Los retadores de Gerardo Morales en Jujuy: el PJ sufre la división interna y la izquierda apela al “voto bronca” para ser la sorpresa

SAN SALVADOR DE JUJUY (enviado especial).- El peronismo no logra reconstruirse en Jujuy. Después de haber dominado la provincia durante más de treinta años, el Partido Justicialista (PJ) llega fragmentado a la disputa del próximo domingo con el radicalismo por el control del poder en el distrito. Desde el ocaso de Eduardo Fellner en los comicios de 2015, quien cayó derrotado por Gerardo Morales (UCR) tras haber ejercido tres mandatos, se inició una disputa de liderazgo en el interior del bloque opositor que le impidió aunar fuerzas y recuperar su capacidad electoral. La lucha interna de las distintas facciones derivó en una crisis de representación en su base de adhesiones, que supo capitalizar la izquierda, cuyo candidato, Alejandro Vilca, aspira a protagonizar una sorpresa en los comicios de pasado mañana.

Las réplicas del terremoto que provocó la derrota de 2015 aún se sienten en el tablero del PJ local. Cuando restan horas para la contienda del domingo, en la que Morales buscará ratificar su predominio en la provincia con una victoria de Carlos Sadir, su delfín, para mostrar que está firme su plan presidencial, el peronismo se muestra atomizado. No logra emerger como una opción consolidada para competir con el Frente Cambia Jujuy, que aglutina a la UCR, el Pro, el socialismo y distintas expresiones del peronismo no kirchnerista.

De hecho, los postulantes del peronismo arriban a la elección con expectativas moderadas. Hasta cierto punto, dado el peso del aparato estatal y la maquinaria electoral que controla Morales, salir segundo se convirtió en un gran trofeo opositor.

El rompecabezas del PJ

El PJ gobernó Jujuy de manera interrumpida desde el retorno de la democracia hasta 2015. Pero ahora no logra unir sus piezas. En las elecciones generales del domingo -aquí no hay PASO- competirán tres candidatos a gobernador del peronismo. El empresario Rubén Rivarola, titular del PJ local, aspira a recuperar el despliegue territorial de la fuerza y sacar de la recesión al peronismo en el distrito. Apuesta a obtener triunfos en varias intendencias que el radicalismo le arrebató al PJ en las últimas elecciones, según los sondeos que manejan cerca del dirigente. San Salvador de Jujuy, el distrito más poblado de la provincia, será el escenario de la batalla clave con la UCR, entienden en el campamento de Rivarola. Allí, Morales apuesta a que Raúl “El Chuli” Jorge acceda a su cuarto mandato consecutivo para empujar la boleta de Sadir.

La capital provincial es el talón de Aquiles para Rivarola, dueño del diario El Tribuno. Por esa razón, aspira a pisar fuerte en el interior. San Pedro, Perico y Ledesma son otros distritos cruciales. “Ahí estamos a la par. Nuestra pelea es en la Capital, si transformamos esos números, podríamos tener una victoria”, analizan. A Rivarola lo secunda en la fórmula la diputada nacional Carolina Moisés (FDT). Consideran que son la opción que mayor cantidad de expresiones del peronismo aglutina. Y acusan a Morales de intentar “anular” a la oposición. No solo sospechan de la influencia del jefe de la UCR en la Justicia por las impugnaciones, como la que sufrió Guillermo Snopek, sino de sus presuntas maniobras para fragmentar al peronismo. Cerca de Moisés consideran que el escenario está abierto y apuestan a captar a indecisos y seducir a desencantados con Morales. Durante la campaña hicieron hincapié en las problemáticas económicas de la provincia. Una de sus principales propuestas es la apertura de paritarias para igualar salarios de estatales y docentes con los de otras provincias. También prometen créditos para pymes y generar empleo.

En Jujuy el sistema de colectoras tiene un peso fundamental en la competencia electoral y favorece a las fuerzas dominantes. Es que le permite al postulante a gobernador o intendente sumar de forma ilimitada listas de diputados o concejales. De hecho, Morales fue colectora de Mauricio Macri, Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Adolfo Rodríguez Saá en 2015. Esa jugada fue clave para lograr su victoria sobra Fellner. “Es la máxima trampa electoral, una estafa piramidal. El sistema está armado para que gane Morales”, despotrican desde el frente Unidad por Jujuy, que lleva en el binomio a Juan Cardozo Traillou y Diego Granda. Snopek, que fue impugnado en la categoría de gobernador por ser el cuñado de Morales, compite como primer convencional constituyente.

En diciembre pasado, Snopek rompió el bloque oficialista en el Senado. Le explicó sus motivos a Cristina Kirchner a través de una carta: dijo que en su territorio el electorado asociaba a Alberto Fernández con Morales. Ahora orbita más cerca del armado del peronismo federal, que encabezan Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey. Tan atomizado está el mapa electoral del peronismo en Jujuy que La Cámpora optó por no apoyar a un candidato y solo colgó alfiles como postulantes a concejal en algunas listas. Una de las referentes locales de la fuerza de Máximo Kirchner es la diputada nacional Leila Chaher, quien tomó distancia de la discusión durante la campaña.

El frente de Cardozo y Snopek se presenta como la “alternativa de cambio”. Denuncian una supuesta connivencia entre Morales y Rivarola. Y afirman que se enfrentan a dos maquinarias: la UCR y el PJ. Acusan a Morales de haber puesto en marcha prácticas clientelares para garantizarse un triunfo. Hablan de reparto de bolsones de comida o electrodomésticos en los barrios más humildes. Y sostienen que la reforma constitucional que impulsa Morales implica una mayor concentración del Ejecutivo en el poder judicial y legislativo. En el proyecto para cambiar la carta magna provincial, el oficialismo propone prohibir el indulto para quienes hayan sido condenados por delitos de corrupción o los piquetes, entre otras modificaciones.

En Unidad por Jujuy posan sus esperanzas en una buena performance de Julio Ferreyra, exdirector del registro civil, en San Salvador. Ferreyra, de 80 años, se mostró competitivo en la contienda con Morales en 2019 y centra su discurso en la lucha contra la corrupción. Si bien Milagro Sala no juega en la elección –su situación judicial profundizó la división en el PJ local-, su brazo político, Partido por Soberanía Popular, integra el frente de Snopek.

En el menú del peronismo también emerge Rodolfo Tecchi, exrector de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJU) y exministro de Educación de Fellner. El postulante de “Jujuy tiene futuro”, es crítico de sus contrincantes en el PJ. “Somos la única lista que incluye a todos los sectores sin candidatos ocupando cargos en el Estado”, aseguró ayer en el cierre de campaña. Su compañera de fórmula es la ingeniera Magdalena Choque Vilca. Sus detractores en el peronismo especulan que la candidatura de Tecchi fue empujada por Morales para dividir aún más el voto peronista.

¿Batacazo de la izquierda?

Quien aspira a aprovechar esa dispersión del PJ es Vilca, el candidato del Frente de Izquierda y de Trabajadores (FIT-Unidad). Así como el fenómeno de Javier Milei se consolida en grandes centros urbanos, la derecha liberal no tiene caudal electoral en Jujuy. La izquierda, en cambio, viene aumentando su nivel de adhesiones. Vilca, diputado nacional y exrecolector de residuos, confía en que la crisis económica y la inflación favorecen sus chances: aspira a canalizar la bronca y el descontento. Critica a Morales por la precarización laboral o el atrasado salarial. Y también denuncia presuntos negocios entre las fuerzas mayoritarias -UCR y PJ- con grandes empresarios, ligados al tabaco o mineras. Busca polarizar con los partidos tradicionales. Una de sus principales propuestas es estatizar el litio. Imagina una empresa estatal controlada por trabajadores y las comunidades. En las legislativas de 2021, Vilca logró un resultado histórico para la izquierda: obtuvo un 25% de los votos. Una de las incógnitas del domingo es si logrará desplazar al peronismo como la segunda fuerza en Jujuy.

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