Los socios europeos y asiáticos del FMI piden un “acuerdo rápido” y “reformas estructurales”
Desde las embajadas de la UE y países de Asia siguen “atentos” a la negociación, aunque aseguran que sin el fin del cepo y los controles “no vendrán más inversiones”
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El tema está, al decir de un representante del Viejo Continente, “siempre presente” en charlas y cónclaves privados cada vez más frecuentes. Más todavía en estos tiempos, cuando las definiciones en la negociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) parecen acercarse.
Al igual que los Estados Unidos, que espera para los próximos días el desembarco en Buenos Aires de su nuevo embajador Marc Stanley, en las sedes diplomáticas de los países más importantes de la Unión Europea y las naciones de Asia alineadas con Occidente en el país se sigue “atentamente” y “con preocupación” la marcha de las negociaciones del Gobierno con el FMI, que parecen haber entrado en un terreno de turbulencia, a juzgar por la exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, el miércoles ante los gobernadores en Casa Rosada.
Según diplomáticos de seis embajadas europeas y asiáticas consultadas por LA NACION, y más allá del hermetismo que supone opinar sobre una “papa caliente” como lo son las negociaciones para un acuerdo con el FMI, hay consenso en que la reciente reunión del jefe de gabinete Juan Manzur y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, con representantes de la UE y 18 embajadas, distintas conversaciones extraoficiales, y la exposición del ministro de Economía, no alcanzaron a despejar todas las dudas. “Hace falta que se consiga ese acuerdo, que haya un plan plurianual creíble apoyado por la oposición y que se terminen los problemas y trabas para las empresas de nuestros países que quieren invertir en Argentina”, se explayó un representante de una importante delegación europea en el país. En este último punto, y según esta visión, ni siquiera un acuerdo con el FMI podría ser suficiente para generar condiciones ideales en las más de 800 compañías europeas en el país, que generan unos 300.000 empleos directos.
“Esperamos tener aquí políticas business friendly, porque si hay acuerdo con el FMI y no se hace nada para terminar con cepos, controles y trabas burocráticas, las inversiones no van a llegar”, advirtió la fuente europea, en el mismo sentido en el que se expresaron, en el pasado reciente, representantes de la UE y Alemania. Similares preocupaciones dejaron trascender, según pudo saber este diario, representantes de empresas norteamericanas y japonesas en el país.
Las internas en el Gobierno no pasan tampoco desapercibidas. “Hay discrepancias públicas en cuanto a la toma de ciertas medidas que serían razonables y parece difícil que el gobierno argentino las asuma, tales como aquellas orientadas a disminuir el déficit fiscal”, coincidieron desde otra embajada de la UE con pensamiento similar. Con el 5 y el 4 por ciento respectivamente de los aportes al FMI, Alemania y Francia son los abanderados de las posiciones más duras. Cabe recordar que Europa en su conjunto tiene el 25,5 por ciento de participación en el organismo, contra el 16,5 de Estados Unidos, que está a su vez por delante de Japón, parte del G7 y segundo en la lista global por países. “Hace un par de meses había mayor optimismo, hoy hay más dudas”, expresó uno de los dirigentes de PRO que participó, días atrás, de un diálogo con los mismos interlocutores diplomáticos que fueron a ver a Manzur a mediados de diciembre. Entre ellos, el embajador alemán en el país, Ulrich Sante, y su par de Francia, Claudia Scherer-Effosse, quienes en un saludo de fin de año pidieron a la Argentina condenar en los organismos internacionales “a Corea del Norte y Siria, pero también a “Irán, Venezuela, Nicaragua, Rusia y China”, por su política de derechos humanos y deslizaron también críticas a la “falta de libertad económica” en esos países.
De todos modos, no se trata de una posición sin matices. Así como Alemania, Francia, y también los Países Bajos y los países escandinavos reclaman en el FMI el cumplimiento estricto de metas fiscales, naciones del sur europeo como Italia y España suelen ser más flexibles a la hora de reclamar ajuste de gastos y cumplimiento en el pago de las obligaciones del país. “Son países que suelen pedir ayuda al FMI, por eso son menos estrictos a la hora de exigir cumplimiento a otros”, comenta una fuente europea, que también recuerda la influencia del partido español Podemos (con lazos con el kirchnerismo) en el gobierno del socialista Pedro Sánchez.
“No son un secreto para nadie las dificultades económicas por las que atraviesa la Argentina. Pero la voluntad de pago es lo propicio para dar una imagen positiva a los inversionistas extranjeros. Pagar es la puerta de entrada al futuro”, retrucaron desde uno de los miembros de la UE con posiciones más fiscalistas.
“Tenemos entendido que el diálogo que se viene llevando a cabo es constructivo, aunque Argentina debe lograr un crecimiento sostenido en base a reformas estructurales, que aunque tarden más tiempo deberían hacerse”, expresó un representante de otro de los países con peso propio en el FMI, un reclamo que comparte Estados Unidos, tan “atento” a la resolución de la negociación como sus pares europeos y asiáticos.