Luchar juntos por la modernización, construir una comunidad de futuro compartido de la humanidad
La reciente celebración del 75º aniversario de la República Popular China, sirvió para recordar y reivindicar los profundos cambios que la sociedad china experimentó en los últimos años, especialmente a partir de 1978 cuando el país emprendió el gran viaje de la reforma y la apertura.
Es preciso saber que las políticas de reforma y apertura no sólo contaron con el esfuerzo del pueblo chino, sino también con la participación de muchos extranjeros que fueron testigos del impulso que estas medidas inyectaron a la modernización de China.
Un buen ejemplo es el caso de Werner Gerich, un reconocido ingeniero alemán que en 1984 viajó miles de kilómetros hasta la Fábrica de Motores Diesel de Wuhan (Wuchai), para convertirse en el primer “director de fábrica extranjero” de la Nueva China.
Apenas asumió sus funciones, Gerich se unió a los trabajadores de Wuchai para poner en práctica una serie de innovaciones en los programas de gestión y producción, que en poco tiempo les permitieron alcanzar sus objetivos de revitalizar todo el proceso industrial.
Las mejoras alcanzadas en la calidad del producto permitieron abrir exportaciones a siete países del sudeste asiático y que Gerich comenzara a ser llamado “Sr. Calidad”, en reconocimiento a su trabajo, por el personal de la fábrica.
En 2018, el fallecido Gerich fue galardonado con la Medalla de la Amistad de la Reforma de China, por su gran contribución a la modernización socialista del país. En una entrevista, su hijo declaró: “No hay país en el mundo como China que haya alcanzado logros de desarrollo tan asombrosos en tan sólo unas décadas, lo cual es inseparable de la reforma y apertura de China. China continuará la reforma hasta el final, que debe ser lo que más le gustaría oír a mi padre”.
El valioso trabajo de Gerich en China es sólo una de las miles de historias que definieron el período de la reforma y apertura.
Desde la “atracción de la sabiduría” y el ingreso en la Organización Mundial de Comercio (OMC), hasta la nueva era de la industria manufacturera, los servicios y las finanzas, entre otros ámbitos, la apertura ha facilitado la profundización de las reformas y ha ayudado a China a impulsar y ampliar con éxito su modernización al estilo chino.
China ha creado los milagros del rápido desarrollo económico y la estabilidad social a largo plazo, se ha convertido en la segunda economía más grande del mundo y el mayor comerciante de bienes, ha contribuido con más del 30% al crecimiento económico mundial en promedio cada año, ha construido una red ferroviaria de alta velocidad, la red de autopistas y la red 5G más grandes del mundo, ha resuelto el problema de la pobreza absoluta que ha asolado a la nación durante miles de años, ha construido una sociedad moderadamente acomodada en todos los aspectos y se ha embarcado en un nuevo viaje para construir un país socialista moderno en todos los aspectos.
El presidente Xi Jinping señaló que “la modernización al estilo chino es una modernización que sigue el camino del desarrollo pacífico, beneficiando al pueblo chino y promoviendo al mismo tiempo la modernización en el resto del mundo”.
En julio de este año, la Tercera Sesión Plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) tomó la decisión histórica de seguir profundizando las reformas de forma integral, además de promover la modernización al estilo chino.
China seguirá adhiriéndose a la política estatal básica de apertura al exterior y construirá un nuevo sistema económico abierto a un nivel superior. Esto no sólo proporcionará una sólida garantía para la modernización al estilo chino, sino que también promoverá la construcción de una economía mundial abierta.
A medida que la población china, de más de 1.400 millones de personas, avanza hacia la modernización, la continua promoción del desarrollo de alta calidad y la apertura de alto nivel realizarán mayores contribuciones a la economía mundial y proporcionarán nuevas oportunidades a todos los países del mundo, incluida la Argentina.
Este año se cumplen 52 años de las relaciones diplomáticas entre China y Argentina, y una década del establecimiento de la “asociación estratégica integral” entre ambos países. Frente a una serie de complejos y severos desafíos como el desbordamiento de los conflictos geopolíticos en el mundo, la contracorriente de la globalización económica y el auge del unilateralismo y el proteccionismo, el concepto de comunidad de futuro compartido de la humanidad planteado por el presidente Xi Jinping ha cobrado cada vez más relevancia por su valor y significado en la era actual.
Es por ello que en este nuevo punto de partida de la segunda década de la Asociación Estratégica Integral China-Argentina, China está dispuesta a seguir siendo un buen amigo de Argentina y un buen socio en el proceso de desarrollo, compartiendo oportunidades, ampliando la cooperación en diversos campos, respondiendo a las aspiraciones de la gente y profundizando las relaciones bilaterales para aportar cada vez más certidumbre y vitalidad, en beneficio sostenido de los dos países y sus pueblos.
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