Luciano Laspina: “No podemos avalar con nuestro voto un acuerdo con el FMI que es perjudicial para los argentinos”
Referente económico y diputado de Pro, sostiene que el trato que cerró Fernández con el organismo acelerará la inflación y generará “una bomba de deuda doméstica que será impagable”
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El diputado nacional Luciano Laspina, uno de los principales referentes económicos de Pro, está convencido de que el acuerdo que cerró el presidente Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda “sirve para evitar un default, pero siembra las semillas de una crisis futura”.
Antes de que el Ejecutivo envíe el proyecto con la letra fina del entendimiento con el Fondo al Congreso, Laspina, uno de los economistas más escuchados por Mauricio Macri, advierte que respaldar el trato con el organismo internacional sería “darle sobrevida al modelo económico del kirchenrismo hasta 2023″. Es que el diputado considera que el convenio postergará la “resolución” de los problemas estructurales de la economía, acelerará la inflación y generará “una bomba de deuda doméstica que será impagable en el futuro”. “No podemos avalar con nuestro voto un acuerdo que es perjudicial para los argentinos”, dice.
-¿Por qué cree que el acuerdo con el FMI por la deuda es una “bomba de tiempo”?
-Primero, posterga todas las reformas que el país necesita debatir para salir del largo proceso de estancamiento e inflación que ha inaugurado el kirchnerismo hace más de diez años. En segundo lugar, crea un puente al 2023, dándole continuidad a las políticas económicas del kirchnerismo y, efectivamente, le deja una bomba fiscal e inflacionaria al próximo gobierno.
Esto surge al menos de la lectura del borrador de la carta de intención, y de los compromisos ya explicitados por el Gobierno y el FMI respecto de las metas monetarias. Básicamente, el acuerdo mantiene inalterado el corazón de la política económica del kirchnerismo: el cepo cambiario, las retenciones, las trabas a la exportación, la altísima presión impositiva y las regulaciones anti-empleo y anti-inversión. Es decir, no cambia nada del núcleo de políticas del kirchnerismo. Lo que hace, de alguna forma, es intentar ponerle un corsé fiscal y monetario a un gobierno que ha hecho del descontrol fiscal una marca registrada.
En ese sentido, el acuerdo sirve para evitar un default presente, pero siembra las semillas de una crisis futura.
-¿Por qué motivo?
-Según el borrador de la carta de intención, en necesidades brutas de emisión de deuda del mercado local, pasas de 45 mil millones en 2021 a unos 105 mil millones en 2024. Son casi 16 puntos del PIB. Y estos son vencimientos de deuda cancelables en pesos. Eso equivale, más o menos, tres veces a la base monetaria que proyecta el Fondo en 2024. Así, es imposible levantar el cepo, porque te genera una bomba inflacionaria y de presión sobre el tipo de cambio terrible.
"El acuerdo con el FMI es una bomba fiscal e inflacionaria para el próximo gobierno"
-¿Acaso el macrismo no le dejó un combo explosivo a Fernández con los vencimientos que tenía que afrontar?
-Podemos discutir si eran muchos o pocos vencimientos, según cuál sea la métrica que tomemos. Un argumento no anula a otro. El Gobierno ha mutado el financiamiento monetario del Banco Central por un financiamiento de deuda en el mercado local a tasas estratosféricas, que oscilan el 50% anual, y eso genera una situación sumamente inestable. Ni hablar si el mercado empieza a exigir tasas reales -más altas- a medida que se acerque el recambio de gobierno.
Puede ser una crítica válida, y lo podamos discutir, pero eso no cambia el escenario hacia adelante.
-¿Considera que el FMI acompaña porque está “resignado” o porque sabe que el préstamo a Macri fue desmedido?
-Creo que el FMI patea hacia adelante el problema que tiene con la Argentina. Trata de evitar que el país entre en atrasos y barreras que le complicarían mucho el futuro al país y al organismo. El Fondo está resignado a que con este gobierno la Argentina no va a salir del modelo en el cual está hundido hace muchos años. Es una resignación que le hace un flaco favor al país. Le brinda dos años de sobrevida a un modelo que está agotado. Quizás el Fondo lo hace con buenas intenciones, para minimizar el impacto social, pero a costa de postergar y acrecentar los problemas en el futuro, en la medida que el Gobierno va a ir acumulando desequilibrios importantes, sobre todo, en materia de deuda en el mercado local.
Además, lo más probable es que el Ejecutivo abandone el cumplimiento de las metas en el año electoral.
"El acuerdo mantiene inalterado el corazón de la política económica del kirchnerismo"
-¿Por qué razón?
-¿Alguien imagina que el kirchnerismo va a hacer ajuste fiscal y tarifario en medio de la campaña presidencial? Eso es inverosímil y el Fondo lo sabe. Es probable que el FMI se prepare para dar varios waivers a lo largo de los próximos dos años para acompañar la llegada de un nuevo gobierno, con el cual pueda sentarse a negociar. El programa planteado es muy inflacionario, justamente porque el Gobierno no tiene un plan de estabilización. Esto quiere decir que el ajuste fiscal que no haga el gobierno lo va a hacer el sector privado, con más inflación. Eso, desde nuestro punto de vista, es inaceptable. Porque una cosa es tratar de corregir los problemas y fracasar en el intento y otra es barrer los problemas bajo la alfombra para que el próximo gobierno se encargue de encarrilar la situación. Ya nos pasó en 2015.
-¿La próxima administración puede heredar un escenario económico similar al de fines de 2015? Inflación, retraso tarifario, cepo y problemas estructurales.
-El escenario pinta para ser peor incluso que el de 2015. No está claro cuán duro va a ser el desequilibrio tarifario porque no sabemos cuánto va a cumplir el Gobierno la agenda con el Fondo, pero sí vamos a tener una situación inflacionaria y una presión sobre el cepo mucho mayor que en 2015. Eso se daría por dos razones: la acumulación en deuda en pesos de corto plazo es descomunal y, en segundo lugar, porque nadie aguarda una lluvia de inversiones financieras, como se esperaba en 2015 si ganaba Macri.
Tengo la sensación que el Gobierno va a pedir su primer waiver a principios de 2023. Y, a partir del segundo semestre o trimestre del próximo año, es probable que el kirchnerismo repita la estrategia de 2021: quemar las naves para tratar de mejorar su performance electoral.
-¿Es ingenua la postura de la CC y la UCR?
-No. Obviamente, la oposición enfrenta un dilema. Esa disyuntiva está planteada de forma muy maquiavélica por la reforma que impulso el kirchnerismo para llevar la discusión del programa económico del Gobierno al Parlamento. Por su supuesto, la oposición tiene la responsabilidad de tratar de darle las herramientas al Ejecutivo para que evite un innecesario e injustificable default, pero, al mismo tiempo, no se puede hacer cargo de las consecuencias económicas de un programa que es sumamente perjudicial para la Argentina. Tenemos que debatir cómo salir de ese dilema.
-¿La renuncia de Máximo Kirchner generó un quiebre?
-Sería fácil para nosotros el recurso de apoyar para que el Gobierno, en su enorme insensatez, no caiga en un default con el Fondo, pero la renuncia de Máximo Kirchner cambió drásticamente el escenario político. Una de las condiciones centrales para que un programa económico tenga éxito es el apoyo monolítico de la coalición de gobierno. La principal responsabilidad de la defensa de este acuerdo es del Frente de Todos.
-¿Pueden unificar una postura en JxC frente a la fractura en el Gobierno?
-Políticamente, es ridículo pedir que la oposición apoye un plan que el propio gobierno no está convencido. Lo presentan ante la sociedad con que el eventual ajuste es consecuencia del pedido del FMI. Eso es una enorme mentira: el ajuste es inevitable porque el Gobierno se quedó sin fuentes de financiamiento. No tienen más naranjas para exprimir, ni del mercado local ni internacional ni las reservas ni la emisión monetaria. Marcha hacia un ajuste inevitable, que puede ser ordenado, si lo hace en el marco de un programa con el Fondo, o desordenado.
Quieren acusar a la oposición y al FMI de las consecuencias de este ajuste. No podemos caer en este juego. Si el Gobierno dialogara y hablase con la verdad y nos pidiera un esfuerzo a la oposición, la situación sería otra. Pero eso no ha ocurrido hasta hoy, y el Presidente insiste en querellar criminalmente a quienes decidieron acudir al Fondo para evitar una crisis mayor. Imponer y atacar, y encima pedir los votos, es propio de un gobierno que ha perdido la cordura.
-En la UCR dicen que este pacto sería el “mal menor” y que la economía no sería capaz de soportar un default. ¿Qué responde?
-Nadie quiere un default con el Fondo, pero el primero que debe defender el acuerdo es el Gobierno, sentando a todos sus diputados y senadores. Este trato sirve para evitar un default presente, pero siembra la semilla para una crisis futura. Tenemos el deber de advertir que le están dejando una bomba al próximo gobierno. El Ejecutivo tienen todos los instrumentos para evitar el default.
-¿El Pro está más cerca de rechazar el acuerdo en estas condiciones?
-Planteamos un debate, que tiene que ser administrado dentro de JxC. Estamos advirtiendo las consecuencias económicas y políticas de este acuerdo y de entrar en el juego que nos propone el kirchnerismo. Después, la decisión será de la mesa nacional de JxC y de los legisladores del espacio. Y dependerá de lo que haga el Gobierno y cómo se desarrolle el debate. No es una imposición. Queremos plantear una discusión: este acuerdo es una bomba de tiempo para los argentinos.
-¿Pretenden que el Gobierno se alinee y que muestre un programa de ajuste?
-Básicamente, tenemos un deber con nuestros votantes. Cualquier acuerdo que tenga nuestro apoyo debe estar supeditado a los principios y valores que tenemos como fuerza política. No podemos avalar con nuestro voto un acuerdo que es perjudicial para los argentinos.
"El ajuste es inevitable porque el Gobierno se quedó sin fuentes de financiamiento"
-Macri pidió el préstamo, ¿el Pro puede pagar un costo político en este debate si el país cae en default?
-Gobernar es pagar costos políticos, cosa que el kirchnerismo nunca ha querido hacer. Por eso, nos ha llevado siempre a situaciones explosiones y nos dejó las llaves del avión en picada, sin nafta, en 2015. Es lo que piensan hacer de nuevo. Toda decisión tiene costos y beneficios para la sociedad. El Pro debe evaluarlos, pero la responsabilidad para evitar el default está en el Gobierno.
-Siendo oposición, ¿no sería riesgoso levantar la bandera del ajuste en este debate?
-No estamos pidiendo más ajuste: reclamamos un plan de crecimiento y estabilización. El Gobierno no lo tiene. El ajuste se hará por vía inflacionaria. Este programa carga todo el peso del ajuste sobre el sector privado. El ajuste fiscal que no haga el Gobierno, lo va a pagar el sector privado, con más inflación.
¿Cómo le vas a pedir un sacrificio a la gente con la suba de tarifas si Aerolíneas Argentinas gasta 700 millones de dólares al año para subsidiar pasajes al exterior? El ajuste fiscal lo tiene que hacer el Gobierno, no la gente con la inflación. Están invertidas las cargas del ajuste.
-Si apoyan sin condicionamientos, ¿sería regalarle el rédito político a Máximo Kirchner o a Javier Milei?
-No me gusta especular sobre las ventajas o desventajas políticas electorales porque son impredecibles. Hay que obrar con responsabilidad y hablar con convicciones, sin tener miedo a decir lo que pensamos. Si el acuerdo es malo, tenemos que decirlo y pedir que el Gobierno negocie otro programa o busque en otro lado los votos. Si JxC decide facilitar la aprobación de la ley, para evitarle al Gobierno pasar por el trauma del rechazo del proyecto, será una decisión del espacio. Pero hay que ser conscientes de las implicancias de este acuerdo.
-¿Alcanza con el aumento del 20% de tarifas para llegar a la meta de 4,5% de reducción de déficit?
-El aumento tarifario del 20% sirve solo para renumerar la suba en distribución y transporte que ya decretó la secretaría de Energía. No es para reducir subsidios. El kirchnerismo siempre hace lo mismo: atrasa las tarifas para ganar las elecciones y deja la bomba para el que venga. Ahora, ha caído otra vez en su propia trampa, porque se ha quedado sin financiamiento.
Es muy probable que el impacto de la guerra sea el principal argumento del primer waiver que pida el Gobierno en este programa.
-¿Habrá un impacto de la guerra en Ucrania en la delicada situación económica de la Argentina?
-El primer waiver que pida el Gobierno será con el argumento del desvío de metas fiscales, producto del aumento de las importaciones energéticas. Eso demuestra que lo prometido en este programa respecto de ordenamiento fiscal y tarifario, se hará medias o no se va a cumplir.
"Tenemos el deber de advertir que le están dejando una bomba al próximo gobierno"
-La UCR plantea: “la deuda la tomó Macri y encima no nos consultaron, por eso tenemos que ser responsables y colaborar”. ¿Cómo define ese argumento?
-Hay un principio de continuidad de los hechos jurídicos del Estado, con el cual uno podría defender cualquier decisión basado en que alguien tuvo la culpa. La deuda que tomó Macri fue para pagar deuda que en gran medida había sido emitida por el gobierno de Cristina. Y era deuda mucho más cara porque estaban, entre ellos, los bonos de Hugo Chávez.
-¿Macri no votaría este acuerdo?
-Lo veo muy preocupado por una demora inexplicable del Gobierno en cerrar el acuerdo, que llega a último momento, y por la división del oficialismo, que debería ser responsable. Además, está tratando de alentar un debate interno para tomar la mejor decisión de cara a lo que viene.
-¿Estuvo de acuerdo con la decisión de levantarse e irse del recinto cuando Fernández criticó a Macri por la deuda o el Pro hizo un “papelón”, como dicen algunos de sus compañeros de bancada?
-Fue un gesto de dignidad, que es preferible al insulto. Es una reacción a una mentira flagrante del Presidente.
-¿Qué hará a la hora de votar si Máximo Kirchner no está sentado en el recinto?
-La estrategia parlamentaria va a surgir de un debate interno en JxC. Ojalá logremos unificar una decisión, pero la primera responsabilidad para lograr el quorum y sancionar la ley es del oficialismo.
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