Los regalos que recibió la Presidenta, un misterio que el Gobierno mantiene bajo llave
El registro de obsequios previsto por ley no existe, y la Casa Rosada no brinda información
La despedida de la presidenta Cristina Kirchner de la Casa Rosada y la quinta de Olivos tras ocho años de gobierno y cuatro de cohabitación despertó varias incógnitas. Las imágenes de las cajas de mudanza difundidas hace algunas semanas mostraron que ya hay menos muebles, cuadros y aparatos electrónicos en aquellos ambientes que el 10 de diciembre recibirán a un nuevo mandatario.
Sin embargo, hay objetos que parecen haberse perdido a lo largo de los años. ¿Quién sabe hoy dónde están la computadora Apple de última generación que el multimillonario Carlos Slim le regaló a la Presidenta, el cuadro réplica del siglo XI de la Virgen de la Ternura de la catedral de Vladimir que le obsequió el papa Francisco, el sombrero de piel que le dio el ex presidente ruso Dimitri Medvedev y todos los demás obsequios que recibió la mandataria durante su gestión? Probablemente lo sepan sólo ella y su círculo íntimo, aunque hay una ley que obliga a que haya un registro de los obsequios, norma que no se reglamentó.
El artículo 18 de la ley 25.188 de ética pública -sancionada en 1999- establece que "los funcionarios públicos no podrán recibir regalos" por ejercer su función, aunque, en caso de que los obsequios sean de "cortesía o costumbre diplomática, la autoridad de aplicación [en este caso, la Oficina Anticorrupción (OA)] reglamentará su registración" e incorporación al patrimonio estatal "para ser destinados a fines de salud, acción social y educación o al patrimonio histórico-cultural" del país.
Al cumplirse 16 años de la sanción de esa ley, el artículo de los regalos todavía espera ser reglamentado. Hoy no se conoce ningún listado oficial de los obsequios que recibió Cristina Kirchner, y mucho menos dónde están. LA NACION consultó a la OA por el registro de regalos desde 2007 hasta ahora, pero no obtuvo respuesta. Ante la negativa, se realizaron dos pedidos de acceso a la información pública, uno en la OA y otro en Presidencia, en los que se pidieron una copia del registro y los datos del paradero de los regalos.
Cuando se cumplieron los 10 días hábiles que los organismos tienen para responder a la presentación, Presidencia pidió prorrogar ese plazo por diez días más para brindar la información. Esa respuesta no llegó. En cambio, la OA respondió que el registro no existe y que no existirá al menos hasta que una reglamentación establezca los lineamientos de cómo hacerlo. ¿Qué regalos deberán acreditarse? ¿Qué se deberá hacer con ellos? ¿Qué pasa, incluso, con regalos como el perro Simón, obsequio del presidente de Venezuela Hugo Chávez?
"[Cristina] cree que ella es el Estado y que los regalos son personales. Es una falta de ética que muestra su nulo compromiso con la República", dijo a LA NACION la diputada nacional de Pro Laura Alonso. "Nos enteramos sólo del uno por ciento de los regalos que recibe Cristina. Hay que imaginarse todo lo que no nos enteramos de los demás funcionarios", agregó.
En los últimos años, la legisladora insistió en reiteradas ocasiones a la OA en que difundiera la información de los obsequios. Según ella, el organismo fue intervenido y neutralizado por el kirchnerismo. "Hubo una clara decisión política de congelarla y de provocar la salida de muchos funcionarios de primer nivel que tenía la oficina", aseguró.
En tanto, el diputado radical y titular de la OA entre 1999 y 2002 Manuel Garrido dijo que "de ninguna manera los funcionarios pueden quedarse con los obsequios", y destacó que está en su deber consultar a la OA sobre qué hacer con ellos "por más que no haya reglamentación". En tanto, mientras estuvo al frente del organismo, "los casos [voluntarios] que conoció la oficina fueron muy pocos", aseguró el legislador.
En cuanto al paradero actual de las obras de arte, las joyas y demás presentes que recibió la Presidenta, el Gobierno tampoco brindó datos. Según la diputada Alonso, algunos de los objetos decoran hoy los hoteles de la mandataria en la Patagonia. "La falta de ética de la Presidenta llega a que los pocos turistas de los hoteles puedan admirar los adornos que le fueron obsequiados como protocolares", afirmó.
La polémica por el destino de los obsequios presidenciales no se limita sólo al mandato de Cristina Kirchner. Como la ley rige desde 1999, así como la mandataria no reglamentó el artículo, tampoco lo hicieron los ex presidentes Néstor Kirchner, Eduardo Duhalde, Fernando de la Rúa ni Carlos Menem.
En tanto, si de regalos estrafalarios se trata, el ranking no lo lideraría Cristina. En el primer puesto estaría, cómodo, la imagen de Menem apoyado en su Ferrari roja, que en 1991 le obsequió el empresario italiano Massimo Del Lago. "La Ferrari es mía, mía", había dicho Menem. Al final, por el escándalo que ello generó, el entonces mandatario tuvo que vender el auto y donar el dinero.
Obsequios presidenciales
Desde indumentaria hasta tecnología y arte, los regalos más destacados que recibió Cristina Kirchner
Sombrero de piel
10 de diciembre de 2008
Obsequio de: Dimitri Medvedev, ex presidente de Rusia
En su visita a Rusia en 2008, la Presidenta recibió un sombrero de piel de zorro característico de ese país. El presidente de ese entonces, Dimitri Medvedev, se lo obsequió luego de una reunión en el Kremlin
Laptop Apple
19 de mayo de 2008
Obsequio de: el empresario Carlos Slim
El empresario multimillonario de las telecomunicaciones Carlos Slim le obsequió a la mandataria una laptop Apple de última generación que, en ese entonces, estaba valuada en U$ 3000. El mexicano le entregó la computadora en el despacho de la Casa Rosada
Réplica del siglo XI
7 de junio de 2015
Obsequio de: el Papa Francisco
En el Vaticano, en lo que fue su quinto encuentro con el Papa Francisco, Cristina Kirchner recibió un cuadro réplica del siglo XI, con la figura de la Virgen de la Ternura de la catedral de Vladimir. Se desconoce el valor de esa obra de arte que recibió la Presidenta
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