Los movimientos sociales aliados al Gobierno buscan resistir a las presiones de las bases y reclaman más trabajo que subsidios
El Movimiento Evita y un sector de Barrios de Pie plantearon el debate dentro del Frente de Todos, pero reconocen que hay malestar en los otros grupos que no comulgan con el oficialismo
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La conflictividad social está en ascenso y el conjunto de los movimientos sociales se enfrenta a un callejón que parece no tener salida: llegar a cubrir las demandas de sus bases, cada vez más golpeadas por un deterioro económico que se agiganta mes a mes. Dirigentes oficialistas y opositores coinciden en la necesidad de generar trabajo. Sin embargo, desde las oficinas ministeriales muchas veces no llegan respuestas, lo que provoca mayores presiones desde abajo.
“Creemos que para resolver lo que nos pasa tenemos que enfocarnos en una política ordenada en el trabajo y no en los subsidios”, confiaron a LA NACION desde el entorno de Emilio Pérsico, uno de los referentes del Movimiento Evita que ayer, en un acto del que participaron varios miembros del gabinete nacional, presentó la unión con Barrios de Pie, de Daniel Menéndez. “Cuando llegamos a la gestión, el objetivo no era sumar planes, pero la situación pandémica implicó aumentarlos, como es el caso del Potenciar Trabajo”.
En el Movimiento Evita se asumen como uno más de los sectores del Frente de Todos, a la par de La Cámpora, o de los funcionarios que responden a Sergio Massa o a Alberto Fernández. Sin embargo, no dejan de reconocerse como “un actor de peso”. Lo mismo ocurre con la organización que encabeza Menéndez, desde la que recalcan que los movimientos sociales son parte de la gestión de Daniel Arroyo y que acompañan las políticas del ministro de Desarrollo Social.
Consultados por las manifestaciones que agitaron las calles en las últimas semanas, desde el Evita fueron tajantes: “Se trata de una cuestión política. De todas maneras, con esas organizaciones también hay diálogo permanente”.
Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, lo desmintió y en diálogo con LA NACION afirmó que no existe comunicación con ellos porque son estructuralmente parte del Gobierno. Para él, se trata de una “política equivocada” y fue un “error” que los movimientos se integren a la facción dirigente porque “han sometido a las organizaciones de trabajo a una ideología y deberían representarlos independientemente”.
“Hay mucha bronca entre sus bases. No les ofrecen un canal de lucha. Hay presión para movilizar porque la lógica de los movimientos sociales es la piquetera”, dijo el dirigente que puso en duda que la marcha que se está organizando para el próximo 7 de agosto sea en apoyo al Gobierno y prefirió calificarla como “una forma de descargar”. Según Belliboni, este descontento explica el crecimiento de las organizaciones opositoras. “Hay gente que se pasa masivamente, nosotros tenemos reuniones todas las semanas”, aseguró y agregó: “La presión de abajo es enorme”.
Otra dirigente social que dio su parecer al respecto fue Silvia Saravia, referente de la facción de Barrios de Pie que se distancio de Menéndez cuando pegó el salto al kirchnerismo. En la línea de Belliboni, la referente social afirmó: “Yo creo que están recibiendo críticas por todos lados, por eso sale muchas veces Pérsico o (Juan) Grabois a plantear algún cuestionamiento, como sucedió hace poco con la Tarjeta Alimentar. Eso tiene que ver con una intención de contener a su base y de mostrarse críticos porque la situación social está muy mal”.
A principios de este mes, contó Saravia, unos mil trabajadores de su organización cobraron solamente la mitad del beneficio que les correspondía debido a un problema administrativo del Estado. “Es un ingreso que esas personas utilizan en su totalidad para alimentarse”, precisó. “La falta de respuesta genera enojo, nosotros eso lo percibimos. Por eso muchos se acercan a las organizaciones que la estamos peleando, las salimos a denunciar cuando hay este tipo de agresiones”, concluyó la dirigente.
“Hace años vemos que, cuando la situación económica está mejor, la gente sale a protestar pero más relativamente. Hoy lo que está pasando es que, a pesar de la pandemia y el miedo que se genera, la gente sale igual”, aseguró Saravia.
La dirigente de la facción Barrios de Pie-Libres del Sur también relato diferencias entre los movimientos oficialistas y los opositores. “A nosotros, durante un tiempo, se nos dejó de entregar alimento y hubo distribución de recursos desigual entre los oficialistas y quienes estábamos protestando. Son cuestiones que consideramos ya no como una falta de respuestas de parte del Gobierno, sino como agresiones. Y la única herramienta que nos queda cuando desde el Estado nos agreden es salir y movilizarnos”.
“No existe una demanda propia de nuestras bases para movilizar. Eso sucede cuando el diálogo sobrepasa los canales institucionales, algo que no está pasando. En todo caso, las movilizaciones deberían existir cuando ese diálogo se rompe”, apuntaron desde el Evita diferenciándose de la mirada de los movimientos opositores.
Menéndez también desmintió que sus bases estén inquietas. Aunque reconoce que el escenario social es “muy difícil”, el flamante candidato confía en instalar una agenda “para resolver lo social y ganarle a la desesperanza”.
A su vez, desde las organizaciones oficialistas remarcan que, en realidad, la preocupación principal de estos tiempos es el contexto de pandemia. “Hace unos meses sacamos un comunicado explicitando que nosotros no íbamos a movilizar porque no nos parece un momento para hacerlo. Lo que hicimos fue reorientar la asistencia en función de eso”, explican.
De cara a las PASO
“La fuerza de la unidad” fue la consigna con la que el Movimiento Evita y Barrios de Pie sellaron su unión, esta semana, en el teatro ND Ateneo. A diez días del cierre de listas, eligieron a Menéndez como el candidato del espacio. El subsecretario de Políticas de Integración y Formación de la secretaría de Economía Social aspira a colarse en la boleta de diputados del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires.
Aunque en la práctica ya actuaban de manera coordinada, el acto fue una señal de acción conjunta en el último tramo de la discusión por los lugares en el oficialismo. En el Movimiento Evita confían en que esta alianza les dará más volumen en la interna del Frente de Todos a la hora de sentarse a disputar poder con otros espacios, como La Cámpora o el Frente Renovador, que cuentan con una articulación propia en la gestión.
Fuentes ligadas al ministerio del Desarrollo Social dijeron a LA NACION que esta unión no tendrá impacto a niveles prácticos en las actividades de la cartera. El propio ministro Arroyo es uno de los nombres que se escuchan como posible candidato. Sin embargo, en su entorno advierten que todavía no lo sabe, que él está a disposición, pero que las decisiones dependen de “la lapicera de Alberto y Cristina” y todo indica que lo sabremos el día del cierre de listas.
“Una alegría saber que el Movimiento Evita y Barrios de Pie se unen. La verdad es que cada vez que veo que hay unidad dentro de nuestro espacio honestamente lo celebro, porque la unidad es un elemento esencial para el logro de los objetivos que aún tenemos por delante”, dijo Alberto Fernández en un video que envió para ser parte del encuentro, del que también participaron Victoria Tolosa Paz, Fernando “Chino” Navarro, Elizabeth Gómez Alcorta, Claudio Moroni, Nicolás Trotta y Malena Galmarini, entre otros miembros del oficialismo.
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