Luis Barrionuevo le retira su apoyo a Javier Milei por el acuerdo con Patricia Bullrich y Mauricio Macri
El sindicalista gastronómico se había comprometido a aportar “200 mil fiscales”, pero en La Libertad Avanza afirman que no cumplió
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La alianza entre Javier Milei y Luis Barrionuevo fue fugaz. El sindicalista gastronómico le retiró hoy su apoyo al candidato presidencial de La Libertad Avanza en rechazo al acuerdo político que selló ayer con Patricia Bullrich y Mauricio Macri. “No nos consultó, no se lo consultó a nadie”, se quejó el jefe de los gastronómicos ante uno de sus colaboradores cuando se enteró por la prensa del pacto entre el economista y la excandidata de Juntos por el Cambio.
“En las elecciones generales, no sólo respaldé, sino que defendí con convicción y pasión a Javier Milei, creyendo en valores, principios y una nueva visión para nuestro querido país. Pero hoy, con un sentimiento de profunda indignación y desencanto, me veo en la necesidad de alzar mi voz para comunicar que no puedo, ni voy a acompañar esta sorpresiva alianza entre el partido de Milei, Mauricio Macri y Patricia Bullrich”, dijo Barrionuevo, en un comunicado.
Y agregó: “La pregunta sobre “la casta” ha inundado esta campaña, y me veo forzado a cuestionar: al final del día, ¿quién resultó ser la verdadera casta? Es evidente que la ilusión de nuestra juventud, sedienta de autenticidad y cambio, ha sido traicionada al observar que se pacta con personajes que encarnan lo que se prometió combatir”. No es habitual que Barrionuevo recurra a este tipo de comunicaciones, que se coordinó con su abogado y su equipo de colaboradores.
Ante su tropa, Barrionuevo argumentó que rompe el acuerdo con Milei por no haber sido consultado sobre la negociación que se abrió con Macri y Bullrich rumbo al balotaje del 19 de noviembre. Detrás del malestar de Barrionuevo hay algo más: su excuñado Dante Camaño, con quien está enfrentado en la Justicia por el control de la sede porteña de los gastronómicos, apoyó a Juntos por el Cambio en las PASO. “Quiero que quede algo muy claro: en la vida, la dignidad no se vende ni se negocia. Y, aunque se proclame lo contrario, no todo es lo mismo. Patricia Bullrich no sólo ensucia la esencia de la propuesta inicial, sino que desvirtúa y contradice frontalmente los pilares que me motivaron a respaldar a Milei. No voy a compartir un mismo esfuerzo político con alguien que es la encarnación del castigo al pueblo trabajador, como lo demostró en sus reiterados pasos por el poder. Por estas razones, y pese a todo lo que prometía ser un nuevo futuro para la Argentina, tomo la firme decisión de desvincularme de esta nueva alianza”, explicó Barrionuevo en su mensaje.
“Milei nos abandonó. No voy a ir a votar, no hablé con él”, dijo Barrionuevo en Crónica.
Barrionuevo se había comprometido a aportar “200.000 fiscales” y cuidar el voto libertario en 11 distritos. Sin embargo, en La Libertad Avanza advirtieron “una traición” y dijeron a LA NACION que ese acuerdo no se cumplió “ni siquiera en un 10 por ciento”. El malestar libertario ya era palpable el domingo, con el escrutinio en curso, pero la derrota destapó la bronca. “Solo hubo voluntarios en Córdoba, Río Negro, Santa Fe, Corrientes y en algunas intendencias de Buenos Aires”, dijo un aliado de Milei que es diputado electo y que fue uno de los negociadores con el gastronómico. El libertario no se animó a dar por roto el vínculo, pero admitió que la desconfianza volvía a guiar la relación con el sindicalista.
Convencido de que en las PASO hubiera obtenido una victoria más holgada si contaba con más fiscales, Milei recurrió a Barrionuevo para embarrarse en la trapisonda electoral. Fue en busca de un aliado que es un símbolo de la “casta” contra la que predica, que llegó al poder de su sindicato en 1979 de la mano de la dictadura militar como delegado normalizador y que desde entonces nunca dejó el mando.
Frente a las acusaciones de los libertarios por las fallas en la fiscalización, Barrionuevo prepara un contraataque. “Es mentira que no fiscalizamos”, defendió a su jefe uno de sus colaboradores. Estaría dispuesto a exhibir las planillas con los voluntarios que aportó el domingo electoral.
Barrionuevo se había comprometido a aportar fiscales en Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Entre Ríos, Santiago del Estero, Jujuy, La Pampa, Misiones, Río Negro y Santa Fe, de acuerdo a las actas a las que accedió LA NACION. Sin embargo, el despliegue de gastronómicos se habría dado solo en cinco distritos y no en la cantidad prometida. Por ejemplo, en Lanús, prometió 290 personas, pero solo fueron 160. Puede resultar irónico, pero no hubo aporte de voluntarios en Catamarca, la tierra donde el gastronómico conserva influencia política.
Barrionuevo lo sedujo a Milei con el argumento de que era capaz de reclutar 200.000 fiscales entre su tropa propia del la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra). De las 57 seccionales gremiales que tiene Gastronómicos distribuidas por todo el país, se garantizó antes de las elecciones el respaldo de 45, según confiaron a LA NACION fuentes que participaron del armado. Pero solo hubo casos aislados en los que se cumplió al pie de la letra con lo pactado. En La Libertad Avanza sospechan que Barrionuevo jugó como “un infiltrado del peronismo”.
“Todos los que quieran hacer una nueva Argentina son aliados”, dijo Milei algo huidizo antes de las generales cuando lo consultaron en radio Mitre por su acuerdo con el sindicalista. Detrás de este fugaz novedoso apretón de manos, se proyectaba un pacto de financiamiento y fiscalización electoral a cambio de que el gastronómico tuviera injerencia en una eventual gestión libertaria. “No me interesa un cargo, sí tener un presidente amigo”, justificó el gremialista su giro, ya que unos meses antes había hecho campaña para impulsar la candidatura presidencial del kirchnerista Eduardo de Pedro.
Seguro de desempleo y negocios
Cuando abrieron negociaciones, Barrionuevo prometió a Milei apoyar la iniciativa para crear un fondo de cese laboral en reemplazo de las indemnizaciones para actividades con poca estabilidad. “Los dueños de los restaurantes siempre quisieron ese formato”, comentó el jefe gastronómico, en un contundente aval a una de las principales medidas laborales que LLA proyecta en caso de ganar la elección.
Milei ratificó durante la campaña que su intención es habilitar a las compañías de seguro para que entren en el juego. También imagina a las empresas involucrándose en el negocio de la salud. Estas iniciativas tal vez sean las que más entusiasman a Barrionuevo, quien lo reconoció al decir que los “seguros serán manejados por los gremios”. En su entorno distinguen terreno fértil para que Julio Comparada ponga un pie con su aseguradora, El Surco, en el terreno de las indemnizaciones y la salud. Comparada es casi un hijo para el gastronómico. Fue presidente de Independiente y entre sus clientes tiene a gremios, aunque su gran negocio siempre fue con el fútbol, gracias al acuerdo que selló hace años con la AFA en los tiempos de Julio Humberto Grondona.
Comparada es además el socio de la hija y de otro familiar de Barrionuevo en Sano y Bueno Catering SA, una empresa que es proveedora de alimentos y servicios para el Estado desde 2017 y que incrementó sus negocios con la actual gestión desde que el jefe gastronómico se alió con el kirchnerismo a través de su vínculo con el ministro Wado de Pedro. Sandra Liliana Barrionuevo es la secretaria de Acción Social del gremio de gastronómicos y fue la anfitriona de Milei, hace un mes, en Parque Norte, cuando la alianza parecía avanzar por terreno firme.
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