Los "sellos de goma" partidarios, un negocio que reparte $2100 millones
El sorpresivo acuerdo entre el precandidato presidencial del frente Despertar, José Luis Espert, y el partido Unite, de José Bonacci, puso en evidencia que el sistema electoral permite que ciertos sellos de goma se ofrezcan al mejor postor para facilitar candidaturas presidenciales y, a cambio de ello, cobran del Ministerio del Interior los aportes para la campaña y la impresión de boletas, que este año totalizarán 2100 millones de pesos.
El único requisito es que sean partidos con personería nacional, con al menos cinco distritos oficializados. Y deben cumplir con una condición adicional: si no presentan candidatos presidenciales en dos elecciones consecutivas pierden la personería. Así, la obligación se convierte en un negocio.
En las elecciones de este año los "aportes de campaña" del Ministerio del Interior serán de 600 millones de pesos, mientras que para la impresión de boletas se presupuestaron $1500 millones. Todos los partidos se reparten además espacios publicitarios gratuitos.
En la práctica, la obligación de presentar candidatos presidenciales contribuye a legitimar un negocio legal e institucionalizado. En la jerga local, se conoce a esos sellos como "pymes electorales". Según el experto Leandro Querido, director ejecutivo de Transparencia Electoral, en Perú se los llama "vientres de alquiler".
Sin chances de llegar al poder, entran en el reparto de fondos con solo ceder su estructura. Algunos no usan todos los recursos y destinan la diferencia a otros fines o gastos de campaña diversos.
En las PASO del 11 de agosto competirán nueve fórmulas presidenciales. Tres de ellas tienen chances ciertas de ganar: Mauricio Macri-Miguel Pichetto, Alberto Fernández-Critina Kirchner y Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey.
Pero otras podrían quedar más relegadas: Nicolás del Caño-Romina Del Pla (FIT), Manuela Castañeira-Eduardo Mulhall (Nuevo MAS), José Antonio Romero Feris-Guillermo Sueldo (Partido Autonomista), Alejandro Biondini-Enrique Venturino (Frente Patriota), Juan José Gómez Centurión-Cynthia Hotton (NOS) y José Luis Espert-Luis Rosales (Frente Despertar).
Así como Espert tendrá como soporte legal al sello Unite, Biondini se presentará con Dignidad Popular; Romero Feris con el Partido Autonomista; Gomez Centurión con el Partido Conservador Popular, de Marco Aurelio Micheli; Del Caño con los partidos PTS, PO, Izquierda Socialista y MST, y Castiñeira con el MAS.
En el rubro "aportes de campaña", Interior repartirá para las las PASO $85 millones entre nueve fórmulas presidenciales, un promedio de $ 9,5 millones a cada una; otro tanto para diputados, y para senadores distribuirá $20 millones, $2,2 millones promedio por cada fuerza. Total $ 21,2 millones, en promedio, por cada sello partidario. La democracia tiene sus costos.
Si esos partidos, además, superan el piso del 1,5% de los votos en las PASO, Interior repartirá para las elecciones generales de octubre 170 millones de pesos entre los candidatos a presidente que resulten habilitados para competir, otros $170 millones entre las listas de diputados y $40 millones entre las de senadores. Si hubiera ballottage, se repartirán 30 millones de pesos más entre los dos candidatos que se enfrenten.
Boletas
En el item "impresión de boletas", el más oneroso, Interior repartirá $18 millones en las PASO para cada candidato a presidente, sumado a montos proporcionales para cada boleta de diputados y senadores, según los distritos en los que se presente.
Esto es así porque la ley 26.571 de PASO fija el aporte para impresión de boletas en $0,546 por unidad. Ese monto multiplicado por el padrón nacional (33 millones de electores) para la categoría de presidente representa $18 millones.
Pero si la fórmula presidencial supera las PASO, para las elecciones generales la la ley 26.215, de financiamiento, distribuye el valor de 2,5 boletas multiplicado por la cantidad de electores que integran un padrón nacional o distrital. Para la categoría presidente representan 45 millones de pesos para cada fuerza.
Así las cosas, un partido sin aspiración de llegar al poder puede percibir decenas de millones de pesos y gastar menos para quedarse con una diferencia. Muchas fuerzas no imprimen todas las boletas del padrón, sino sólo alrededor del 25 por ciento porque no tienen expectativa de obtener muchos votos.
Luego de ser abandonado por el partido UNIR, de Alberto Assef, Espert estuvo a punto de quedarse sin postulación y otro partido con personería nacional, Unite, le permitió anotarse. Unite estaba negociando hasta último momento con otros dirigentes y exigía tener candidato presidencial. Eso le permitía no perder la personería ni los aportes de campaña e impresión de boletas.
En esos días, Espert dijo a LA NACION +. "Estos sellos funcionan así: van donde logran un acuerdo o deciden apoyar, van con cualquiera". También el Partido Conservador Popular buscaba candidato presidencial antes de cerrar un acuerdo con Gómez Centurión. Son partidos a la búsqueda de candidatos para su supervivencia.
La Corte Suprema estableció en 2015 que se distribuiría un padrón por cada lista de cada agrupación dentro de las PASO. Hubo frentes que presentaron varias listas y pretendieron cobrar por cada una. Un caso fue el de Biondini en 2017.
El secretario de Asuntos Políticos, Adrián Perez, dijo a LA NACION que "en el caso Biondini se les dijo que no se les iban a pagar seis u ocho listas, sino una sola por cada frente. Ellos apelaron a la Justicia y la Cámara Electoral resolvió que se pagaba un padrón por cada frente y un proporcional de votos de la última elección". Y agregó: "Se redujo mucho el aprovechamiento".
Según Querido, "este sistema es una tergiversación de los partidos políticos como instancia necesaria para la democracia".
Querido subrayó que "es un pequeño negocio que lamentablemente no solo en nuestro país está muy desarrollado sino en todo el continente: en Perú le dicen ‘vientres de alquiler’, que esperan una oportunidad para poder hacer algún tipo de negocio".
El experto agregó que "la impresión de boletas tiene que ver con ese negocio. Una es a través de gastar menos de lo que deberían gastar y quedarse con la diferencia y obviamente después está el tema de alquilar el espacio a un candidato, hay que poner la lupa en algún momento".
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