Luego de la derrota argentina, el Presidente retomó su actividad en la Casa Rosada
El Presidente se reunió con sus colaboradores de confianza; sin agenda pública, se espera un nuevo parte médico sobre su salud; “va a continuar con las actividades previstas”, confiaron a su lado
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Luego de cuatro días de reposo derivado del diagnóstico de gastritis erosiva, recibido durante su gira europea y asiática, y minutos después de la derrota argentina a manos de Arabia Saudita en el mundial de Qatar, el presidente Alberto Fernández llegó sin previo aviso, a las 10.30 y vía terrestre, a su despacho de la Casa Rosada.
Acaso para mostrarse activo después del obligado parate por razones de salud, y aún sin agenda pública programada, el Presidente se reunió con el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, prácticamente el único funcionario enterado de sus movimientos. Al rato, el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, y la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, llegaron a la Rosada y se sumaron, por lo que el Presidente pasó la mañana junto a sus colaboradores de confianza. También se reunió con el jefe de gabinete, Juan Manzur. Y por la tarde, luego del almuerzo, recibió al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.
Nada se supo, al menos en esas primeras horas, sobre si el Presidente miró -y padeció- la derrota argentina, al igual que el resto de los funcionarios. “Supongo que lo vio”, dijo una espada albertista, contagiada del pesimismo que envolvió a propios y ajenos dentro de Balcarce 50.
Fuentes del Gobierno especulaban que hoy el Presidente pasaría la jornada en la quinta de Olivos, a la espera de un nuevo parte médico, por lo que su presencia en la Casa Rosada sorprendió a propios y extraños. “El está mejor, la agenda de los próximos días seguirá de acuerdo a lo previsto”, afirmaron cerca del Presidente. Arriesgaron, incluso, que Fernández viajará mañana a Corrientes como invitado a la reunión de gobernadores del Norte grande, dónde también estará Manzur.
El parte emitido el sábado por el médico presidencial Federico Saavedra daba cuenta de “controles endoscópicos” que no encontraron “lesiones con sangrado activo”, y la indicación de “reposo y retomar en forma paulatina sus actividades laborales”.
Durante el fin de semana, y a pesar de ver a contados dirigentes, el Presidente combinó charlas informales con decisiones políticas. “Todo lo que le pasa le repercute en el cuerpo, es medio negador con su salud. Pero estaba mejor”, comentó a este diario un dirigente que chateó con Fernández durante el fin de semana.
En esos días de descanso, tal como publicó LA NACION, el Presidente decidió cancelar su viaje a México previsto para el jueves, en el que se encontraría con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Presuntas tensiones con el presidente mexicano por la elección del nuevo titular del BID, cargo finalmente otorgado al economista brasileño Ilán Goldfajn, motivaron el temporario distanciamiento, que desde Cancillería relativizan. “No viaja por un tema médico”, insistieron cerca del Presidente. El propio López Obrador confirmó, en la mañana del lunes, que ni Fernández ni el electo presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, llegarían a México para participar de reuniones bilaterales y del cónclave de la Alianza del Pacífico, finalmente suspendida por la ausencia del presidente de Perú, Pedro Castillo. “Alberto no viaja porque la Cumbre del Pacífico no se hace, esa es la razón”, terció otro incondicional del primer mandatario, confirmando de este modo la cancelación del viaje.
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