Los primeros días del gobierno de Javier Milei
El oficialismo se siente sujeto y agente de una revolución que ve a la realidad como si esta fuera un papel en blanco; las contradicciones del DNU; la importancia del procedimiento y el dilema que asoma en el Congreso
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La caracterización de un gobierno que surge en condiciones muy extrañas comienza a formarse. Todo es raro. Fue rara la campaña; fue inesperado o muy extraordinario, en el sentido literal de la palabra, el triunfo de Javier Milei; es enigmático cómo se arma el Gobierno; y estamos viendo de a poco, a través de sus hechos, la idea que el Poder Ejecutivo tiene de la situación y de sí mismo. Lo que hemos visto en los últimos días, sobre todo a partir del dictado del decreto 70/2023, que se va a completar presumiblemente hoy o mañana con el contenido del paquete legislativo que va a llegar a las sesiones extraordinarias, es que el Gobierno está inspirado por un sentimiento revolucionario. Es decir, es un oficialismo que se siente sujeto y agente de una revolución, en un sentido estricto. Lo que caracteriza a un grupo revolucionario, de izquierda o de derecha, es una pretensión: la esencia de toda revolución es la pretensión de aquellos que la llevan adelante de trasladar a la realidad lo que tienen en la cabeza, un diseño mental. Con poco respeto por lo dado, por lo que viene siendo, por las circunstancias, buscan imponer un determinado molde a la realidad. Las revoluciones negocian poco, no son deliberativas. Es un diseño mental, una idea de cómo debe estar dibujada la sociedad, que se traslada a la realidad como si esta fuera un papel en blanco.
Esto es lo que está detrás del discurso, del impulso, de la producción de hechos de Milei. Es lo que está detrás, centralmente, del DNU que está siendo tan discutido. Cuando uno mira la génesis de esa norma, es el producto de un diálogo de Milei con dos o tres personas, pero sobre todo es la elaboración mental de una persona que es Federico Sturzenegger, que en una tarea descomunal se puso a revisar 3000 leyes, reglamentos, decretos y a reestructurarlos según su idea de las cosas. Todo lo que la sociedad argentina construyó a lo largo de décadas, todo eso que se considera “perverso” o “un error”, porque Milei y este gobierno lo dicen, debe ser puesto en suspenso y ser remplazado por el proyecto de una o dos personas que tienen una claridad absoluta respecto a lo que tiene que pasar.
Me resultó muy expresiva la entrevista de Sturzenegger con Diego Sehinkman, en TN, donde prácticamente no lo deja ni terminar las preguntas porque todo está clarísimo. Este es el espíritu revolucionario que se esconde detrás de este decreto.
La idea es que el Gobierno tiene una legitimidad especial porque tiene el 54% de los votos, es el primer argumento de cualquier funcionario oficial. No quiero faltar el respeto, muchos se ofenden con estas comparaciones, pero cuando Cristina Kirchner sacó el 54% de los votos en primera vuelta, contra el 17% que sacó Hermes Binner, también dijo: “Vamos por todo”. Esa es la idea revolucionaria. “Ahora que tenemos ese respaldo popular, nos damos el gusto de hacer lo que queremos, lo que propusimos, lo que soñamos, porque para eso nos respalda la gente”, piensan. Después podemos hilar fino y preguntarnos si realmente el 54% de votos que está detrás de Milei, está dispuesto a respaldar sus políticas o si hay un tramo de esos votos, un 18%, un 20%, un 24% que votó a Milei en contra de Massa. Probablemente, algunos de esos votos que obtiene, en su mayoría de Patricia Bullrich, estén alineados con estas ideas, pero se verá mientras avance el Gobierno el nivel de respaldo que tenga para este tipo de programa.
Milei es liberal en lo económico, pero tiene rasgos populistas en lo político. Detrás del DNU está la idea de que hay una legitimidad superior que es la de los votos al líder, que le permiten ser un poco peyorativo respecto del sistema. Pero no nos debe sorprender: ya estaba gestualmente anunciado cuando inauguró su gobierno de espaldas al Congreso. Es la idea de que hay una legitimidad que confronta con la legitimidad del Congreso. Se ve también en la presentación del DNU, donde a diferencia de otras oportunidades, adjudicó todos los males de los últimos 100 años a la clase política, ya no a la casta en sentido amplio.
Hay algo de picardía y de táctica. Estamos en un momento histórico donde la gente le dio un cheque en blanco a estas ideas, hay un desprestigio enorme de la política, hay además una sensación de emergencia, obviamente por el alto nivel de inflación, por los niveles de pobreza y por la emergencia que vive el Banco Central; y todo esto converge con otra idea que es que la dirigencia argentina, lo que Milei llama la casta, está extraordinariamente desconcertada de haber perdido frente a un outsider como Milei. Entonces creo que él también pretende, como decían los clásicos del siglo de oro, arrebatar el instante, carpe diem, aprovechar el momento, sacarle todo el provecho que tiene ahora esa circunstancia asimétrica por la cual tiene más poder que el resto. Esto es esencial a este momento histórico, probablemente dentro de dos meses no tengas ese capital, que es el tiempo en el cual lo va a estar esperando la casta. Es la estrategia del Congreso, de los movimientos sociales, de los sindicatos. “No lo vamos a ir a enfrentar ahora con el poder que tiene, vamos a esperar a que haga su trabajo el ajuste”, dicen.
En esta ventana de tiempo, entre que llegó al poder con mucho capital y mientras todavía la gente no empezó a opinar, Milei intenta hacer todo rápido. En este contexto avanzó con el decreto de necesidad y urgencia que reforma infinidad de leyes. Le transfiere al Poder Ejecutivo y puntualmente a alguien que es Sturzenegger la capacidad para reformular toda una tradición legislativa en muy poco tiempo, que incluye una cantidad de temas conflictivos con muchas contradicciones. Un poco porque se hizo también a los apurones, otro poco porque tampoco es que hay un genio que sabe de todo.
Un ejemplo concreto es lo que sucede con la radiodifusión. Hasta ahora, las empresas que daban internet por vía satelital estaban impedidas de ser consideradas empresas de telecomunicaciones. No las regulaba la Ley de Telecomunicaciones, por lo tanto estaban impedidas de dar servicios de internet y estaban reguladas por la Ley de Medios. Esto no solamente incluye a empresas que tienen presencia en el país, como Telefónica o DirecTV, sino que abre la puerta de empresas con un enorme potencial competitivo en este campo como por ejemplo Starlik de Elon Musk. ¿Dónde está la contradicción? En que si bien amplía la competencia, hay más actores, hay más jugadores y abre un mercado que es el de las telecomunicaciones, no hace algo que era absolutamente previsible que fuera a hacer: mantiene el decreto 690/2020, que es un DNU que emitió Alberto Fernández, que declara que las telecomunicaciones son un servicio público y que por lo tanto no pueden tener competencia de precios sino una tarifa fijada por el Estado. Es decir, se olvida de hacer lo más importante que es retirar al Estado con una regulación feroz sobre ese fenómeno que inhibe cualquier inversión y mantienen un corset estatal importantísimo.
Hay muchos otros campos donde el decreto va a ser materia de discusión. Por ejemplo, los laboratorios están indignados porque se fortalece la práctica de recetar genéricos, es decir que el médico te receta una droga, pero vos elegís la marca. Hay un dictamen del doctor Carlos Regazzoni que está circulando por las redes que dice que lo que vuelve confiable a un medicamento es la marca, el laboratorio. Puede ser cierto, pero ese argumento da inquietud: ¿La Anmat, que aprueba la calidad de los medicamentos, está pintada? Otra discusión será respecto de los puntos de venta para los medicamentos de venta libre, si se pueden vender o no en kioscos.
El DNU de Milei abre muchos debates, por eso no me extrañaría que los diputados de la Bicameral de control de los decretos de necesidad y urgencia en el Congreso para postergar las cosas digan que se quieren asesorar por las distintas comisiones. Es un decreto, a mi juicio, excesivamente ambicioso. En ningún lugar del mundo se modifican 300 leyes por un decreto a través de una persona, y por otra parte va a ser muy difícil que se pueda demostrar la necesidad y urgencia de algunos aspectos. Por ejemplo, ¿hace falta transformar en sociedades anónimas las entidades deportivas? Probablemente sí, es una discusión abierta. ¿Es de necesidad y urgencia? Es muy difícil demostrar que haya que pasar por fuera del Congreso y que los clubes no puedan aguantar tres meses para que el Congreso lo trate en una ley.
Hay una cantidad de temas que aparecen como arbitrarios para un decreto de necesidad y urgencia. Hay otros temas que no aparecen y que uno esperaría que aparecieran. Por ejemplo, no hay nada más desligado del mercado en la Argentina que el régimen de Tierra del Fuego, por lo cual se le da beneficios extraordinarios desde el punto de vista impositivo a importadores que traen las cosas de China, Corea o Vietnam para ensamblarlas en esa provincia, con una ventaja extraordinaria por vía de aranceles con su competidores del mundo. Un coto de caza. Milei decía que eso era una estafa para todos los argentinos de bien. Después dijo que no, que lo había estudiado bien y que esta rebaja impositiva que recibe Tierra del Fuego la tendrían que recibir todas las provincias. En realidad, Tierra del Fuego es un modelo. No habla de los beneficios arancelarios que tiene. Esta semana, dijo que no se pueden tocar porque son derechos adquiridos, que es una ley que prorrogó el Congreso. Pero la legislación laboral son derechos adquiridos. También los laboratorios podrían decir que es un derecho adquirido la posibilidad de que se recete por marca. ¿Cuántos derechos adquiridos voltea el decreto o la ley que van a mandar esta semana al Congreso?
Nace un interrogante respecto de si no hay un doble estándar y empiezan así a ejercer una influencia sugestiva algunas versiones. Por ejemplo, que el último tramo de campaña de Milei obtuvo un financiamiento extraordinario de las empresas de Tierra del Fuego, una de las cuales es de Nicolás Caputo, primo del ministro de Economía, Luis Caputo. Llama la atención que eso no se toque.
No aparece tampoco ninguna mención a los fideicomiso. Uno de los mayores expertos de la vida fiscal de la Argentina dice que si este gobierno avanzara sobre eso haría un recorte de dos puntos del déficit en términos de Producto Bruto Interno. Por algo no se toca. Son reductos muy importantes de la casta.
Aparecen contradicciones y ausencias, todo eso será debatido. Pero en el Congreso no lo quieren debatir, prefieren que al león lo enfrente la Justicia.
En cuanto a los sindicatos y obras sociales, se produce una desregulación que no se animó a hacer Menem y que termina con intermediaciones de la que viven personalmente los sindicalistas y, a su vez, impacta sobre el aporte voluntario del trabajador a la obra social y el aporte voluntario al sindicato. Todo esto lo van a discutir con ellos. En un 70%, el sector con el que están trabajando para morigerar algunos aspectos de este DNU es el sindical, a cambio de paz social en un momento en que la inflación vuela.
En el Congreso hay dos sectores: uno es el kirchnerismo, que dice: “Los esperamos, todo esto no tiene nada que ver con nuestra ideología, no tenemos otra alternativa distinta que oponernos”; y el otro es una serie de bloques que dicen: “No nos podemos oponer, a lo mejor nos opondríamos porque somos casta y porque ideológicamente no tenemos las mismas ideas liberales, pero el problema es que a la gente que nos votó le gusta Milei. Esperemos para enfrentarlo si es que en tres meses les deja de gustar”.
¿Qué pasa si la Justicia no objeta este decreto y el Congreso, si lo rechaza, lo hace en marzo? Hasta entonces, el decreto sigue funcionando y, con todas las modificaciones que hacen, en marzo la Argentina es otro país. ¿Cómo se puede retrotraer todo? Es un escenario interesante donde Milei tiene mucho para ganar políticamente.
¿En el Congreso qué piensan decir? “No mandes el decreto, mandá lo mismo en forma de ley y la tratamos”. ¿O le pedirán que mande el decreto, pero que modifique la ley que reglamenta los DNU para poder corregirlo parcialmente, algo que no está permitido ahora? Están buscando todas las maneras de salvar la cara no aprobando un decreto que significa para ellos el cierre del Congreso y que, además, fue anunciado insultando a la política y, a su vez, quedar bien con la gente que quiere que esto funcione.
Si repasamos muchos aspectos de este decreto, ideológicamente Pichetto está a favor, pero lo que no va a poder tolerar es el procedimiento porque una vez que le permitís a un funcionario modificar 600 leyes por decreto creaste un antecedente que un día te puede jugar en contra. ¿Qué hubiéramos pensado si Cristina Kirchner hubiese modificado 600 leyes por decreto? El país estaría incendiado, porque serían leyes que no nos gustarían: estatizaciones, regulaciones, confiscaciones. Entonces, el procedimiento es muy importante.
El liberalismo consiste en el respeto de los procedimientos, en el respeto de la división de poderes. Eso está en la Constitución de Juan Bautista Alberdi, que es el santo patrono de Milei. ¿Quiere decir que si las ideas son de una persona suspendemos los procedimientos y si son de otro nos envolvemos en la bandera de la república? Es un dilema lo que está ocurriendo.
Lo que quieren en el Congreso es que se encargue el doctor Esteban Furnari... Ni bien se emitió el decreto, la Asociación Observatorio de Derechos a la Ciudad, liderada por Claudio Lozano -un estatista si los hay-, se presentó objetando el decreto. Ese pedido recayó en un juzgado contencioso administrativo. (La Corte decide a qué juez y a qué fuero le corresponde cuando inscribe el caso). El que se adelanta es el doctor Furnari porque se le presenta este caso, que es del fuero contencioso administrativo, un fuero liderado por Rodolfo Barra desde el punto de vista intelectual y de las relaciones personales. El caudillo de ese fuero se llama Sergio Fernández, es un camarista contencioso administrativo con un enorme poder en ese fuero, que fue un hombre de Barra y llegó dónde llegó gracias a él.
Barra es el abogado del Gobierno, el procurador del Tesoro, el que va a tener que ir a defender este decreto ante la Justicia. Esto es importante porque si entró por la ventana del contencioso administrativo y la Corte dice que el primer juzgado es este, es el denominado fuero de atracción. Todos los casos que se planteen en el país -que van a ser como 50 cautelares- deberían ir a parar a ese juzgado. ¿Barra es un genio tan maquiavélico como para haber planeado esta jugada y allanar su propio campo en la defensa del decreto? Creo que es capaz de pensarlo, pero que no es lo que ocurrió. Sino que se trata de una trama de casualidades que terminan jugando muy a favor del Gobierno.
Una pésima noticia para los sindicatos porque quiere decir que no sería el fuero laboral, que es muy prosindical, un fuero armado por la familia Recalde para operar a favor de los intereses sindicales. Lozano cuando se presentó en el fuero contencioso administrativo, supuestamente inconscientemente, terminó perjudicando a los sindicalistas.
Creo que esta semana se van a multiplicar los casos y no está cerrado, no sabemos lo que va a pasar. Todo esto, probablemente, termine en la Corte. Por eso es importante que Horacio Rosatti, el presidente del máximo tribunal de Justicia, recuerde muy bien los procedimientos. Lo que dijo es que, aún en la peor emergencia, la democracia y la sociedad no le da un cheque en blanco al Poder Ejecutivo. Este último, se puede manejarse con medidas excepcionales en medio de la emergencia pero hay una cantidad de procedimientos que regulan la Justicia.
Rosatti es una de las cuatro personas que van a tener seguramente que resolver al final del camino sobre estos temas. Por eso, es valioso lo que dijo, aparentemente, un mensaje académico de alguien que describe la fisiología constitucional.
Va a haber una enorme controversia donde probablemente, y no probablemente, el Gobierno va a negociar con el Congreso. Martín Lousteau, desde la presidencia del radicalismo, le dijo a Milei: “Se te va a rechaza el decreto, pero mandanos una ley espejo, hacé de este decreto una ley y te la tratamos”.
Lo mismo va a pasar con la megaley que van a mandar esta semana para otro tipo de reformas. Además, puede haber una controversia entre el kirchnerismo y La Libertad Avanza sobre cómo se constituye la Comisión Bicameral que controla los DNU. El kirchnerismo pretende la mayoría y LLA también. No me extrañaría que eso también termine en la Justicia. Vamos a una situación muy intrincada desde el punto de vista institucional.
Este martes se conocería el paquete de leyes, importantísimas, donde hay una cantidad de materias. Por ejemplo, toda una desregulación energética. El protagonista se llama Eduardo Rodríguez Quirilo, el secretario de Energía. Por él, con colaboración de otros sectores del Gobierno, pasaron estas leyes. Las hizo con más tiempo que el decreto de Sturzenegger, con menos urgencia.
Va a haber un paquete de leyes que toca temas importantísimos de la política: la boleta única, la eliminación de las PASO. Todo eso es de Guillermo Francos, un personaje clave en todo esto porque es el que tiene que negociar con el Congreso. Acá hay dos figuras que no podemos perder de foco: Martín Menem y Guillermo Francos, llave en la negociación con el Congreso de toda esta agenda.
Va a haber un tema que es la reposición del impuesto a las Ganancias: una reforma tributaria. Al asalariado le van a subir las tarifas, el sueldo va a quedar atrasado frente a una inflación que puede llegar al 25% o el 30% en diciembre y le van a reponer un mínimo no imponible de ganancias que se había retirado durante la campaña de Sergio Massa.
Es una exhibición olímpica del caradurismo argentino, que es que los gobernadores, que se callaron la boca cuando Massa lo modificó para ganar las elecciones y lo apoyaron porque era su candidato a presidente, ahora le dicen a Milei que quieren que les devuelva la plata que les quitó Massa. Están discutiendo cuál va a ser el nivel de la reposición, no se va a volver al impuesto anterior. Es una discusión donde también interviene Caputo, que está desesperado por llegar al déficit cero, porque dice: “Si acá no se hace un gesto importante desde el plano fiscal, nadie va a creer en este programa. Y si nadie cree en esto vamos a la hiper”. Le van a conceder esto a los gobernadores, pero ignoro qué le van a pedir a cambio.
¿Hasta dónde este gobierno puede, en negociación con los gobernadores, lograr lo que hizo Macri en su momento, que es quebrar el bloque peronista y que quede un bloque kirchnerista y un sub-bloque de las provincias que negocia con el oficialismo y le da la razón en temas importantes? ¿Qué actitud va a tomar el peronismo, va a estar unido atrás del kirchnerismo o se va a quebrar? Si el peronismo se dividiera y los bloques no peronistas como el radicalismo, el bloque de Miguel Ángel Pichetto Cambio Federal, el Pro y la Coalición Cívica se coordinarán, sería otro país. La clave de Cristina es que no se le divida el propio bloque, que los gobernadores se sigan subordinado y que el resto esté dividido en tres bloques de 30 más o menos. Ese diseño no sé si se va a mantener por mucho tiempo. Son importantes Martín Menem, Guillermo Francos y Miguel Pichetto, como hombre experimentado en el parlamento que preside uno de estos bloques.
Muy importante lo de Ganancias porque toca el tema económico, que está muy afectado por la cuestión internacional. En Buenos Aires estuvo Jay Shambaugh, el segundo del Tesoro, junto a Michael Kaplan, su segundo, íntimo amigo de Toto Caputo. Tuvieron una cantidad importante de reuniones, preguntándose por el respaldo político que puede tener este gobierno y este programa. Emitieron algún guiño en contra de la dolarización, aunque desde el Gobierno les explicaron que si viene sería mucho más adelante. Dicen que en la reunión decisiva con Paolo Rocca y Alejandro Bulgheroni, habría sido muy relevante la actitud de Rocca reclamando a Estados Unidos respaldo para la Argentina. En el Gobierno quedaron con la sensación de que podría discutirse -hay gente que dice que esto es imposible- un nuevo programa con el Fondo en el cual desembolsen 15 mil millones de dólares en enero, para llegar a la cosecha de abril.
Hubo una conversación hace aproximadamente diez días de Domingo Cavallo -que es una figura central y muy influyente dentro del Gobierno- con Gita Gopinath, la representante de Estados Unidos en el Fondo subordinada a Jay Shambaugh, donde Cavallo le planteó lo mismo: “Se necesita un puente de respaldo”. El Gobierno está con mucha expectativa respecto de esto porque entre muchísimas otras cosas, si hubiera una recomposición de reservas, tal vez Milei se anima a levantar el cepo, con restricciones. El Presidente mira todos los días la brecha, lo que hace imposible normalizar la economía. La brecha introduce una cantidad de distorsiones extraordinarias. Si viniera este auxilio, probablemente le dirían: “Tenés acceso al dólar no para pagar dividendos o deudas comerciales sino para que el mercado de cambio se vaya normalizando y haya un tipo de cambio”.
La dolarización, el Plan Austral, la convertibilidad son planes de estabilización que requieren antes de un ajuste fiscal, de una recomposición de precios relativos y que no haya brecha cambiaria. Requieren de todo lo que se está haciendo ahora. Cavallo necesitó de un Antonio Erman González. Antes de un Plan Austral hubo un ajuste fiscal y monetario. Es decir, tenés que poner el cimiento, la plataforma, la carpeta sobre la cual después vas a hacer la estabilización. Eso es lo que se está haciendo ahora. Cavallo calcula que para el plan de estabilización hay que pensar en el 2025, que este año nos va a llevar este ordenamiento de precios.
¿Por qué es importante si hubiera un auxilio y si hubiera una unificación cambiaria? Porque eso te libera del atraso cambiario. ¿Cuál es el principal problema de Milei hoy? Que un dólar quieto como el que ellos proponen de $800, que se va devaluando 2% mes a mes con una inflación de 30% por mes, en abril está atrasado. En abril le tenés que decir a la gente: “Te vuelvo a devaluar”. El mito de Sísifo, que subía la piedra, se le escapaba de la mano y tenía que volver a subir. Ahí creo que sí no va a haber más tolerancia por parte de la sociedad.
El Gobierno está mirando el ajuste de Caputo, que tiene poco que ver con el DNU de Sturzenegger ni con las leyes que se van a mandar este martes o miércoles. Están detrás del ajuste de las cuentas públicas y de la tolerancia social. Desde estos días están mirando algo más. Un hombre cercano al Gobierno me dijo anteayer: “Tuve que ir el 24 de diciembre al centro y no había gente en la calle, ni en la Panamericana”. Empiezan los rasgos de una recesión más importante. Recesión con inflación es mal humor.
Este gobierno está haciendo un ajuste muy dramático que es inevitable, con mucha incertidumbre para aquellos que viven de un salario, inclusive gente que vive en el sector formal y es pobre. Para esa gente, el Poder Ejecutivo no tiene un mensaje todavía que marque un horizonte y no se sabe si va a haber algún alivio para los que están más desesperados.
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