Los piqueteros meten presión para que la CGT haga el paro y desconfían de los acercamientos con el gobierno
Sin grandes movilizaciones para las próximas semanas, los movimientos de izquierda anunciaron un plenario con el cual buscan organizarse de cara al 24 de enero; buscan una confrontación sin fisuras con el oficialismo
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Los movimientos sociales y políticos de izquierda, nucleados en el Frente de Unidad Piquetera, planean plegarse al paro general anunciado por la CGT para el 24 de enero. No obstante, miran con desconfianza los acercamientos que la central obrera ensaya con el oficialismo: temen que dentro del sindicalismo se imponga la corriente dialoguista y que el paro con movilización que los sindicatos activaron luego del DNU que dictó Javier Milei, finalmente se desarme. “No podemos descartar que lo levanten”, sostienen.
Por eso, dicen, buscan garantizar “desde abajo” la medida de fuerza cegetista y repetir el acompañamiento que hicieron en la movilización sindical del 27 de diciembre, cuando las centrales se movilizaron por primera vez contra el oficialismo frente al Palacio de Justicia en rechazo del ajuste, pero fundamentalmente del DNU, que entre otras cosas, de cobrar vigencia, alcanzaría a las obras sociales, una de las cajas del sindicalismo.
Así, los piqueteros fijaron fecha para un plenario en los días previos a la convocatoria sindical con el que buscarán, en un mismo movimiento, organizarse de cara a la manifestación, construir una columna independiente que tenga la recomposición del salario como consigna principal, y, además, meter presión para que el anuncio del paro general no se convierta en un mero elemento de negociación entre el gobierno de Milei y las centrales sindicales.
“Hay contactos entre el gobierno y la CGT y nosotros no tenemos confianza en la política que tuvo y tiene, de no ir a fondo con este plan de lucha”, dice a LA NACION Eduardo Beliboni, líder del Polo Obrero, la columna vertebral del movimiento piquetero.
Las novedades en el frente judicial, favorables a los sindicatos, –fallos recientes pusieron en suspenso al capítulo laboral del DNU- y la pasividad que la CGT mostró durante el mandato de Alberto Fernández -no realizaron ningún paro general en una gestión signada por el derrumbe del poder adquisitivo-, no hacen más que acrecentar la desconfianza de los piqueteros. “No descartamos que una CGT que lleva años paralizada frente a un deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, tenga la tendencia a pactar”, apunta Belliboni, que advierte: “Si traicionan no será gratis”
Basta !!! La única libertad con Milei es la del zorro en el gallinero !
— eduardo belliboni (@EBelliboni) January 4, 2024
Vamos todos al paro activo el 24! y la continuidad de un plan de lucha
Por un aumento de emergencia del 100% y por un salario igual a la canasta Familiar !!!
Abajo el DNU ! pic.twitter.com/8jmDMBC6GV
“Sería una irresponsabilidad muy grande”, agrega Ezequiel Rodríguez, referente nacional de la corriente William Cooke, una de las organizaciones que integra el frente piquetero. Rodríguez entiende que la movilización para el 24 es una demanda de las propias bases sindicales. “La popularidad que mostró la plaza el 27 [de diciembre] fue un gran llamado de atención a la dirigencia de la CGT”, remarca.
Con Belliboni a la cabeza, los piqueteros recorrieron esta tarde algunas de las fábricas de zona norte y repartieron un panfleto en el que se manifiestan en contra del ajuste y el DNU; piden por un aumento de emergencia del 100%; y ganar amplitud de cara al 24 de enero: “Garanticemos el paro por abajo y una columna independiente de la burocracia sindical”, dice el texto con el clásico discurso de la izquierda.
“El 24 es una oportunidad de derrotar el DNU y también de levantar nuestros reclamos, en primer lugar, el aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y programas sociales del 100 x 100. Pero no confiamos en la CGT, no hizo nada ni con Macri, ni con los Fernández y ahora el gobierno los llama a negociar, lo cual quiere decir que les podrían permitir mantener sus privilegios y los enormes recursos de las obras sociales, por lo que no podemos descartar que lo levanten, por eso hay que garantizar una intervención independiente de la burocracia de la CGT y las CTA”, se lee en el volante, que incluye un guiño para la clase media: “Piquete y cacerola, la lucha es una sola”.
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