D’Elía recuperó la libertad y lanzó críticas a la Justicia, pero podrían abrirle otra causa por quitarse la tobillera electrónica
Dirigentes y organizaciones se reunieron en La Matanza y festejaron con el expiquetero en una marcha entre su domicilio e Isidro Casanova; hablaron Milagro Sala y el camarista Ramos Padilla
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El dirigente kirchnerista Luis D’Elía finalizó hoy su arresto domiciliario y celebró la libertad con un acto político en conjunto con referentes sociales aliados del oficialismo. Agrupaciones y organizaciones se convocaron en La Matanza para realizar una marcha en apoyo al expiquetero, quien cumplió dos tercios de su condena por haber dirigido la protesta y la toma de la Comisaría 24 en el barrio porteño de La Boca, en 2004.
La movilización se realizó desde la casa donde D’Elía transcurrió su último año preso, hasta la sede del partido Miles, en Isidro Casanova. “Vamos a hacer un acto simbólico: me voy a sacar la pulsera que tengo en el pie derecho adelante de todos ustedes”, exclamó D’Elía parado en la terraza de su domicilio, saludando a los manifestantes que vitoreaban desde la vereda.
“¡Vamos Luis, que se quieren matar los gorilas hijos de puta!”, gritó uno de sus militantes, mientras el dirigente social levantaba con la mano izquierda, a modo de trofeo, la pulsera electrónica que hasta hoy controlaba sus movimientos. Justamente esa actitud de tomar una tijera y cortar la tobillera electrónica que le habían colocado para poder monitorear a distancia sus movimientos y como condición para otorgarle la prisión domiciliaria podría valerle la apertura de una causa judicial, ya que D’Elía convirtió una diligencia judicial cerrada en un acto público.
Según lo establecido el artículo 183 de Código Penal, al romper la tobillera electrónica D’Elía habría cometido el delito de daño, que establece una pena de quince a días a un año de prisión para toda persona que “destruyere, inutilizare, hiciere desaparecer o de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o parcialmente ajeno”. Esa nueva causa judicial deberá ser iniciada por algún fiscal que hubiera visto las imágenes o por el representante del Ministerio Público que tuvo a su cargo la acusación contra D’Elía en el caso del ataque contra la comisaría de La Boca.
Bajo la consigna “libertad a todos los presos políticos por luchar”, la columna de las organizaciones sociales, con el propio D’Elía a la cabeza, marchó por la Ruta 3 hasta desembocar en la calle Tres Cruces, en donde se apostó un escenario.
Allí tuvo lugar el acto central, del que, además del dirigente y su compañera, Lorena Felices, también participaron el referente del Movimiento Evita, Gildo Onorato; el juez federal Juan María Ramos Padilla; el dirigente de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, y el excamarista Eduardo Freiler, entre otros. Además, se comunicó telefónicamente la dirigente jujeña Milagro Sala, quien también cuenta con una condena y es considerada “presa política” por un sector del oficialismo.
Al momento de tomar la palabra, Sala se dirigió directamente a D’Elía: “Es injusto que hayas vivido la cárcel”, señaló. Y agregó: “Muchos soñábamos que con el gobierno de Alberto y de Cristina iba a dejar de haber presos políticos, pero lamentablemente la Justicia no lo permite”.
En esa misma línea, el juez Ramos Padilla se despachó con fuertes críticas al funcionamiento del sistema judicial. “Quiero una justicia para el pueblo, no quiero más jueces del lawfare”, apuntó el padre del juez federal platense Alejo Ramos Padilla. Y exclamó, en tono desafiante: “¡Señores jueces, basta de ir a la Embajada de Estados Unidos!”.
Por su parte, quien tampoco se ahorró cuestionamientos al Poder Judicial fue el presidente de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, José Schulman, quien comparó el presente del país con momento oscuros de la historia al expresar: “No podemos decir que haya democracia en la Argentina mientras siga esta Corte Suprema y este Consejo de la Magistratura”.
Durante la convocatoria se inauguró una fábrica de alimentos congelados, lo que motivó un agradecimiento explícito de D’Elía al secretario de Economía Social y referente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico. “Hay que decirle al poder que nuestra militancia está asociada a la vida y a las necesidades de nuestros pueblos”, había expresado en su columna radial. Además, comentó que “hoy seguro Néstor [Kirchner] estaría marchando con nosotros y nos daría un abrazo enorme, un abrazo de justicia social y soberanía”.
D’Elía fue condenado en noviembre de 2017 a tres años y nueve meses de prisión, pero recién fue detenido en febrero de 2019. Al comienzo de la pandemia, se le concedió el arresto domiciliario por su delicado estado de salud: es diabético y paciente coronario.
Sobre la tobillera electrónica, fuentes del Servicio Penitenciario Federal indicaron que debe ser quitada por un funcionario de la Dirección de Monitoreo mediante la utilización de un dispositivo especial. Luego esa misma tobillera se utiliza en otro preso que hubiera sido beneficiado con la prisión domiciliaria. En la actualidad, la demanda de internos alojados en las cárceles federal de este tipo de dispositivos, las tobilleras constituyen un elemento escaso y hay presos en lista de espera.
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