Los movimientos sociales oficialistas se encolumnan y marchan en apoyo al Presidente
El Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie movilizarán, pero piden “que la deuda la paguen los que la fugaron”; ausencia del Movimiento de Trabajadores Excluidos que lidera Grabois
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El presidente Alberto Fernández tendrá acompañamiento callejero el 1° de marzo, cuando brinde su discurso de apertura de sesiones en el Congreso. Con el Movimiento Evita a la cabeza, las organizaciones sociales más afines a la Casa Rosada movilizarán el próximo martes para expresar su apoyo a la gestión del Frente de Todos, en vísperas del debate parlamentario del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Entendemos que en este inicio de año legislativo tenemos que reforzar nuestra agenda y mostrar una postura propositiva hacia el Gobierno”, comentó a LA NACION Gildo Onorato, uno de los referentes de la agrupación que encabeza Emilio Pérsico, quien señaló, en ese sentido, que insistirán con la necesidad de que sean tratados en el recinto un conjunto de proyectos de ley que ya tienen estado parlamentario, como el monotributo social.
En esa línea, y tras ser consultado por las consecuencias que podría acarrear para la actividad económica el acuerdo con el FMI, Onorato destacó que el principal desafío que tiene por delante el oficialismo es el de “estabilizar la economía”, algo que definió como “uno de los aspectos centrales que más venimos reclamando los movimientos”.
“La Argentina viene de crisis en crisis hace dos décadas, y si no estabilizamos un poco nuestro país es muy difícil salir adelante”, continuó el dirigente del Movimiento Evita. Y agregó: “Por eso creo que el objetivo del acuerdo con el Fondo es darnos tiempo para que el crecimiento económico pueda distribuirse en términos justos y abordando la deuda social”.
Otra de las organizaciones que desplegará a su militancia frente al Congreso es Somos Barrios de Pie. Su referente, Daniel Menéndez, indicó a LA NACION que irán con una consigna ordenadora: “Que la deuda la paguen los que más tienen y los que la fugaron”. Menéndez reclama que el Gobierno impulse “las medidas necesarias para que el pago de las obligaciones con el Fondo surja del bolsillo de los sectores más ricos y poderosos de nuestra patria, quienes fueron responsables de la fuga de capitales más grande de la historia económica de nuestro país”.
“Macri tomó en corresponsabilidad con las autoridades del Fondo Monetario Internacional un crédito que hipotecó el futuro de varias generaciones de argentinos y argentinas. El debate actual, que durará varios años en nuestro país, tiene que ver con cómo desembarazarnos de esa deuda y los condicionamientos a nuestra soberanía que ella conlleva para construir un futuro de progreso y desarrollo”, señalaron en un comunicado desde Somos Barrios de Pie.
Ausencias
En contraste con la cautela expresada por Onorato y Menéndez, un puñado de organizaciones que también conforman la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) comienzan a mostrarse cada vez más críticas con el rumbo tomado por el Gobierno y no movilizarán el martes a la Plaza del Congreso. Es el caso del Frente Popular Darío Santillán (FPDS) y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) liderado por el dirigente social Juan Grabois.
Bajo las consignas “Acuerden con el Pueblo” y “Paguen la deuda interna”, ambas organizaciones convocaron a una actividad para el próximo jueves en el Obelisco, mediante la que intentarán instalar la idea de que lo prioritario no es el FMI, sino “pagar la deuda interna que garantice un futuro digno para nuestras juventudes, que proteja a nuestros jubilados y que priorice un desarrollo con Tierra, Techo y Trabajo”.
“Hoy ya no podemos cambiar el pasado, pero sí marcar la cancha en el presente para lo que viene”, apuntaron en un escrito difundido este fin de semana, en el que añaden: “Creemos indispensable que para hablar de un ‘acuerdo con el Fondo’, antes se ponga en agenda un Acuerdo con el Pueblo. Que se acuerde el pago de la deuda interna que hay con los y las de abajo”.
La semana pasada, fue la referente del FPDS, Dina Sánchez, quien volvió a insistir con un planteo que ya se convirtió en el sello distintivo de Grabois: la necesidad de un salario básico universal. En medio de los cruces por la decisión oficial de limitar los planes sociales que anunció el Ministerio de Desarrollo Social, Sánchez sostuvo que una política como la que proponen “permitiría descomprimir el complejo escenario que se vive en las barriadas populares de todo el país”.
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