiera las cartas credenciales que me acreditan como Embajador de mi querida Patria”, escribió el embajador en las redes sociales, el pasado 23 de junio.
Adela es su pareja Adela Segarra, ex diputada nacional kirchnerista y madre adoptiva de Fernanda Raverta, actual titular de Anses y una de las pocas funcionarias que recibe elogios de Fernández y de su vicepresidenta Cristina Kirchner en proporciones parecidas.
Durante su gestión, Ilarregui fue activo promotor del acuerdo con Cuba para “importar” sus vacunas. Recibió allí a la ministra de Salud, Carla Vizzotti y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, quienes se reunieron con autoridades de salud del gobierno cubano para acelerar los pasos en ese sentido.
Mientras Ilarregui prefiere el silencio, Solá recibió horas atrás al embajador cubano en Buenos Aires, Pedro Prada. “Seguimos con la misma postura. Decimos no al bloqueo y estamos atentos a los derechos humanos, siguen siendo nuestras banderas”, contestaron, lacónicos, desde la cancillería, mientras los gritos de “libertad” y la consigna “Patria y Vida” se extiende por territorio cubano.
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