Los sindicatos macristas se reacomodan tras la muerte de Venegas
Quieren disputarle un lugar a la cúpula cegetista a través de las 62 Organizaciones
Gerónimo Venegas era la cara más visible del novedoso sindicalismo macrista, un espacio que ganó notoriedad al oponerse al primer paro general contra el Gobierno, el 6 de abril último, y al rechazar la legalidad del triunvirato que conduce hoy la CGT.
El líder de los ruralistas de Uatre falleció el 26 de junio y desde entonces se abrió una interna entre sus laderos para saber cómo continuará el vínculo con la Casa Rosada y qué estrategia seguir en el pelea por comandar la CGT. En el corto plazo, al menos, no se vislumbra un giro drástico: la tropa de Venegas no se sumará a la movilización cegetista del 22 de agosto próximo y toma distancia de lo que fue el desalojo de PepsiCo. "Con los trapos rojos de la izquierda no tenemos nada que ver", se alejaron del conflicto por los despedidos del Sindicato de la Alimentación.
Las 62 Organizaciones Peronistas, histórico brazo político de la CGT que presidía Venegas y que hoy está desarticulado, designó a Oscar Mangone como el dirigente a cargo de las gestiones con el Gobierno. Ya hubo un encuentro con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y los sindicalistas anhelan ahora ver al presidente Mauricio Macri.
Mangone es el jefe del gremio del gas y cuenta con poder propio en el ministerio: el jefe de gabinete del organismo, Ernesto Leguizamón, es el abogado de su gremio. Además, Mangone se jacta de tener llegada directa al papa Francisco, con quien lo une una amistad desde hace años, incluso antes de que Jorge Bergoglio asuma como arzobispo de la ciudad de Buenos Aires.
La influencia de Venegas en este armado gremial era determinante porque resolvía cuestiones burocráticas en organismos clave, como el Ministerio de Trabajo o la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS), que administra el dinero de las obras sociales sindicales. "El Momo tenía la llave para resolverte quilombos. Levantaba un teléfono y le daban bola", ejemplificó un dirigente de segunda línea de un gremio poderoso.
Venegas había logrado agrupar en las 62 Organizaciones Peronistas a dirigentes de unos 80 sindicatos. No todos son secretarios generales, lo que evidencia que en algunos gremios la verticalidad a veces se oxida. Este sector manifestó su apoyo al oficialismo en el acto del 1° de Mayo, en el microestadio de Ferro Carril Oeste. El "Momo" Venegas dijo allí que representaban el "peronismo de Cambiemos". Esa postura no cambió con su muerte. Tampoco el respaldo al Gobierno. Por eso no adherirán a la movilización que convocó la CGT.
"Las 62 Organizaciones Peronistas no tienen intenciones de adherir a una marcha convocada por partidos políticos. No apoyamos el uso político de protestas legítimas", dijo a LA NACION Julio Estevez, jefe del gremio que reúne al personal jerárquico de la AFIP.
Otro dirigente condicionó débilmente el apoyo al oficialismo. "Seguiremos apoyando al Gobierno, pero con la condición de que empiecen a escuchar nuestros reclamos", planteó durante una reunión en el sindicato de taxistas que conduce el salteño José Ibarra. Ibarra, que era el dos de Venegas en las 62, quedará por ahora al frente de la agrupación. Pero simbólicamente, y a modo de homenaje al "Momo", su sucesor en Uatre podría tomar el timón. Se trata de Ramón Ayala.
Las 62 Organizaciones Peronistas pretenden regresar a la CGT y pelear por un lugar en la cúpula. Aspiran a que el triunvirato se disuelva por falta de apoyo o por una orden judicial tras la impugnación que había presentado Venegas. Aseguran que ya hubo contactos con Hugo Moyano, aunque cerca del jefe camionero lo desmienten. Moyano cuenta todavía con tropa propia en las 62. Surge en lo inmediato una tensión que minaría el intento de regreso a Azopardo: en las 62 rechazan cualquier alianza con los movimientos sociales y con la izquierda sindical.
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