Los varados de Uruguayana: cuatro días de incertidumbre junto a la frontera
“Prepárense para pasar las Pascuas acá”, les había advertido un funcionario argentino; en su mayoría son trabajadores y familias que buscaban regresar al país
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aEl periplo del micro de la empresa brasileña JBL comenzó el último viernes. Salió de San Pablo con 83 pasajeros. El plan era ofrecerles un servicio de regreso a Corrientes, pero no funcionó. El ómnibus quedó “varado” de Uruguayana, frente a la frontera cerrada de Paso de los Libres, hasta que esta madrugada un fallo judicial obligó al gobierno nacional a dejarlo entrar.
No era un micro con turistas. Humberto y María Inés volvían a Buenos Aires para ver a sus nietos luego de meses sin contacto. Aceptaron subir al micro antes de que se dieran a conocer las nuevas disposiciones y restricciones del gobierno nacional. Humberto tiene 65 años y un doble stent. Es paciente de riesgo. Ayer lloraba porque llevaba tres días durmiendo en un asiento semi cama. Quiere ver a sus nietos y sin más dinero, su única apuesta para llegar a la Capital es este ómnibus. Contó que pasó un día entero sin que le consiguieran un baño.
Karin tiene doble nacionalidad. Es “la brasilera” a la que se refirió ayer la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, que dijo que conocía cada uno de los casos de los varados en Uruguayana. “Esta brasilera justo en este momento le quiere llevar los chicos al exmarido. No es el momento”, dijo la funcionaria en una entrevista con LN+. “Estoy agobiada”, dijo Karin. “Brasil es mi madre. Argentina me trata como una delincuente”, contó. Subió al micro con sus dos hijos, que durante días lloraron pidiendo volver a su casa en Brasil.
Cristofer y otros diez hombres y mujeres son guardavidas en las playas en Florianópolis. Luego del cierre total de la isla decidieron regresar a Buenos Aires. Cuentan que no tienen para comer. “¿Acaso mi país me odia?”, pregunta Cristofer. Junto con sus colegas subió al micro esperando ingresar el sábado a la madrugada a Pasos de los Libres. Mientras estuvieron varados en Uruguayana corrió sin parar alrededor del micro para mantenerse activo.
“C” (prefiere no dar su nombre) es viuda y discapacitada. Junto con su hijo quería volver a Buenos Aires luego de trabajar en Brasil. Subió al micro en San Pablo. Le habían prometido llegar en menos de un día a su casa. No fue así. El sábado, en su primera noche varada en el paso fronterizo, entró en una crisis nerviosa. Su hijo no quería comer y no paraba de llorar.
El mismo sábado, el gobierno correntino les ofreció a funcionarios nacionales hacerse cargo de los tests PCR y, según fuentes de la administración del radical Gustavo Valdés, no hubo respuesta. También les ofreció darles alojamiento y comida y preparó el hospital de Pasos de los Libres para cualquier circunstancia.
“Nosotros ofrecimos todo, nunca nos respondieron”, dijo un funcionario correntino. “Si nosotros permitimos que estos 83 argentinos ingresen, mañana tenemos 200 argentinos más para ingresar”, dijo Carignano a LN+. Con una acción judicial en marcha, la decisión del gobierno nacional fue ayer esperar la decisión de los tribunales. Finalmente, el juez Gustavo Fresneda habilitó el ingreso al país del ómnibus.
“Prepárense para pasar las Pascuas acá”, les dijo un funcionario argentino a los pasajeros del micro cuando todavía dormían del lado brasilero. La profecía no se cumplirá. Ya cruzaron la frontera, pero todavía les queda cumplir la cuarentena en Corrientes, antes de seguir su largo viaje a Buenos Aires.
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