Los números que mira Mauricio Macri para evaluar una candidatura en 2023
Planea revelar sus intenciones en marzo o abril del año próximo; su imagen crece con cada tropiezo del Frente de Todos, pero tiene un amplio rechazo en el conurbano bonaerense
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La profunda crisis que atraviesa el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner no altera la hoja de ruta que trazó Mauricio Macri desde que comenzó a resurgir en el tablero político. Convencido de que recupera puñados de crédito con cada tropiezo de la gestión del Frente de Todos y que necesita conservar la expectativa en torno a su figura para retener la centralidad en Juntos por el Cambio, Macri planea definir –o revelar sus intenciones– si competirá o no en las próximas elecciones recién en marzo o abril de 2023. Es pesimista sobre el devenir de la economía tras el temblor que generó en los mercados el portazo de Martín Guzmán y la designación de Silvina Batakis, pero, a diferencia de otros referentes opositores con los que mantuvo conversaciones durante los últimos días, no imagina un escenario apocalíptico en el plano institucional que lo obligue a acelerar los plazos de su decisión.
Mientras mantiene la incógnita sobre su futuro, el expresidente mide sus chances de regresar al poder con diversos instrumentos: no solo activó una serie de inmersiones esporádicas en el conurbano bonaerense, el principal bastión del cristinismo, y en distritos del interior, para tener “contacto directo” con la sociedad y examinar su nivel de aceptación y rechazo, sino que su equipo volvió a encargar preguntas -”de manera indirecta”, es decir, a través de terceros- a encuestadoras de opinión pública.
Los colaboradores del exmandatario conservan nexos con la mayoría de la consultoras que evaluaban la gestión de Cambiemos, pero aún no contrataron encuestas propias, según fuentes del macrismo. Eso sí, como ocurría durante el mandato de Macri, miran con detenimiento, sobre todo, los sondeos de Aresco, Isonomía y Poliarquía.
La evaluación de Macri mejoró en las últimas mediciones de esas consultoras. De hecho, el exjefe del Estado obtuvo en junio su mejor registro en lo que va del año en los sondeos de Poliarquía: su imagen positiva llegó al 24%. En tanto, la percepción negativa sobre el expresidente cayó del 55% al 52% respecto del mes de mayo. Sin embargo, Macri no figura entre los cinco dirigentes mejor evaluados a nivel nacional, según ese mismo estudio: Larreta, Facundo Manes, Patricia Bullrich, Martín Lousteau y María Eugenia Vidal.
Los estudios de Federico Aurelio, de Aresco, también reflejan un crecimiento de la imagen de Macri en el último año. En junio, su valoración positiva llegó al 29%, lo que representa una suba de nueve puntos respecto del mismo mes de 2021. Y la imagen negativa baja de 50% a 43%. Si bien logró una mejora, esos niveles de rechazo siguen siendo altos para cualquier dirigente con aspiraciones presidenciales, sobre todo, si se los compara con los números de Larreta o Bullrich, quienes no llegan a tener un 30% de negativa.
Según Isonomía, la valoración de Macri se mantuvo estable durante los últimos meses. En promedio, la imagen positiva de Macri se ubica alrededor del 40% y la negativa supera el 50%. En abril del año pasado había pasado el 60%.
En el núcleo duro de Macri se envalentonan con el leve repunte de la imagen del expresidente que reflejaron esas encuestas durante los últimos meses. No solo lo asocian a que recuperó el liderazgo de Pro o a sus apariciones intermitentes en los medios de comunicación, sino a una supuesta revalorización del rumbo que había fijado la gestión de Cambiemos, pese a las turbulencias que atravesó la economía por la crisis cambiaria y la escalada inflacionaria. Creen que Macri escala a medida que se devalúa el Frente de Todos, a raíz de la feroz interna entre Fernández y Cristina y el deterioro económico y social, y que estaría en condiciones de ganar una interna en el conglomerado opositor y alzarse con un triunfo en las próximas elecciones.
Según los cálculos de la tropa macrista, el expresidente sería “imbatible” en una PASO de Juntos por el Cambio porque recuperó la centralidad en la fuerza. Evalúan que si bien Larreta, Bullrich o Manes superan con holgura a Macri en imagen positiva en las encuestas, el exmandatario se impondría sin sobresaltos a la hora de competir en una interna de la fuerza opositora. “En la pecera de JxC gana Mauricio: tiene un cien por cien de ascendencia en Pro y la jefatura del partido”, se entusiasman cerca de Macri.
Frente al derrumbe del Gobierno en los sondeos, los dirigentes que rodean a Macri son optimistas de las posibilidades de volver a la Casa Rosada. Están convencidos de que cualquier candidato a presidente de Juntos por el Cambio estaría en condiciones de imponerse en la elección general en 2023 y que correría con ventaja en un mano a mano con el kirchnerismo. “El mejor evaluado del Frente de Todos tiene peor imagen que Macri”, dicen. A la vez, especulan con que el fundador de Pro sería el postulante de JxC que “mejor podría traccionar” los votos de Javier Milei (La Libertad Avanza) en una eventual segunda vuelta. Por esa razón, el expresidente cuida su vínculo con el economista.
Hay un factor, admiten en las filas del macrismo, que alteraría las cuentas del referente de Pro: la chance de que Milei -su imagen sufrió un retroceso en los últimos meses- acceda a un ballottage, o que emerja un nuevo outsider.
En Uspallata dudan de que el expresidente pueda ser competitivo en las generales y descartan de plano que pueda tener un techo más alto que Larreta en una general o un eventual ballottage. Observan, sobre todo, los indicadores de Macri en el conurbano, donde se define la elección nacional. En un estudio de junio, la consultora CB le da al expresidente una imagen positiva del 34% y una negativa del 63%. Si bien le saca ventaja a Larreta en distritos de la zona central del país, como Córdoba, la evaluación de Macri es mala o muy mala en 17 de los 24 distritos del conurbano, según ese sondeo de CB. En cambio, el alcalde porteño tiene una mejor valoración positiva que negativa en 19 de los 24 municipios. En la sede de Parque Patricios se ilusionan con esos números.
Otros analistas también detectan números desfavorables para Macri. Por caso, el último informe la consultora Fixer refleja un retroceso en la evaluación del expresidente por tercer mes consecutivo. En junio, su imagen favorable llegó al 29% y la negativa, al 52%. Zuban Córdoba también lo ubicó en su sondeo del mes pasado entre los peores evaluados de JxC, con 58% de valoración negativa.
Antes de viajar a Europa, Macri intensificó sus conversaciones con referentes de la oposición. No solo recibió el domingo en su casa de Acassuso a Elisa Carrió, quien le transmitió su inquietud por la disgregación del Gobierno y la agudización de la crisis, sino que se mantuvo en contacto con Larreta en las horas más dramáticas para la gestión de Fernández. También se juntó con Miguel Ángel Pichetto, líder de Encuentro Republicano Federal, y dialogó con su aliado radical Alfredo Cornejo y escuderos en Pro, Cristian Ritondo y Humberto Schiavoni, entre otros. Su hiperactividad despierta especulaciones entre sus socios de JxC e incomoda a Larreta y Bullrich.
El expresidente deja correr tanto que su postulación inexorable como que ya decidió que no competirá. En un contexto de creciente incertidumbre política por la crisis, no piensa apresurarse. “¿Para qué decirlo ahora? No le conviene cerrar la puerta por cuestiones políticas. Pueden cambiar las circunstancias y no quiere quedar preso de sus palabras”, comenta uno de sus leales. Mientras tanto, disfruta su momento de revancha interna y se acomoda como el gran elector en 2023: “No quedó uno solo de los que lo querían jubilar”, se mofan en la mesa chica de Macri.
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